Acorde con su luenga experiencia de vividor de la “izquierda” política de este país, aprovechando al máximo las bondades de nuestro sistema, tenemos ahora un inverosímil lance en contra del doctor Miguel Ángel Navarro, el candidato de Morena cuyos sondeos y tendencias lo ubican como exitoso candidato al Senado de la república; a contrapelo del sinaloense y “jefe de la banda del morral” que tiene que recurrir a la guerra sucia para pretender debilitarlo en el imaginario colectivo electoral.
La difamación viene con la denuncia de una pobre mujer que sabe a qué precio o componenda se ha prestado para denunciar hechos de inaudita confiabilidad, dado que, como eje de los hechos señala el actuar torpe y simplista del entonces fiscal general del anterior gobierno, Edgar Veytia.
Según los trascendidos y boletines de prensa oficiosos que publicitan diversos portales de la internet, la protagonista de tales hechos, luego de ser expoliada –según su dicho- por el entonces fiscal general, narra que “fue obligada” a servir de mensajera del susodicho para llevarle millonarias cantidades de dinero al entonces candidato al gobierno del Estado, el galeno Miguel Ángel Navarro.
Los trascendidos de este lance, señalan que el autor intelectual de tamaño galimatías es el ditirámbico candidato a senador por el casi extinto partido de la revolución democrática, entregado a la derecha en estas elecciones en la búsqueda inútil de no desaparecer del panorama de los partidos políticos que viven –y muy bien- a expensas del Estado mexicano.
Quienes conocimos al ex fiscal, podemos aceptar algunas de las muchas cuestiones de su personalidad que ahora se le endilgan, empero, una conducta como la que describe la periodista, está muy lejos de tener verosimilitud; puesto que, el güero no tenía un pelo de tarugo para hacer este tipo de enjuagües que ahora le imputan; y además, cuestiones tan serias como entregar millones a un candidato a gobernador, no iba a utilizar una persona, que, sin duda no era confiable para tales menesteres.
Afirmar que esos enteros de dinero lo hacía en la casa particular de Miguel Ángel, es desconocer totalmente a la familia y el entorno de su domicilio; es propio de una mente perversa y torcida como la de Don Lupe Acosta, quién en toda su rocambolesca vida pública, ha sido capaz de tales infundios y de otros lances aún mas de sucios, en contra de aquellos que en alguna ocasión le dieron la mano para subsistir como el político gandul que ha sido siempre.
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