Es una excelente labor, poco esfuerzo, poco estudio, buen sueldo y un mucho de formalidades, de esas que le dan sentido a la estructura jerárquica del poder judicial, los magistrados que integran la sala constitucional electoral, por obra y gracia de unos avezados asesores del poder ejecutivo, que han trabajado sin puesto y sin ingresos como tales, le vendieron la idea al inicio del sexenio de que el Tribunal de Justicia Administrativa y la carabina de Ambrosio son dos carabina; desde entonces se incubó la desaparición de ese armatroste inútil y oneroso para el presupuesto del gobierno estatal.
Tuvieron que pasar más de tres años, cuando el gobernante tuvo la convicción de que era procedente su desaparición y siendo el único, conocedor de sus tiempos políticos administrativos, hace meses se instrumentó la reforma constitucional; y a unos días de que se cumpla la vacatio legis, los dilectos magistrados integrantes de la sala constitucional electoral, están en cursos dinámicos de capacitación para ser los nuevos operadores de la justicia administrativa en la entidad.
Serán los juzgados de primera instancia de todos los partidos judiciales para conocer de la acción que los particulares ejerzan en contra de los resolutivos de los Ayuntamientos, el gobierno estatal, los Sistemas administradores y operadores de agua potable, y otras entidades para estatales, que consideren han vulnerado sus derechos fundamentales; se trata de un procedimiento simple y sin grandes problemas de interpretación jurídica.
De facto, lo que los torpes funcionarios del Ayuntamiento de Tepic, están haciendo en contra de los negocios establecidos, y el lance en contra de la empresa de la Arena Cora, a través de esa cueva de ladrones que son los fiscales y que ahora encabeza el secretario de la comuna; es materia de esta jurisdicción; no tienen el mínimo decoro para utilizar el procedimiento administrativo de ejecución, que marca la ley, y que no vulnere los derechos ciudadanos.
Pero mientras los torpes funcionarios de los Ayuntamientos medio se enseñan, en el poder judicial, se ponen el huarache antes de espinarse; la lógica del gobierno, es seguir la tendencia nacional, la unicidad judicial es la muestra de los que significa el campo del derecho administrativo en el poder judicial; la sala constitucional, actuará como tribunal de apelación, cuestión que no se contemplaba en la anterior legislación que ya fue abrogada.
INSTRUCTORES DE POLENDAS
En virtud de la correspondiente reforma constitucional, los integrantes de la Sala Constitucional-Electoral del Poder Judicial de Nayarit, que preside el magistrado Pedro Antonio Enríquez Soto, ahora van a trabajar nosolo en los prolegómenos y en el tiempo de los procesos electorales, tendrán chamba, todo el año, y por ello ahora de se capacitan para impartir la justicia contenciosa administrativa.
Los dilectos funcionarios judiciales se encuentran en un taller que se realiza esta semana en el edificio del Tribunal Superior de Justicia para analizar especialmente las generalidades y el proceso contenidos en la Ley de Justicia y Procedimientos Administrativos del Estado, que termina el día de hoy.
Los magistrados, secretarios de estudio y cuenta, notificadores y demás integrantes de la Sala señalada, deben adquirir los elementos necesarios para la eficiente resolución de conflictos administrativos que ciudadanos inconformes con alguna autoridad estatal o municipal y en su caso con algún organismo desconcentrado, tanto del estado como de los municipios de Nayarit, presenten ante su nueva competencia.
Como era de esperarse este taller fue inaugurado por el magistrado presidente Enríquez Soto; tiene expositores con amplios conocimientos y experiencia en la materia, como el magistrado en retiro del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, Luis Humberto Delgadillo Gutiérrez, en su momento director del Centro de Estudios Superiores en Materia de Derecho Fiscal y Administrativo de ese órgano jurisdiccional.
Bueno, pues por cursos no queda, ahora esperemos que los justiciables tengan el cobijo judicial adecuado en estos menesteres y no les pase la terribles experiencias en el tribunal que ya desaparece; que para admitir una méndiga demanda, se tardaban hasta tres meses para dilucidar cuestiones nimias de la personería de los promoventes.
Tiene el beneficio de la duda, todo el foro espera su adecuada capacidad de respuesta, y que sus resolutivos estén a la altura de las expectativas que despertó la trascendental reforma.
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