SINDICATOS Y EL 1° DE MAYO

  • Efeméride de relevancia histórica
  • Sindicalismo arcaico, anti democrático

En la sociedad occidental, todo su proceso formativo ha sido una larga historia de luchas en contra de la desigualdad social, económica y política; con la revolución industrial nace la clase trabajadora urbana en Europa, modelo de desarrollo que se implanta en América.

Pocos sindicalistas quizás recuerden el origen de la fecha y cuando fue implantada.

La idea primigenia es recordar y reivindicar a los Mártires de Chicago, aquel grupo de sindicalistas que fueron condenados a muerte por su participación en una huelga que inició el 1 de mayo de 1886 en Estados Unidos. Esta fecha se fijó durante el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional celebrado en París en 1889.

En este México surrealista, durante el largo milenio del PRI, el 1° de mayo fue la efeméride recurrente para afianzar la dependencia de las centrales sindicales y del sindicalismo de Estado, con el gobierno en turno; los sindicatos en México no evolucionaron a la par de la sociedad, de las instituciones de gobierno, ni con la alternancia en el poder público.

Fue en 1913 que se celebró por primera vez el Día del Trabajo en México, cuando 20 mil obreros marcharon y exigieron al gobierno la implantación de la jornada de ocho horas de trabajo al mismísimo dictador Victoriano Huerta, que llegó a la presidencia de la república mediante el golpe de Estado contra el gobierno de Madero.

Hoy, son organizaciones que se aferran al pasado ya ido, buscando permanecer como adherentes de gobiernos cuya praxis política no tienen en su mira, las complicidades gubernamentales con los sindicatos de burócratas.

Las crisis económicas en países como el nuestro suelen ser momentos clave en dónde emergen los conflictos sociales y se redefinen las relaciones de y con el poder. En México, los sindicatos han permanecido “turulatos” (dixit Elba Esther Gordillo) y no han capitalizado las crisis recurrentes que hemos padecido en los últimos treinta años.

El progreso de nuestra sociedad existe, es un esfuerzo colectivo; en el caso de Nayarit, se tiene un gobernante todo terreno cuyas acciones se caracterizan por el impulso a los derechos sociales colectivos y a la instauración de relaciones jurídicas justas para los trabajadores del campo.

La purificación de las instituciones de gobierno, también incluyen a los sindicatos de burócratas, que han desviado la ruta de la protesta y su rijosidad extrema solo acreditan lo que les duele, se le han cercenado sus gananciales espúreos, el gobierno de Miguel Ángel Navarro, no instrumenta pactos ocultos, ni requiere comprar con millones a los dirigentes para que sigan sometidos a las disposiciones gubernamentales.

Hoy, Nayarit y su gobierno, así como la sociedad toda, requiere de un sindicalismo autónomo, moderno, capaces de entender que son parte de la maquinaria económica que mueve el progreso de la sociedad, mientras prosigan en el mantenimiento de un modelo sindical acomodaticio y corrupto, seguirán teniendo el repudio de la sociedad.

Festejemos este próximo 1° de mayo con el recuerdo de la efeméride en su exacta escala, que la podredumbre se destierre para darle paso a unas relaciones sindicales armónicas, con el principio de la responsabilidad de que los trabajadores son la mar de importantes para la marcha de la sociedad.

Y sí defiendan sus derechos y logros jurídicos; deben entender a cabalidad que ya, en pleno siglo XXI se terminaron los privilegios, ya no son trabajadores de excepción.

Contacto.- mirtha.palacios@hotmail.com