Una computadora encendida, una mente no evolucionada, con rencores y revanchas insatisfechas, con minusvalía social, apátrida en su propia patria chica; y con una conexión a la internet, es una ventana abierta al mundo de la información de todo tipo y también, es el medio por el cual, el ejercicio crítico de la libertad de expresión llega a niveles de auténtico libertinaje, en cuyas expresiones se pudiera configurar ilícitos al cometer excesos indebidos propios de la acción delincuencial.
La carretera de la información, ahora con las redes sociales, ofrece la oportunidad de comunicarnos de manera instantánea con el mundo; y, gracias al anonimato que para muchos va implícito en este ejercicio, es una exquisita oportunidad para verter todo tipo de miasmas y dicterios en contra de los gobernantes. Es una mala prensa, esta autodenominada “prensa de opinión” que no ata a conocer los cánones periodísticos que implica la naturaleza de cada uno de los géneros clásicos del ejercicio de expresión en medios; y, con la presencia de muchos espontáneos que se trocan en opinadores.
Esta enorme facilidad de acceso a todo tipo de sucesos, de personas y de lo que sucede en la esfera de los distintos niveles de gobierno, produce una singular reacción en espíritus perversos, les genera una impulsividad incontrolable de darle curso a una actitud irracional de anti gobiernista a ultranza; esta angustia existencial es compulsiva, les crea la necesidad de una urgente gratificación de sus iguales, del gentío que pasa horas frente a la computadora en detrimento del desarrollo de sus destrezas sociales; son pues anacoretas.
Las palabras ofensivas, los tonos descalificadores, las difamaciones están a la orden de día; el día de ayer, la persona del gobernador, sus funcionarios; los diputados y magistrados del poder judicial, fueron pasto de las ofensas de todos aquellos que cualquiera que sea la actividad gubernamental, todo es deleznable.
Y el despropósito mayúsculo fue, una reunión social de los hombres del poder, que se relajaron de la mejor manera con un singular encuentro deportivo; jugaron futbol en la arena cora, y ese fue el pecado mayúsculo para que de fea manera a todos crucificaran en la picota de esta nueva moralina, la de los emisarios del pasado y la recua de seguidores estólidos.
El contenido de los mensajes contra el gobierno, son ofensivos, transgreden el buen gusto, la educación y las normas penales; empero, la impunidad de que hoy gozan azuza a los reaccionarios para que se legisle de manera puntual como delitos este tipo de expresiones; no debemos llegar a tales niveles, esta permisividad excesiva por su propia dinámica es improductiva y no genera adhesiones verdaderas en la sociedad.
No son desde luego “tigres de papel”, sino hienas histéricas en búsqueda de reconocimientos, la impunidad de la cual hoy gozan propicia no entrar en discusiones trascendentes, sino que su verborrea los desnuda tal cual son, intrusos incómodos cuyas expresiones reclaman ayuda profesional de sicólogos para reorientar sus angustias existenciales, la cobardía del estar atejonados frente a la computadora evacuando sus miasmas, es un singular onanismo, improductivo y estéril.
Los riesgos de la sociedad de la comunicación…
Contacto: luisi48@prodigy.net.mx
