En el decurso de su campaña, el maestro Jorge Ignacio Peña, me compartió la ruta que esperaba seguir para poner en práctica sus ambiciosos proyectos como rector de la Universidad Autónoma de Nayarit; de septiembre a diciembre, “elaboramos la nueva legislación y normatividad interna..” para que entrando enero, con mejores elementos administrativos y financieros, se inicie la remodelación de la UAN y la concreción de un mejor modelo académico.
No pudo, el mundo se le fue encima; la magnitud de la herencia fue impensada y la acción disruptiva del órgano de fiscalización superior, ahora ya se entiende como un elemento distractor de condicionantes del gobierno estatal; el impacto ha sido brutal, le ha pegado en toda la línea de flotación de la necesaria credibilidad que debe tener la universidad de todos los nayaritas.
La condición en que se encuentra el maestro Nacho Peña, ha sido asfixiante para todo administrador que pretenda curar un enfermo en etapa terminal y con metástasis en todo su cuerpo, pareciera que su elección como rector fue para que se trocase en el sepulturero de la UAN, merced a la trágica condición en que han sumido a la máxima casa de estudios, los enclaves caciquiles, los liderazgos corporativos.
Desde fuera, desde este espacio hemos intentado no solo airear las miasmas de la UAN, hemos señalado el inaudito enclave delincuencial que creció a la vera de la indiferencia o complicidad de líderes, rectores y procuradores de justicia y delegados de la PGR; hoy es el factor que impide la recuperación de la credibilidad vulnerada y ante la inacción judicial de la Fiscalía, el rector se debate en un laberinto de muchos frentes, y pocas soluciones.
La omnipresencia caciquil, le impidió modificar la estructura financiera para este año; no pudo impedir que los mozalbetes del consejo general universitario, aprobaran el oprobio de las “asignaciones sindicales” que representan una sangría de más de 85 millones de pesos anuales que se reparten los líderes de los trabajadores, docentes y estudiantes; el arcaísmo de la estructura universitaria de los años 80 del siglo pasado…!
Muchas voces del gobierno estatal, de la SEP, de Hacienda, de intelectuales que le apoyaron le han dicho, mientras no se den muestras que impliquen la modificación de la estructura de control y de gobierno de la rectoría y de sus finanzas, pocos le van a ayudar a salir airoso al rector Peña en el túnel en que se encuentra. Esto implica correr a todos los que ya se conocen como emisarios del pasado.
LA ESTRATEGIA
Frente al déficit financiero estructural, con sus actores y responsables metidos ahí en sus mismas oficinas, el margen de maniobra es realmente escaso, limitado en extremo; ¿qué caraxxos hacer..? ¿cómo recuperar credibilidad, para que funcionen los nuevos esquemas de financiamiento..? ¿a quién recurrir cuando ya se han cerrado todas las puertas…?
Quizás, merced a la orientación vocacional de su formación académica, haya estudiado en estos momentos de tribulación, el viejo texto de Sun Tzu, el arte de la guerra, si uno lo estudia, se comprenden la naturaleza de los conflictos y sus alternativas de solución; quien posea el talento necesario puede someter a sus oponentes sin combatir, o tener la habilidad necesaria para vencer sin que la sangre llegue al río.
La exigencia para que las autoridades fiscalizadoras lleguen hasta lo último de los procedimientos es una excelente acción, pese a la consustancial pachorra de la ASF y de la ASE, que solo han asustado con el petate del muerto sin llegar a fondo de las responsabilidades resarcitorias, es más, con graves deficiencias de operación en sus determinaciones.
Ya hace lustros que el escriba leyó el viejo librito, no recuerdo si señala que para ganar una guerra a un adversario poderoso, debes de ganar primeras batallas pequeñas; empero, la determinación de publicar las nóminas de pago de los diversos rubros de la UAN, es una excelente medida, la exhibición pública de los maleantes metidos a trabajadores con salarios ampliados nivel XII, de estos tipejos que se creen las vacas sagradas de la universidad que al conjuro de su vetusta presencia siguen cobrando dobles plazas sin trabajar.
El rector Peña, le ha apostado al escarnio público, a ver si entienden sus adversarios que la vergüenza y dignidad de todo universitario, está reñida con la deshonestidad mayúscula que ahí en estos documentos se acredita; lo que sí recuerda el escriba son algunos de los cinco pasos del librito para ganar batallas:
“El que sabe cuándo puede luchar y cuando no, saldrá victorioso.
El que comprende cómo luchar, de acuerdo con las fuerzas del adversario, saldrá victorioso.
Aquél cuyas filas estén unidas en un propósito, saldrá victorioso.
El que está bien preparado y descansa a la espera de un enemigo que no esté bien preparado, saldrá victorioso”
Es posible que este tipo de acciones del maestro Nacho Peña le lleven a mejores condiciones de negociación y acciones ejecutivas, que le permitan expulsar tanto bulto e imbéciles que le estorban ; ojalá y le alcance el tiempo, y el próximo gobernador, asuma como propio el salvamento administrativo y financiero de la universidad de todos los nayaritas.
Ojalá…
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