Hace algunos ayeres, cuando por vez primera competía por la presidencia municipal, siendo gobernador su primo Antonio Echevarría, el que esto escribe, fue contratado para redactar los boletines de prensa de su campaña; el despacho de asesores en marketing político que tenían, luego de un estudio de campo lo decidió, y de esta manera, empecé a registrar los aconteceres de aquella campaña, de manera puntual y con el género periodístico propio de la actividad que desarrollaba el galeno.
Pasadas algunas semanas, Polo me pregunta “¿cómo ves la campaña, vamos a ganar..?” y con toda la crudeza que la respuesta implicaba le dije, que nó, que no iba a ganar; Polo se quedó callado y luego me dice: “¿y las concentraciones..? es un gentío de miles los que juntamos en cada acto de campaña..?” le contesté, eso no cuenta, no es medible ni significa el voto de quienes van a tus mítines.
“¿Y entonces..?” mira, -le dije- no vas a ganar porque no tienes partido, y no sé de qué manera le hacen en el Pan, pero en el Pri, lo importante es “amarrar los votos”; Polo puso una cara de no conocer el término y le expliqué lo que para el tricolor es uno de sus bastiones, su capacidad de control de las estructuras de base y la enorme experiencia para amarrar votos, de lo trascendente que es en una campaña, que el partido lleve a cabo las acciones sustantivas de cara a la movilización electoral.
Ante la contundencia de mis argumentos, a los días, el entonces candidato me invitó a una de sus reuniones que en el “cuarto de guerra” tenían a diario por la noche; ahí conocí a su coordinador de campaña, un ex priísta de un Estado norteño, que según me dijo Arturo Guerrero, valía para siete chingadas y que les estaba cobrando más de 250 mil pesos mensuales.
La reunión fue un diálogo de sordos, el gordo personaje de marras, no admitió ninguno de mis argumentos y, según supe posteriormente, se comprometió a mejorar los puntos débiles de la campaña que yo le había señalado al candidato. El resultado electoral, me dio la razón posteriormente.
Hoy, he visto a Polo Domínguez como diputado y, en varias ocasiones al principio de esta legislatura, le hice –a título gratuito- unos documentos sobre el grave latrocinio que el sátrapa gobernador anterior hizo de la hacienda pública, ni él, ni Carlos Carrillo tuvieron los tamaños para hacer lo legalmente procedente en la tribuna del congreso; y constato que, si no tuvo el valor para hacer el inicio de los procedimientos legales que le indicaba el momento, ahora como candidato de una inusual “alianza de facto” su dicho se reduce a la oposición sistemática al gobierno de Roberto Sandoval, y ser oposición así, es una cómoda manera de estar en los medios, empero, tal actitud no compra votos.
Ahora, la pregunta es imperiosa, ¿con tamaño partido, el Pan, en manos de los más ineptos dirigentes que jamás haya tenido piensan ganar..? ¿con un Prd atomizado y que solo sirven para hacer agitación política..? no le disputan al Pri en experiencia, estructura de base y, sobre todo, capacidad de movilización a la hora de los votos; aunque si es Roy Gómez el candidato a edil de Tepic, es posible que sean competencia; empero, si como todo mundo lo espera que Gianni encabece la fórmula por Tepic, Polo Domínguez tendrá una vez más, la respuesta puntual del electorado, sus propias encuestas se lo anuncian, el Pri, con el ingeniero Ramírez tiene el mejor pronóstico para las elecciones del cercano julio.
¿Cuáles son los factores que hoy nos dicen que Polo difícilmente puede ganar las elecciones para presidente municipal..?
Uno, no tiene partido; dos, no tiene estructura de base; tres, no tiene prensa (salvo el Meridiano y Enrique Hernández) y cuatro, no tienen dinero para llevar a cabo los costos de una verdadera campaña. Quedándose en las redes del Facebook, seguirá con su magro 17% de intención del voto, frente al 37% que ya trae Gianni Ramírez.
En política electoral, los datos duros son de la chingada pero son los que te ubican en la exacta realidad; tal cual es la nuestra…
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