SAN BLAS POR SIEMPRE..!

Del claroscuro de la historia, mezclado con leyendas del conquistador hispano, nos llegan los registros de que Nuño de Guzmán fundó el Puerto de San Blas entre 1529 y 1531;  esta región ubérrima jugó un trascendental papel en la conquista y en la época virreinal; el Rey de España ordenó  la implementación de un puerto y astillero; el personaje de Manuel Rivero y Cordero, surge de entre los visitadores y es quién le diera el rango de Puerto de Altura, para de ahí tomarlo como base para la salida de los barcos a la conquista de las Californias.

En el libro de Francisco Fuster Ruiz  “El final del descubrimiento de América California, Canadá y Alaska (1765-1822) editado por la Universidad de Murcia se recuperan los textos del Archivo general de la Marina, aparece el documento con el nombre de “Don Álvaro de Bazán” fechado desde 1765, adelante existe el texto de la “Creación del departamento marítimo de San Blas, expedición a California” con la descripción siguiente:

“Es necesario pues, contar con un buen puerto y arsenal en el Pacífico, para la habilitación de la Marina que apoye estas empresas. José de Gálvez, el visitador general, es un hombre dinámico que no quiere dejar las cosas a la improvisación y que prefiere supervisarlas personalmente. Por eso sale de México el 9 de abril de 1968 y se encamina a la costa del Pacífico, para seleccionar el lugar donde establecer los astilleros navales que necesita. Parece que el punto inicial más aconsejable es el puerto de Matanchén donde ya vimos que los padres jesuitas tenían sus instalaciones navales.

El emplazamiento es aconsejado por el maestro constructor de naves, Alonso de Pacheco y Solís, quien inicia el astillero en el río Grande o de Santiago. Sin embargo Pacheco muere inesperadamente y es sustituido por el maestro Manuel Rivero Cordero, quien decide el traslado de las instalaciones al inmediato puerto de San Blas….., La planificación del Departamento de San Blas es muy minuciosa y revela el talento político y administrativo de José de Gálvez. Se intenta que la Corona no necesite invertir cantidad alguna en el presupuesto anual del departamento y que San Blas se mantenga por sí solo…., la dársena se forma en el estero del Pozo, cerrando en parte su desembocadura con una pequeña escollera o rompeolas, llamada después la Puntilla. Se obtiene así un abrigo interior para los barcos en trabajo de reparaciones o en maniobras de carga y descarga…”

Otra parte de la historia, es cuando se decide instalar la primera aduana, ya con el intercambio económico con Filipinas, Japón y China, el rampante comercio de especias, sedas, porcelanas, artillería, etc. la entrada a la Nueva España es San Blas; con la acumulación del capitalismo de la colonia, previo a los movimientos de independencia, los astilleros de San Blas, el puerto y la ciudad, llegaron a tener más de doscientos mil habitantes; cincuenta años después, muerto el presidente Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada ordena el cierre de la aduana y la traslada a Acapulco, el dominio de las casas Barron y Forbes empieza a declinar y el Puerto de San Blas deja de tener el papel económico preponderante que tuvo en más de un siglo.

Cuando Celso Delgado –gobernador de entonces- realiza el trascendente seminario “San Blas  para las Californias, historia de su conquista” trae una pléyade de historiadores e investigadores, desde la directora del Archivo de Indias de España, así como al director del Museo de la Marina de Miami USA, se recupera de manera festiva el papel que tuvo San Blas en la fase final de la conquista.

Vale recordar que el día del clausura del seminario, en la plaza principal, Celso obsequió una cena popular a tan distinguidos visitantes, el joterío con sus cocinas que están en los restaurantes en rededor de la plaza, fueron los que cocinaron el espléndido platillo que los distingue, sopes de ostión.

El tribuno se sienta al final con sus importantes invitados y Fito Méndez, jefe de ayudante sufre para impedir que los simpáticos cocineros bien bañados y vestidos inmaculadamente de blanco le lleguen con sus platillos de ricos sopes de ostión. (“Ay señor gobernador…! Pruebe ahora los míos….!”)

El escriba, comparte la mesa con el excelso vate Octavio Campa Bonilla, invitados por Celso, y le digo al poetiso, “fíjate cuantos sopes se va a comer el gobernador…” –me contesta el vate, “puesto diez o quince…” le insisto y le digo: “hay que contárselos….” Y henos ahí, viendo como le llegaban uno y otro y otro con el plato lleno de sopes.., al final constatamos, el gobernador Celso Humberto Delgado, se zampó veintisiete sopes de ostión.

Ahora que pasado mañana la XXXII legislatura tendrá una sesión pública solemne para conmemorar la fundación como Puerto de Altura en la plaza principal, esperemos que la simpatiquísima de Candy Yescas, su alcaldesa, invite los sopes de ostión a los dilectos diputados y su presidente, Polo Domínguez, pueda –con su excelente apetito- superar la marca de veintisiete sopes que impuso del tribuno cuando fue gobernador.

Hemos de estar ahí para constatarlo y que quede en los anales de la historia reciente de Nayarit, cronicándolo en este inefable espacio. Por lo pronto ya le avisé al vate…

Contacto.- cronicaslip@gmail.com

Artículo anteriorCON LA LUMBRE EN LOS APAREJOS LA CONATRIB
Artículo siguienteJUICIO POLÍTICO A ROBERTO
Incursiona en géneros periodísticos, hace reportajes e investigación; es abogado, en “La Voz de Nayarit” como analista político. Los avatares del periodismo de opinión lo llevan al extinto “El Nayar”; posteriormente al revivir el diario como “Meridiano” es uno de sus columnistas principales. El gobierno de Celso Delgado y las organizaciones de periodistas le entregan el Premio Estatal de Periodismo 1993 en la modalidad de “Crónica”. Hace treinta y cinco años nace el periódico regional “Avance” y desde entonces es miembro de su página editorial como analista político. Pionero en Nayarit de periodismo en Internet, publica una página en la web “Crónicas del Sexenio”; se muda un par de años a Nuevo Vallarta y publica en los periódicos “Vallarta Opina” y “Nayarit Opina”. De regreso a Tepic incursiona en la Televisión pública como analista político. Establece una Consultoría Jurídica-Política y retoma el espacio en Internet, como periodista de opinión y reportero entrevistador.