Por Surya Palacios / Alto Nivel
Los eurodiputados señalaron al presidente por denigrar e intimidar a los periodistas con una retórica de abuso que atenta contra la democracia.
El Estado mexicano ha incumplido con las obligaciones contraídas en el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre México y la Unión Europea, en el que nuestro país aceptó diversas disposiciones en materia democrática y de derechos humanos, por eso es muy grave la condena a las autoridades mexicanas que hizo el Parlamento Europeo por el trato que aquí recibe la prensa, y aún más lo es la respuesta visceral con la que respondió el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al mismo tiempo no debemos obviar que lo señalado por los eurodiputados es similar a la preocupación manifestada el pasado 22 de febrero por Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos.
Y no es casual que estas dos posiciones de crítica al gobierno de México se den justo en el contexto de la invasión de Rusia en Ucrania, conflicto en el que el Estado mexicano no comparte las sanciones impuestas al gobierno ruso por parte de sus socios comerciales.
Esto muestra que, tanto en Europa como en Estados Unidos, están tomando nota de la regresión democrática que experimenta nuestro país en la actual administración, lo que incluye -por su puesto- un apoyo no explícito de México al gobierno autoritario de Rusia, convertido hoy en paria internacional por haber violado la integridad territorial de Ucrania, uno de los principios básicos del derecho internacional.
Las repercusiones de esto auguran que seguirán llegando condenas políticas del exterior, ya que nuestros socios europeos y norteamericanos también tienen a la mano presionar a México en términos comerciales.
Abuso del poder
El jueves, el Parlamento Europeo condenó “el alarmante ritmo al que periodistas y defensores de los derechos humanos en México, incluidos los defensores del medio ambiente y los pueblos indígenas, están siendo amenazados, hostigados y asesinados”.
La resolución, adoptada con 607 votos a favor, 2 en contra y 73 abstenciones, señala que México ha sido durante mucho tiempo “el lugar más peligroso y mortífero para los periodistas fuera de una zona de guerra oficial”.
El Parlamento Europeo también observa “con preocupación las ‘críticas duras y sistemáticas’ utilizadas por las máximas autoridades del Gobierno mexicano contra los periodistas y su trabajo, al tiempo que condena los frecuentes ataques a la libertad de prensa y trabajadores de los medios”.
Por ello los eurodiputados pidieron a las autoridades de nuestro país “que se abstengan de estigmatizar a los periodistas y defensores de los derechos humanos y que garanticen su protección”.
Los parlamentarios se refirieron de manera específica a las constantes críticas y denostaciones que hace el presidente López Obrador sobre la prensa en general, y en contra de algunos periodistas, analistas y académicos en lo particular.
De manera explícita, el texto aprobado por el Parlamento Europeo apunta que “el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a menudo ha utilizado ruedas de prensa para denigrar e intimidar a los periodistas independientes”. Los eurodiputados dicen que “esta retórica de abuso genera una atmósfera de malestar implacable hacia los medios independientes”.
Esa conducta del mandatario en contra de lo que él considera la prensa conservadora que -desde su perspectiva- está en su contra, calificándola incluso como golpista, es un acto de abuso de poder que amenaza a la libertad de expresión y a la democracia en México, que crea un efecto amedrentador no solo para los periodistas, sino también para toda la población.
Estamos ante elementos fácticos mediante los cuales se manifiesta la fuerza del Estado en contra de los periodistas, lo que ubica al presidente en una flagrante transgresión a lo que le ordena el tercer párrafo de la Constitución, que establece que todas las autoridades están obligadas a promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos.
En ese sentido, como jefe del Estado mexicano, Andrés Manuel López Obrador también ha violentado la conocida como “Cláusula democrática” del Acuerdo de Asociación Económica entre México y la Unión Europea, que en su artículo 1 compromete a nuestro país a respetar los principios democráticos y los derechos humanos fundamentales.
Sobra decir que la prensa crítica, aunque no le guste al presidente, es un elemento necesario para la democracia, además del ejercicio de un derecho humano, por lo que su respeto no es optativo para López Obrador, sino una obligación cuyo incumplimiento tiene consecuencias, de ahí la condena del Parlamento Europeo.
El titular del Ejecutivo federal también tiene la obligación constitucional de respetar los tratados signados por México, y los compromisos que en estos se establecen.
En el caso del Acuerdo con la Unión Europea, México convino cooperar con ese bloque de países en “el desarrollo de la sociedad civil”, y con la implementación de “medidas de formación y de información destinadas a ayudar a las instituciones a funcionar de manera más efectiva y fortalecer el Estado de Derecho”, según el artículo 39 del Acuerdo.
Ese mismo numeral, en relación con el artículo 1 del tratado, también obliga a México y a sus autoridades a promover los derechos humanos y los valores democráticos, “tal como se enuncian en la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
Todo esto ha sido incumplido por el presidente en sus ataques a la prensa, pues antes que político y ciudadano, López Obrador ostenta la jefatura del Estado en México, posición que no honra al responder al Parlamento Europeo con un comunicado escrito sin contención ni diplomacia alguna, en un tono soez e indigno.
Contrario a lo que cree el mandatario, al condenar a México por los homicidios de periodistas y el trato que se le da a la prensa, los eurodiputados no tienen ninguna actitud de conquista, simplemente están señalando que nuestra nación está abierta a la crítica y escrutinio internacional porque los Acuerdos y Tratados comprometen a México en materia democrática.
Solo en los países autoritarios y sin democracia se ataca a la prensa, solo autoridades antidemocráticas no aceptan que la función del periodismo es criticar al poder. Eso es lo que en realidad nos dijeron el Parlamento Europeo, junto con el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken.
Y hay que ser muy claros en esto, ya es momento de decir que en esta administración se está haciendo un uso abusivo del poder que, lamentablemente, nada tiene que ver con la democracia que hemos intentado construir desde hace más de 20 años.