Andrés Manuel López Obrador, ganó la elección presidencial, con un amplio margen en los votos, que descarta cualquier tipo de inconformidad de los actores de la contienda; ¿Qué sigue..? ¿qué nos espera a los mexicanos en este nuevo escenario político y con la próxima administración presidencial..?
Debemos resaltar el gesto enorme de José Antonio Meade de reconocer el triunfo del tabasqueño y mandar un mensaje de civilidad democrática, cuestión que el ahora elegido no hizo en las derrotas anteriores que le propinaron hace seis y doce años.
Sin dejar su rijosidad en contra del gobierno federal, más tarde Ricardo Anaya hizo lo propio, no hubo la generosidad de Meade, pero sí el reconocimiento expreso al triunfo de Amlo y un mensaje con tonos contestatarios.
Los mexicanos tenemos que admitir ahora que el triunfo es legítimo e incuestionable, nos guste o nó, Andrés Manuel será ungido el titular del poder ejecutivo federal, lo que implica el coro estólido de todos sus fieles que sin duda se va a manifestar; y ese es uno de los problemas que tendremos en los próximos días, mientras las cifras se conocen con exactitud hemos de tener paciencia y comprensión ante la belicosidad que pueden asumir.
Hemos de explorar mucho sobre las motivaciones del voto, lo sencillo sería decir el voto del resentimiento, de la venganza en contra de un presidente que se alejó del pueblo, que no contuvo la corrupción y dejó pasar la impunidad.
La autoridad electoral en lo suyo, cumplió con sus obligaciones; y las encuestas de salida nos dieron la anunciación del triunfo electoral; luego el conteo rápido del INE y posterior los cálculos del cómo quedará conformado el legislativo federal.
El presidente Peña Nieto en su mensaje, fue respetuoso, protocolario y con la urbanidad política suficiente para dar por sentado la institucionalidad y el respeto al resultado electoral, se garantiza en paz y con civilidad el tránsito de sexenios.
Y al final, el discurso sosegado, cuidadoso y propositivo del triunfador en la contienda; no fue el discurso incendiario que muchos de sus fidelizados esperarían; señaló rumbos y dejó en claro que no habrá de actuar al margen de la carta magna.
Notable el reconocimiento explícito a la conducta de respeto del presidente Enrique Peña Nieto por el cómo fue tratado en la contienda “a contrario de cómo se comportaron los otros dos presidentes anteriores”, dejó en claro que no habrá confiscaciones, no habrá expropiaciones; no habrá aumento de impuestos en términos reales. Y respeto absoluto a la autonomía del Bancode México.
Y la aspiración de que “quiero pasar a la historia como un buen presidente…” mensaje esperanzador para muchos y de escepticismo para otros tantos.
Esperemos que, ya como presidente electo sepa respetar los protocolos que le imponen la investidura presidencial que las leyes establecen, seguridad y Estado mayor presidencial le son inherentes a su nueva condición.
EN NAYARIT
Al parecer, a estas horas de redactar la nota, solo hemos tenido trascendidos de que al embrujo del nombre de López Obrador y la diligente constancia y esfuerzo cotidiano de Miguel Ángel Navarro Quintero, los candidatos de Morena arrasan en las candidaturas al senado; hemos de ver hoy lunes las cifras de los candidatos a diputados por los tres distritos que tiene la entidad.
Vamos a ser testigos del reacomodo o la remodelación de nuestro sistema jurídico político; y ver, el cómo Andrés Manuel implementa su aspiración de encabezar el cuarto movimiento telúrico de nuestra nación.
Fue una contienda democrática, que terminó exitosamente, ahora tiene la enorme responsabilidad de darle viabilidad a sus proyectos, respetando el marco legal que nos rije y no llevar al país a la confrontación estéril.
Andrés Manuel presidente de la república. A ver quién puede contener ahora a sus delirantes fidelizados…
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