Ayer, con más de siete horas de retraso, los integrantes de la XXXI legislatura del congreso del Estado iniciaron su trabajo; ¿el problema..? la discusión sobre la integración de las comisiones que son reglamentarias para el funcionamiento de la cámara de diputados, al menos ese fue el tema que anunciaron en la sesión anterior; el diputado presidente Jorge Humberto Segura, sin cambiar su tono de voz ni su verbalización, inició sin evidenciar enojo o fastidio; guarda las formas.
Pavel Jarero, en sus ansias protagónicas, irrumpe el orden del día, sobre una formalidad que supone es omisa el congreso para la integración de una comisión para tratar el tema de la indemnización de las tierras expropiadas al ejido de Pantanal, donde se erigió el aeropuerto de Tepic.
Se conoce –y caso raro- la reelección del diputado presidente, para el siguiente mes del primer ejercicio constitucional; Segura, sigue seguro pastoreando a sus pares.
Y se da a conocer la integración de la comisión cuya información demandaba el diputado Pável; quién insiste en su reclamo, la integración de la comisión debe ser tasada por el pleno de legisladores. Uh, el escozor de una normatividad inexplorada…
De las 23 comisiones ordinarias y otras tres especiales, se explica sus funciones y competencia, que se deriva por la denominación que les otorga la ley y el reglamento interior, cuya integración se dilató en demasía, porque, según el decir de un funcionario de la cámara, se tuvo que negociar, conceder algunas e improvisar en otras; así se fueron a la segunda sesión de este singular jueves de accidentes políticos legislativos.
El quid del asunto, es que los medios y la sociedad, hubieran querido percatarse de los gritos y sombrerazos, de las argumentaciones de las fracciones y de todos los representantes populares, que hicieron de su ronco pecho durante las siete horas y feria que estuvieron encerrados, para lograr lo inaudito, el primero de los acuerdos formales de la cámara.
Este tipo de conducción diputadil, sin duda es de una opacidad mayúscula, si en la legislatura anterior, esta fue la constante, por lo que sucedió el día de ayer, estos nuevos diputados, le ganarán a sus precedentes; tendremos que demandar reformas al reglamento interior para que los diputados no tengan ninguna clase de reuniones secretas, todo debe ser a la luz de los medios y de sus representados; los acuerdos en lo oscurito, son la constante, tal condición deja mucho que desear en una sociedad abierta y plural.
En estos días tempranos de ejercicio constitucional, los señores y señoras diputadas se están enredando entre las ramas de los procedimientos reglamentarios, dejando de lado el bosque de lo sustantivo que significa la responsabilidad que tienen.
No hubo oradores, en la proposición de acuerdo en lo general de la integración de las comisiones ¡que no se dieron a conocer..! aprueban 24 diputados, con seis abstenciones; y los ujieres del congreso, sin pudor alguno dirigiendo a los secretarios con las palabras que tienen que decir en el seguimiento de las cuestiones nimias de la sesión; digo pues..!
Y al final, una propuesta de Cambero para cambiar el proyecto de la diputación priísta que fue rechazada por esta mayoría, las abstenciones de las otras fracciones y la contra del panismo.
¿Qué nos mostraron todos los diputados..? que carecen de oficio negociador, que se quiere torcer la norma interna o que a lo mejor, el priísmo ahí representado, aplica a pie juntillas su precaria mayoría legislativa; ayer, posterior a las nueve de la noche, la sesión terminó tal cual empezó, sin resultados ni nombres de los legisladores que presidirán las comisiones, seguirán empantanados el martes; en tal sentido, hemos de esperar horas y horas, el lerdo trabajo de las comisiones, es decir en privado, de espaldas a los medios y al pueblo que los eligió.
Lo cual, desde luego, no son buenas señales para conocer de las capacidades discursivas o exégetas de estos diputados que integran tan singular legislatura.
Mucho ruido y pocas nueces…!
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