Por Luis Ignacio Palacios
• La forzada abstención
• Inermes candidatos y votantes
En más de una de nuestras entidades vecinas a Nayarit, en municipios que le son estratégicos a la DO, está sucediendo los siguiente, llega gente armada a las casas y edificios en dónde se exhibe propaganda de los opositores, en pendones, espectaculares y las rompen sin que nadie ose detenerlos; por la noche en los domicilios que tenían dicha propaganda, vuelven y ahora sí, de manera intimidatoria, les tocan, les hacen salir y les dicen la instrucción con las armas en la mano: “ni se les ocurra ir a votar el domingo 2 de junio..”
En estos mismos lugares, los candidatos a diputados, ediles, regidores y síndicos que ya aparecen registrados ante la autoridad electoral, sencillamente se abstuvieron de hacer campaña alguna, su proselitismo y la búsqueda del posicionamiento en el futuro elector, se hizo vía celulares, internet y redes sociales.
Son los escasos márgenes de actuación que la DO ha dejado a la ciudadanía, a los candidatos, sin que a la fecha se tenga conocimiento de intimidación alguna a quienes serán los funcionarios de casilla o las autoridades distritales y municipales.
Lo que sucede en Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, Chiapas o Sonora, se conoce por los medios nacionales que tienen ahí cobertura de los procesos estatales y municipales y, por los atentados que han sufrido decenas de aspirantes a los puestos de elección popular.
Este es el México que produjo la política del gobierno de la república, de atacar las causas de la delincuencia, de no enfrentarlos ni como medida disuadora para evitar que crecieran de tal modo que ya se encuentran en las cadenas productivas de los cultivos regionales en varias entidades.
Dura consecuencia de hacer pactos sino expresos si tácitos con los integrantes de la DO que vieron la puerta abierta para crecer y expandir sus acciones que al margen de la ley, les ha producido un incremento inusitado en sus gananciales.
En Nayarit, se tiene conocimiento del cobro de piso en zonas rurales, serranas y en los ejidos en niveles que ya deben ser preocupantes para nuestras autoridades de los tres órdenes de gobierno; se está a tiempo para impedir que sean un factor real de poder y al involucrarse en los procesos electorales, la obviedad nos indica que se desnaturalizan las políticas públicas de los Ayuntamientos en dónde tienen asentadas sus actividades.
Tal cual es el fenómeno del no voto.., otra patología social de un proceso electoral que se ha contaminado.
Contacto.- cronicaslip@gmail.com