El público, compuesto por amigos y familiares de los tres nuevos magistrados, aguantaron estoicos las horas del macilento ritmo que le imprimen los diputados a sus aburridas sesiones ordinarias; los acuerdos de las adiciones y reformas al marco legal que nos rige, medianamente planchadas por la eficacia de la conducción del pastor de la legislatura; Armando García cumplía con ritmo protocolario la conducción de las dos sesiones del díade ayer.
El pelo en la sopa, lo dieron tres diputados panistas y uno perredista, votaron en contra del dictamen que ungía a Miguel Ahumada, a Rocío González y a Arturo Herrera magistrados numerarios del Tribunal superior de justicia; fueron las expresiones del poder, del foro local, que fuimos a testimoniar la designación de tres nuevos magistrados, cuya currícula acredita la atingencia del gobernador Roberto Sandoval al haber cumplido su función constitucional.
En efecto, al referirnos a los tres nuevos magistrados, como común denominador se resalta que se premia la carrera judicial en la persona de una talentosa abogada, de bajo perfil pero eficiente en su carrera en los interiores del poder judicial, Rocío tiene la responsabilidad de ser un emblema de sus pares y compañeros del Tsj, estoy cierto que habrá de darle prez a su función como togada.
Miguel Ahumada, ya con tablas en los escenarios de los reflectores del poder, se comportó con el talante de quien sabe cuál es su destino manifiesto (la próxima presidencia del TSJ y del CJE ); con el orgullo de ver a sus seres queridos en la bancada del salón de sesiones; el gobernador otorga un reconocimiento al abogado litigante, al estudioso, a quien con un bajo perfil ante los medios, ha cumplido a la altura de los ritmos e intereses que ha diseñado el gobernante, en la comisión tripartita para implementar el nuevo sistema de justicia penal y como eficaz abogado del despacho del ejecutivo estatal.
Y Arturo Herrera, el cimarrón abogado de reconocimientos mayoritarios, cobijado con la ternura de doña Nena, junto a Lalo, nietos y amigos de la pandilla de los Herrera, llega a la magistratura como la muestra de que el gobernante –además de reconocer al litigante- sabe ser amigo de sus verdaderos amigos; la relación entre ellos, es de décadas, cuando “el cuchillo” se arriesgó a exhibir públicamente su filia por Roberto, cuando el ahora gobernante era nada en la clase política local y nadie daba un peso por su proyecto.
Si, el poder se ejerce de manera endogámica; empero en esta triada de togados, es menester reconocer que el gobernante no improvisó magistrados como antaño, que se llevaron al TSJ a un singular número de títulos y muy pocos abogados que en su vida abrieron un código o llevaron un juicio; hoy los tres nuevos magistrados son abogados en toda la extensión de la palabra, con experiencia en el derecho judicial y con amplio reconocimiento de sus pares; lo cual, es una excelente decisión del gobernante y de la obsecuencia del poder legislativo.
Magistrados habemus…
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