· Notarios otrora intocables
· Estertores del cacicazgo magisterial
Una de las derivaciones del poder político con que llegó el gobernador Miguel Ángel Navarro, se inscribe en una condición, su triunfo electoral inédito se tradujo en la primera de las reglas del ejercicio del poder, llega sin compromisos ocultos, no existen alianzas vergonzantes, ni complicidades con el pasado reciente; de esta manera en la tarea de gobernar, la limitante es el marco legal que nos rige, los enclaves caciquiles se difuminan en un escenario en donde la contienda tiene nuevas connotaciones.
El gremio de los Notarios, siempre ha tenido máculas, entre ellos saben perfectamente quienes, -ellos o sus familiares cercanos- hace malabares estirando la ley y de plano cometiendo una serie de irregularidades mayúsculas, que se aceptan sin chistar que son acciones deliberadas de vulnerar el marco de derecho al cual están obligados a su respeto irrestricto.
La Ley del Notariado vigente establece un régimen de estricto derecho a la actividad fedataria, cuando se establece que debe ser “con estricto apego a la legalidad aplicable…” el gobierno del Estado, y los demandantes de la actividad fedetaria de los Notarios, no esperan otra cosa más que el cumplimiento fiel de la norma que les rige.
Hoy es del conocimiento de la sociedad, de los medios, de la comentocracia local, la terrible defenestración que el gobernador del Estado ordenó revocar la patente y declarar la cesación del ejercicio de la función notarial de José Luis Béjar Fonseca y de su hijo José Luis Béjar Rivera como notario suplente adscrito a la Notaría Pública Número 13.
Personaje de singular talante que durante lustros mantuvo un tutelaje sobre el Colegio de Notarios, llegando a excesos tales como tener un apartado especial en la Dirección del Registro Público de la Propiedad, en donde prácticamente se congelaban las anotaciones de todas las operaciones irregulares que realizó en el mercado inmobiliario.
El pasmo en los integrantes del Colegio de Notarios ha sido mayúsculo; la lección es simple, se acabaron los enclaves caciquiles de todo tipo, quien haya hecho trapacerías con la función notarial, deberá responder por ello. Y los trascendidos indican que son otros cinco, seis fedatarios que están siendo sujetos de indagatorias en carpetas a cargo de Agentes de Ministerio Público.
El decreto administrativo del pasado 31 de marzo que publica el acuerdo de la cesación notarial, está bajo el escrutinio de los Abogados litigantes que auguran éxito en un juicio de amparo; es posible, sin embargo, el impacto social y mediático está dado; el desprestigio social es mayúsculo. Uno de sus pares ha señalado “ahora que la gente que ha sido perjudicada por ellos, al ver que ya no son intocables, les van a llover demandas..” Triste final para una vida pública exultante.
LOS PAROS LOCOS DE LA SECCIÓN XX DEL SNTE
Han realizado presiones de todo tipo, al arranque del gobierno elevaron muy alto la vara de su presencia sindical y política en la entidad y pretendieron imponer una singular interlocución con el gobernador Navarro Quintero; con la vitriólica sonrisa de Javier Mercado, les comunicó a los hermanos Montenegro que para ellos “el gobernador del Estado no tiene agenda…”
Y mandaron al benjamín de la familia a la oficina del poderoso secretario general de gobierno, quién recibió calmo y ecuánime la singularidad exigencia; lo que no esperaba el enviado, fue la durísima filípica que les endilgó Juan Antonio Echeagaray, dejando muy claro el escenario político en el cual se iban a llevar las relaciones con el sindicato que heredaron; el puntual señalamiento de la hegemonía política de Miguel Ángel, era un deslinde que no esperaban y al cual no están acostumbrados.
Pasaron algunos meses, andaban todos turulatos –dixit la maestra Elba Esther- y ahora desde hace semanas han iniciado el golpeteo marginal, con paros locos y presiones mediáticas…, solo que ahora la Fiscalía General del Estado, les está dando a conocer que sus acciones están en la tenue línea que separa la protesta contestataria con la ilicitud que implica la suspensión forzada de las actividades públicas de la administración estatal.
Esto apenas empieza, puede ser el inicio del fin de un arcaico cacicazgo, y hemos de ver si los profes de la XX en estas nuevas condiciones de contienda sindical y política, proseguirán con su consustancial servidumbre y se atrevan a explorar algo que desconocen, la democracia sindical.
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