Para renovar la sociedad existen varios modelos, algunas formas muy singulares diría el escriba; empero, el único método que tenemos y que hemos acreditado que funciona, para que la gente no se agarre a tiros y sombrerazos, son las elecciones, y en México, los procesos electorales han tenido desde hace unos cinco lustros importantes avances, para considerar que hemos transitado de la dictadura perfecta a una democracia política.
Con defectos, sí; y sin haber culminado el fin último de ésta; insisto en todos los foros, hemos acreditado la democracia electoral, salvo los enajenados pueden afirmar que los órganos electorales son parciales al gobierno en turno; el sistema federal y al menos el de Nayarit ha probado su eficacia y sus resultados han convencido a la mayoría de los electores.
Y sí, ahora que los partidos políticos con sus candidatos han iniciado sus campañas en pos del esquivo voto del elector para el próximo 6 de julio, debemos explorar si el fenómeno que estamos viviendo, la reproducción del poder con una nueva generación militante, es una forma de que nuestra sociedad o al menos las instituciones públicas, congreso local y ayuntamientos se están renovando; y no sufriendo un simple cambio de titulares; este es el quid del asunto electoral.
La fallida coalición, tiene presentados diversos candidatos, algunos con escasa experiencia partidaria y otros de relativa presencia entre sus huestes desde algunos lustros, sin embargo, el talante de todos ellos, nos muestran personalidades atormentadas, salvo la de Francisco Castellón cuyo pasado académico y su decente desempeño como senador de la república lo salva de la picota del descrédito; lo único imputable, junto a Pavel, es la incontinencia verbal que tienen para soportarse a sí mismos.
Estos candidatos opositores, ¿pueden representar la savia nueva de la sociedad, los que pueden corregir atrasos seculares y llevar a sus municipios a mejores niveles de progreso y bienestar social..? me temo que, aún con toda la licencia del mundo para calificar de manera benévola, nones, no podemos colegir que por ahí vengan seres providenciales que con sus puestos públicos puedan mejorar nuestro entorno; baste ver el terrible cochinero y los adeudos millonarios que dejó Pavel en la presidencia municipal de Santiago Ixc. para colegir que no son ellos, el tipo de personajes biófilos que espera la sociedad.
La política, con sus ritmos mediáticos y la inmediatez táctica que le aplican en los procesos electorales, aleja de ponderaciones a las personas, evita la reflexión sobre la naturaleza personal de los candidatos; tenemos los electores que reclamarles los espacios para evaluar sus propuestas; la meditación y el estudio deben ser parte del dictum de los actuales candidatos; necesitamos a políticos que tengan mayor capacidad para escuchar a los demás, y a sí mismos, para que compartan las experiencias profundas de una concentración personal de todo lo que produce sus propuestas de campaña.
LOS DEL PRI
De los candidatos del tricolor, mucho puede explorarse, salvo la excepción de Gerardo Siller, un sesentón jubilado de la CFE que se sacó el rifa de acompañar a Roberto Sandoval desde su gestión municipal, y el mismo “Chito” Ornelas, viejo cuadro del priísmo que construyó el caudillo Emilio “eme” González; muchos de los otros candidatos son rostros nuevos, que no le dicen nada al electorado, que tienen el respaldo del jefe político de la entidad, y llevan los colores del Pri, el partido histórico, con su enorme bagaje acumulado, su experiencia y sus recursos.
Mi pregunta, estas jóvenes mujeres, estos políticos treintones, tienen la contextura moral para constituirse en los activos agentes de una renovación social, ellos y ellas, en sus nuevas posiciones que van alcanzar con los votos, serán conscientes de este reclamo que tiene la ciudadanía, para que los diputados al menos sepan leer y escribir; para los que los ediles conozcan las tareas de gobernar y no lleguen improvisados.
Son muchas y abrumadoras las tareas que tendrán las nuevas autoridades, los nuevos diputados; estos candidatos del tricolor, apenas han avizorado el terreno en el cual se van a desenvolver, por lo pronto en el terreno de la campaña, han sido cautelosos, las frases ancla, que son un símil de las exitosas frases del gobernante, lejos de fortalecerlos, los deja indemnes, frente a los votantes indecisos, a los nuevos electores, que quieren saber de qué pasta están hechos estos candidatos, o si solo son unos replicadores de la marca Roberto Sandoval.
Un pilar fundamental de todo candidato, es la calidad moral que tienen para hablarle a la sociedad y a la gente, para entrar en los terrenos de crítica y de la autocrítica, porque solo de esta manera, este entrelazamiento de generaciones en los espacios del poder, tiene que explicitarse hacia la sociedad; entonces, si lo que ellos dicen, no es lo que piensan “unidos avanzamos más..” “trabajamos en equipo..”
Decía Confucio, que “si se trata de gobernar una nación, lo más importante es la precisión del lenguaje..” entonces, las palabras de los candidatos pueden ser los pensamientos que cohesionen a la sociedad en las grandes tareas pendientes para subir de nivel existencial; y unido a las palabras están las conductas públicas, sin vicios privados.
Hombres y mujeres de carne y hueso que ha propuesto el tricolor..! con su fardo de defectos y aflicciones personales y, sus luces y atributos que los hicieron merecedores de la unción política electoral; ¿les queda el beneficio de la duda..? ¿serán los artífices del cambio generales y de la renovación de la sociedad..?
Más les vale que traten de serlo, la gente quiere identidades y no clones; quiere equipo pero no candidatos sin personalidad propia; tiempo es, de pensar en ello…
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