Fueron largas las batallas que tuvieron que librar durante años, la comunidad homosexual para obtener el derecho de casarse en matrimonio civil; aunque sigue en pie la discusión si es o nó valido o legalmente procedente denominar «matrimonio» al contrato que ante el oficial del registro civil celebran dos personas del mismo sexo; desde hace diez, merced a los criterios de la suprema corte de justicia de la nación, y mediante juicios de derechos fundamentales, en la Ciudad de México primero y después en las entidades, los titulares del registro civil, por orden judicial están obligados a la celebración del contrato matrimonial entre personas del mismo sexo.
Todo un hito en el singular avance de la sociedad mexicana, en otras sociedades, con esquemas jurídicos mas adelantados que el nuestro, no se les llama «matrimonio» y no tuvieron que pasar lustros en batallas legales para establecer la legalidad civil de una unión de personas del mismo sexo. Los mexicanos, muy dados al dramatismo y sobre todo en los miembros de esta comunidad LGT y demás, han hecho de la alaharaca su dogma de protesta y después de luchas lograron medianamente reconocimientos de sus derechos fundamentales, al tenor de la trascendental reforma del artículo 1° constitucional.
Las personas, sin distinción de género gozan de la verdadera igualdad jurídica, ante la obsolescencia legal y administrativa de los Ayuntamientos en lo respectivo al funcionamiento y registro del estado civil de las personas, tuvieron que demandar el juicio de derechos fundamentales, para que un juez de distrito ordenara la celebración del matrimonio civil entre personas del mismo sexo. Esta fue su lucha, esta es, su realidad, en espera que diputados de todos los congresos locales hagan lo conducente para que este contrato se lleve a cabo de manera natura sin recurrir al manido juicio de amparo.
Pues bién, luego de años de luchas, en Nayarit, muchas parejas del mismo sexo se ha casado, y hemos visto que del tejido social los homosexuales y las lesbianas, son parte integrantes de nuestra sociedad, son amigos, vecinos y seres socialmente productivos; estamos en este proceso de desterrar la homofobia para admitir que en una sociedad como la nuestras todos tenemos el derecho de ser como se nos pegue la chingada gana.