El experimento les funcionó, por vez primera no fueron los exclusivos integrantes del consejo nacional quienes eligieron al presidente del Pan; se consultó a los miembros activos de dicho partido, y el resultado nos muestra varias e importantes lecciones; una, no siempre el candidato más popular o entusiasta es el que gana; Cordero innovó sus formas de proselitismo, muy al estilo de lo que hizo el malogrado Luis Donaldo.
Dos, la ácida personalidad de Madero, mostró que siendo presidente en funciones (aunque hayan recurrido al eufemismo de solicitar licencia para contender) tuvo el mando y el poder para dar línea a los comités estatales, quienes se convirtieron en los mejores activos de su campaña; el comité de pelafustanes que dirige el Pan en la entidad, lo acreditó fehacientemente; boicotearon las acciones de campaña y trabajaron en serio a la hora de acarrear los votantes.
Estimo que, lo importante para los blanquiazules, no es quién dirige el partido, sino qué es lo que van a hacer de cara a su futuro inmediato, las elecciones de 2015 y el no tan lejano 2018; dos hitos en la historia que está por escribirse en los procesos electorales, las gubernaturas estatales del año próximo, puede ser una oportunidad para decirle a los mexicanos, qué clase de partido son, ¿los mismos..? ¿torpes y dogmáticos y a la vez excelentes contratistas a la hora de ser gobierno..?
Y si para el 2018, la gerontocracia que representa Madero, va a permitir que su candidato presidencial salga de los Gil Zuart, Cordero, Oliva…, un partido que, para la elección presidencial próxima veremos si se ha recompuesto, o si con este presidente será más de lo mismo; ellos, que se han solazado con haber derrotado al ex presidente Felipe Calderón, en esa incomprensible conducta de hacer labor de zapa en contra del mandatario federal, por el simple hecho de pertenecer a corrientes partidarias diferentes; eso, aquí y en China se llama, tozudez, estupidez extrema.
Es difícil aceptar que con Madero o si hubiese ganado Cordero, el Pan cambiará su forma de nominar las candidaturas, ellos tienen una élite que se disputa y dispone de sus candidaturas electorales; se van a transformar, podrán hacer la reingeniería partidaria que reclaman muchos mexicanos; este Pan que vimos en elecciones se aprecia dividido, fracturado, militantes y dirigentes, se escuchan extraviados en sus asertos, alejados de la ingente realidad política que hoy vive el país.
Este partido, desarticulado y falto de objetivos claros y tangibles para su militancia, tiene mucho que trabajar para tener la mística partidaria y la reciedumbre política para ser considerado una opción viable por el electorado en los comicios que vendrán, en los Estados, las federales y la sucesión presidencial. Faltó a su palabra Madero, prometió inclusión de los corderistas, hasta ayer, ningún ofrecimiento; veremos si en las elecciones del 2015 superan las divisiones y el encono de las dos corrientes, sus nominaciones serán el mejor mensaje.
TOMA TU GENEROSIDAD!
Ernesto Cordero, tuvo un gesto de congruencia al conocer la tendencia irreversible del resultado electoral y en un mensaje de reconocimiento de su derrota, le recordó a Don Gustavo que:
“Esperamos que la pluralidad que hoy se ha manifestado en las urnas se refleje en los espacios de decisión del partido, en donde deberán deliberarse las acciones más importantes de la vida institucional del PAN. La unidad es responsabilidad de todos. Pero la convocatoria, la iniciativa, a construir la inclusión que reconcilie nuestra pluralidad, debe venir de la dirigencia.
En el PAN, siempre nos hemos dicho que la generosidad honra en la victoria.
El PAN es mucho más que una competencia entre dos planillas. El PAN somos todos. El PAN le pertenece a todos los mexicanos.
Muchas gracias, otra vez.”
Sin embargo, pese al tono conciliador del derrotado, no han aparecido expresiones que señalen la necesaria unidad que reclama su partido, luego de la terrible y evidente fractura que trajo la contienda interna, en dónde se tiraron con todo, apareciendo las peores taras del partido y de cada uno de los contendientes, uso patrimonialista del poder, agandalle con contratos, tráfico de influencias de legisladores federales para asignar presupuesto a modo a alcaldes y gobernadores Ah..! ellos le llaman comodinamente “moches”.
La nomenclatura de sus dirigencias estatales, nos muestran un campo de intereses partidarios claramente identificados con sus legisladores estatales y federales; son todo un mosaico de personalidades, y la contienda los identificó, así en cada entidad, el triunfo o la derrota, ubica a sus liderazgos en una ¿nueva? composición de sus bases; así en cada Estado, cada cual habla como le fue en la feria electoral.
Los partidos políticos en México son un ogro voraz de apetitos inacabados, miles de millones de pesos del presupuesto nacional, son ejercidos sin pudor ni vergüenza alguna por sus beneficiarios; los pillos que administran esta franquicia en Nayarit, aún presumen sus viajes a Europa que realizaron hace meses.
De ahí el por qué la apreciación que tiene Juan Pueblo de los partidos, está por los suelos, porque los consideran instituciones altamente onerosas, y el descaro con que se conducen sus dirigentes, esos usufructuarios de los dineros públicos, es una mentada de madre a los ciudadano de este país.
Total, que el panismo en sus elecciones internas, no pudo o no quiso, darle al pueblo de México una lección de democracia partidaria, las mismas mañas y agandalles que aprendieron al llegar al poder; atrás quedó la ingenuidad de ser una “digna oposición”.
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