El peligroso impasse en que ha caído la crisis financiera en la que se encuentra la Universidad Autónoma de Nayarit, ante la cerrazón de los líderes sindicales y sus agremiados que no quieren de ninguna manera perder sus decenas de millones de “asignaciones sindicales” que les fue aprobado por el CGU, el tema al interior se lleva por dos vertientes.
Una, la de los adversarios del rector Nacho Peña, que con el sólo hecho de no colaborar ni ser solidarios con sus ambiciosos proyectos, ya le están haciendo daño, minando la presencia en sus feudos, donde permanecen sus enclaves de irresponsabilidad y desidia; y la otra, al exterior, con variopintas interpretaciones.
Una de ellas, de gente cercana al gobierno estatal, que ya le dijeron al maestro Peña que mientras no desmonte la estructura administrativa y de control de la rectoría, que es casi la misma que le dejó el rector precedente, no le van a ayudar, sino todo lo contrario van a hacer acciones legislativas para modificar el actual estado de las normas que regulan la existencia y funcionamiento de la UAN; y ya empezaron, los diputados recién aprobaron una ley en la cual se asumen as atribuciones para nombrar a los titulares de los órganos de control de organismos descentralizados, entre otros la misma UAN.
En pleno inicio del periodo electoral, ya con los pre candidatos en ejercicio de su labor de proselitismo con su militancia, ninguno de los que aspiran a gobernar Nayarit, ha señalado algún juicio o comentario alguno sobre la UAN y el cómo debe de apoyarse para salir del grave atolladero al que la llevaron la inquina, el dolo, la sevicia y la irresponsabilidad mayúscula de quienes ejercen el esquema de control corporativo.
¿Ninguno.? Nó, el único pre candidato que en varios foros se ha referido con angustia y énfasis al fenómeno de la crisis financiera que tiene a la UAN en la picota del descrédito, ha sido el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero, abanderado de MORENA, señalando el inaudito de los hechos que hoy son competencia del agente del ministerio público especializado de la Fiscalía general del Estado.
Y diciendo que “habremos de ayudar a salir de la crisis financiera que tiene la universidad de los nayaritas; no es posible admitir tamaña irresponsabilidad, tenemos que salvarla para tener una universidad sana para que sigan preparando a los jóvenes que requiere Nayarit..” Miguel Ángel, ha llevado el tema de la UAN, al pueblo, dentro del tejido social en el que se desenvuelve como pez en el agua, lo cual, es importante para despertar no solo las adhesiones a la propuesta política del galeno, sino despertarle también al Juan Pueblo, que los nayaritas no podemos perder la UAN por un puñado de vivales.
Y mientras tanto, el rector Peña, haciendo de tripas corazón y cada día disminuyendo su capacidad de negociación y de convocatoria para llevar a cabo las acciones inherentes que reclama el estado de excepción en que se encuentra la UAN a su cargo.
Nacho Peña, debe ya distinguir quienes son sus aliados de fuera, y los adversarios de dentro, los que le hacen la labor de zapa para darle al traste a sus proyectos y de paso en su ceguera y egoísmo mayúsculo, a la universidad de todos los nayaritas…
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