En el acto cívico de hace un par de días que llevó a cabo el poder judicial, elmagistrado presidente Ismael González Parra, soltó unas palabras que considero definitorias para angular el dictum y su talante en los principios éticos que deben prevalecer en la institución que hoy personifica.
“En el Poder Judicial del Estado de Nayarit vivimos tiempos que ponen a prueba nuestra entereza por sus enormes dificultades pero no nos desvían de nuestro objetivo central, que es tener una institución respetada y reconocida por su trabajo al servicio de los nayaritas
En el Poder Judicial del Estado de Nayarit vivimos tiempos que ponen a prueba nuestra entereza por sus enormes dificultades pero no nos desvían en nuestro objetivo central, que es tener una institución respetada y reconocida por su trabajo al servicio de los nayaritas”,
González Parra manifestó que por más complejos que sean los obstáculos que se oponen, “sabremos salir adelante porque nuestra institucionalidad no está al servicio de ningún interés que no sea la misma institución”.
“Tenemos que generar un cambio verdadero, con profesionalismo y la firme determinación de combatir cualquier acto de corrupción que lesione la dignidad de las y los servidores judiciales, y más aún que ahonde la desconfianza de la sociedad en las instituciones judiciales”
Y como al andar se hace camino, ayer se llevó a cabo una inusitada reunión de todos los jueces con el concejo estatal de la judicatura, a la cual acudieron los juzgadores que prestan sus servicios en el sistema tradicional y en el nuevo de corte acusatorio y oral; un ejercicio que no se había visto en los últimos años.
Abrir la reunión sin agenda previa, dejarles el micrófono a los jueces y juezas, representa una intercomunicación entre los administradores de justicia y el órgano de gobierno del poder judicial; no se trataron cuestiones sustantivas del ejercicio jurisdiccional, sino temas ingentes que afectan a quienes dan la cara ante los justiciables.
Fueron temas candentes, que implica el reconocimiento a las precarias condiciones de las instalaciones de muchos juzgados que tienen a su cargo el sistema tradicional; y los justificados reclamos de los salarios que, desde hace lustros no se les han incrementado.
Este tema, la dignificación de los salarios de los juzgadores es una herencia perversa heredada de anteriores gobernadores, cuya percepción del papel que desempeña ante la sociedad el poder judicial fue limitado, precario y discriminatorio del presupuesto de egresos de los poderes estatales.
Dado el esquema jurídico político del gobierno estatal, es el gobernador quien de facto el que decide los montos a otorgar a los poderes, en cuanto al judicial, desde hace lustros su presupuesto de egresos ha sido deficitario, puesto que, no llega ni a la media nacional, es decir el poder judicial de Nayarit padece una pobreza endémica.
LA RESPUESTA DEL GOBERNADOR
Y es ahora, con la presidencia de Ismael González Parra, quien ha reordenado la institucional relación con el poder ejecutivo de la entidad, Toño Echevarría García quién ha tomado acuerdos, para mejorar los ingresos de los juzgadores, respondiendo de esta manera a una inteligente propuesta que le hizo el magistrado presidente, para que de manera paulatina se vayan homologando los jueces que menos perciben a los ingresos de las nuevas plazas del nuevo sistema de justicia penal de corte acusatorio.
Pobre de un Estado que tiene a sus jueces con bajos salarios, es la condición primera que posibilita la venalidad y la corrupción en el consabido tráfico de influencias; y frente a descrédito que se ha generado con el difícil caso del Infonavit y sus recuperaciones de inmuebles, el trabajo para mantener la dignidad y el decoro de la presidencia del Tribunal de Concejo de la judicatura, no ha sido, desde luego fácil.
Ismael González Parra tiene que lidiar con las obvias y explicables contradicciones que tiene en el seno del poder judicial, con los medios que tienen filias con los emisarios del pasado; con un gobierno que llegó con prisas y con ganas de sanear el escenario, en el contexto difícil de la transición del gobierno de la república y sus inusitadas decisiones de política pública.
Nos desenvolvemos en una vorágine política, judicial y administrativa, ahí, en la cresta de la ola mediática, está el magistrado presidente con sus afanes de trascender este tiempo de zopilotes…
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