SE REMODELA EL PODER JUDICIAL

  • Aracely Ávalos nueva presidencia

  • Reasignan integrantes de las salas

  • Mayores retos a enfrentar

Pues no se cumplió el destino manifiesto de Rodrigo Benitez; en singular sesión del pleno del TSJ de Nayarit, resulta electa como magistrada presidente Aracely Ávalos Lemus, quien es una letrada que su origen administrativo está ligada a los servicios de educación pública, otrora feudo privado de los caciques magisteriales de apellido Montenegro, que hizo levantar las cejas a más de alguno.

Su llegada al poder judicial fue en el cuatrienio pasado en el gobierno del junior Echevarría, con innegable presencia política en la toma de decisiones de Jorge Aníbal, el maquiavélico hombre fuerte del entonces gobernante. Sin desdoro alguno, asume su cargo con trascendentes expresiones sobre las difíciles tareas que tiene que enfrentar este órgano judicial.

Aracely Ávalos, tiene en su hoja de vida los estudios y reconocimientos que le otorgaron las modestas instituciones de la localidad, incluyendo un doctorado local y varias especializaciones sobre los temas más delicados de la administración de justicia, no tiene carrera judicial y sí señala que fue Abogada postulante; lo cual le daría un conocimiento del funcionamiento de los juzgados, estando frente al escritorio de los juzgadores, con toda la amplia gama de experiencia que ello implica.

En la sala civil, queda Rodrigo Benitez como presidente, acompañado del talentoso César Octavio García y Román Salazar; en la sala penal Rosa María Domínguez es presidente con Luciano Solís y el experimentado José Alfredo Becerra; en la jurisdicción mixta queda como presidente Omar Arciniega como presidente junto a Zaira Rivera y Norma Alicia Haro.

Las salas unitarias quedan con Einsten Razura, Ramiro Ávila y quien se ha trocado en la conciencia crítica del poder judicial, el avezado letrado Javier Rivera.

Con el tamaño de los retos que tienen encima, los Abogados litigantes se preguntan si ¿este poder judicial está en condiciones de responder de manera eficiente, sin opacidad, con un pulcro desempeño y apegado a las normas que nos rigen..? la respuesta en este momento es que no. ¿Porqué..? por que se carecen de mecanismos eficientes al interior del poder judicial para evitar la corrupción y los desaguisados de pésimas resoluciones de jueces y magistrados. Se evidencia el factor humano de la falta de capacitación jurídica en sus operadores.

Y la consustancial condición de los juzgados de primera instancia, las enormes dilaciones en los acuerdos y la falta de eficiencia para asumir todo tipo de notificaciones mediante el uso de las tecnologías digitales. Además de que existe exceso de burocracia en los órganos internos, persisten los enclaves de poder y una desordenada rotación de jueces de primera instancia, y algo que es consustancial a una sana práctica de la administración de justicia, la eficaz y expedita resolución de quejas de todos aquellos juzgadores que incurren en faltas graves por inepcia o corrupción.

En todo este contexto, les faltan recursos para la necesaria e impostergable socialización del nuevo Código de Procedimientos Civiles y Familiares.

Se imponen cambios y nuevas prácticas, sin burocratismo alguno y abiertos a las voces de medios y de los Abogados litigantes que son quienes saben y conocen a cabalidad la precariedad actual de la administración de justicia.

La presidente Aracely Ávalos tiene la palabra…


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