En una sociedad como la nuestra, en donde personajes tan ridículamente grotescos ocupan escaños de gobierno y posicionamiento en medios, -como el edil de Sanbolas- cuyos financiadores han llegado al inaudito de tenerlo como carta de presión para la sucesión gubernamental, es una rara avis conocer el despliegue del letrado Pedro Antonio Enríquez Soto, en escenarios empresariales, educativos y culturales.
Merced a los atributos que ha cultivado y a su sólida cultura jurídico política, el doctor en derecho que preside el consejo de la judicatura y el Tribunal Superior de Justicia de la entidad, su activismo ha trascendido el ámbito de la judicatura, considerando que no son pocos los retos y problemas que permanentemente enfrenta.
El pasado fin de semana, Enríquez Soto acudió a una sesión especial que la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción, convocó para analizar un tema de singular importancia en la agenda nacional y estatal, la transparencia de los poderes y sus servidores; el presidente del tribunal, expuso la necesidad de transparentar el origen de los recursos de los aspirantes a cargos de elección popular; puesto que desde ahí se generan los compromisos de los futuros proveedores de gobierno.
Apeló a la responsabilidad ciudadana, que tiene que ser activa en la problemática social.
En Jala, ahí en su cabecera municipal, el ex alcalde y líder de dicha comunidad, Carlos Carrillo Santana, preside la Casa de la Cultura del lugar, tiene como sede un solariego edificio en el cual se exhiben piezas de su historia reciente y realizan de continuo eventos de importancia vital para el conocimiento de la cambiante sociedad en que vivimos; el viernes por la tarde, Pedro Antonio disertó sobre la bondades judiciales y su impacto en la cultura de la sociedad, del Nuevo Sistema de Justicia Penal.
Siendo un abogado comprometido con su tiempo, Enríquez Soto, con las tablas ya acumuladas en los escenarios de la comisión nacional de tribunales estatales y sus válidas incursiones en congresos del derecho constitucional, junto a los foros del derecho electoral, hoy tenemos en el oriundo de Uzeta, municipio de Ahuacatlán un hombre público elaborado, con una clara visión del tiempo de cambios jurídico político y sociales que hoy tenemos.
No hace mucho, fue un activo militante del Pri, de esa generación que se frustró con el triunfo de la alianza política que llevó al gobierno a Antonio Echevarría, dejó las actividades partidarias para dedicarse a la academia, maestría, doctorado en derecho constitucional, son sus blasones; ahora que en plenitud del ejercicio público que ostenta, voltea hacia la conflictiva de la sociedad, aportado sus interpretaciones trascendentes.
CONSTRUÍR PATRIMONIO POLÍTICO
Pedro Antonio, si se ha decidido a salir del respetable escenario de la judicatura y de la especulación del derecho constitucional, para ir en pos de un patrimonio político que le sirva en un futuro mediato, tiene en su reputación personal, el primer atributo de su identidad política, una identidad que a la postre –si sigue el librito de marketing- es igual al posicionamiento que hoy tiene, nadie duda de que es apto para el puesto que ostenta.
Ahora en Nayarit estamos en los prolegómenos para una elección de gobernador de cuatro años, y es el tiempo de pensar en que varios personajes, están pensando en ser opción para el subsiguiente proceso; el fiscal de hierro, Edgar Veytia es uno de ellos, hace poco, en una plática en su despacho, le dijo al escriba: (desenfundando su arma y depositándola en su escritorio) “mira Luis Ignacio, va a llegar el momento en que me quite la pistola, y le diga a la gente, yo sé cómo se resuelven los problemas de Nayarit…”
Pero dejemos al güero de momento, que tiene aún graves responsabilidades que cumplir; y preguntémonos si Pedro Antonio tiene potencialidades para ejercer el necesario liderazgo político y social que los nayaritas reclaman, ante la inocultable crisis de los fatuos liderazgos actuales.
Estas acciones, que realiza Enríquez Soto de manera natural, son la parte primera de lo que llamamos posicionamiento político, que es la esencia de la identidad de una persona, que, si sigue, se convierte en una percepción inconsciente, consensuada públicamente, en este momento puede ser espontáneo; y quizás ahora el togado puede pensar seriamente en construirlo mediante una inteligente planeación propia.
Para definir la identidad que debe ser percibida por el imaginario colectivo de la sociedad; el magistrado presidente si en sus mensajes sobre tópicos judiciales tiene credibilidad, ergo, esta credibilidad se le da igualmente al emisor.
Pedro Antonio, por sus orígenes rurales, por su proceso formativo –de la cultura del esfuerzo- tiene potencialidades enormes para la construcción de una pauta cultural que se refleje en el campo de la política, debe aprender a contar su historia, que hasta hoy es el método de moda para la política electoral; si tiene la capacidad de desear, solo se le puede dar el campo de la política y no la actividad jurisdiccional.
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