En el escenario que se abrió por la insurgencia de los veinte alcaldes de la entidad que han hecho sinergia en su lucha por racionalizar las relaciones de sus Ayuntamientos con el conflictivo sindicato y su engallada dirigente, se abrieron varias pistas, y la música de fondo es inducida sin duda alguna por el jefe político de Nayarit, el gobernante que antes de irse a España a “representar a los mexicanos en la más importante Feria Internacional de Turismo en el mundo” implícitamente dio su placet para el lance jurídico político de los ediles.
Primarios que son, tanto Agueda Galicia como sus numerosos incondicionales que tiene en el comité directivo, en los tres poderes estatales y en el Ayuntamiento, hicieron una serie de expresiones presas de la angustia existencial que les produjo el obús que le lanzaron los presidentes municipales; y de pena ajena fueron sus calificativos, con el rictus descompuesto, el decir “vamos contra toodooos, contra el que seaaaaaa…!” clara señal, el corazón, el estómago y otra cosa les avisa que este lance va en serio, que si quieren sobrevivir, lo harán pero en otras circunstancias, distintas a las actuales.
El ciclo de la prepotencia, la gandallez hace lustros que terminó para el sindicalismo oficialesco protegido por gobernantes perversos, comodinos que tienen como divisa el ejercicio patrimonialista del poder, y generosos con los recursos públicos que no son suyos, le dieron siempre de mas a la dirigencia estatal en las complicidades ocultas para la sociedad; el Sutsem, sus prácticas y dirigente, son arcaísmos, esperpentos en un cuerpo social que en transición no admite ya, jugadores del jurásico Priano.
Pero en este baile, hace falta un invitado, que cuando llegó al gobierno legislativo con mano férrea controló los recursos públicos, despidió a mas de cien empleados, muchos de los cuales son familiares de políticos de su partido, de los prohombres del tricolor que repartían puestos en todos lados, estirando a lo baboso el presupuesto de las entidades públicas.
Al diputado presidente, Armando García, no se le vio abrumado con el sindicato a la hora en que cerró la llave de las “prestaciones extraordinarias”; su compañera de bancada, Agueda Galicia, entendió perfectamente el mensaje; hoy, en el despliegue jurídico político de la conjura de los alcaldes, la experiencia, el talante, la cicatería y la probada malicia con que se conduce el pastor de los diputados, les hace falta a los alcaldes, que están en espera del reflujo de su primera acción contra la líder de los burócratas. Un invitado con la experiencia necesaria para concluír el ciclo del Sutsem.
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