FALACIAS DEL SISTEMA PENAL ACUSATORIO

  • son los operadores quienes incumplen
  • problemas internos de los auxiliares

El sistema de justicia mexicano, al haber adoptado el penal de corte acusatorio, caracterizado por su oralidad, generó muchas expectativas que se han visto superadas por la realidad en que operamos el sistema y por lo tanto nos han resultado unas verdaderas falacias; veamos algunas:

La corrupción, se festinó en demasía de que con éste sistema a la llegada del nuevo sistema, iban a desaparecer la ilegalidad, los abusos en las detenciones que violan derechos humanos; en sus orígenes, en las discusiones con los legisladores que crearon el Código Nacional de Procedimientos Penales y las reformas a la Constitución, se señaló que los problemas de la procuración y administración de justicia, este sistema los iba a resolver; hemos avanzado, pero no a la altura de lo que se requiere para echar las campanas a vuelo.

El cuello de botella se encuentra en los fiscales (agente del MP) que construyen los casos y la casi nula actividad investigadora de la policía que fue creada para ser la funcional auxiliar de los fiscales en la primera parte del proceso de instrumentar las carpetas con las indagatorias; con el estrechez procesal de la parte primera del juicio, el problema radica en la rigidez de los jueces de control que -al menos en Nayarit- difícilmente aplican el principio de la presunción de inocencia, pese a que el material probatorio que le llevan al juez para la imputación primera, carece de racionalidad y no siempre acredita, sin lugar a dudas la presunta responsabilidad del imputado en la comisión de un hecho con apariencia de delito.

Invariablemente, dictan el auto de vinculación a proceso, y si son expósitas sus violaciones a los derechos fundamentales del imputado, el defensor puede apelar o irse al juicio de Amparo; y he aquí nuestra realidad, en el interior de los centros de justicia, los administradores, los secretarios de acuerdos, por inexperiencia o por lo abrumado de los muchos casos que generan las carpetas ya convertidas en causas penales, tienen una dilación enorme; una apelación se remite a la sala unitaria correspondiente en lapsos que en ocasiones llegan a los treinta días.

Se rompe el principio constitucional de continuidad que debería de prevalecer en el sistema; la resolución de los recursos no son eficaces; y ni que decir de los juicios de amparo, son tardados como aplicar un suero, contra autos de vinculación a proceso, de menos se echan unos cinco, seis meses y salen con la manida resolución los jueces de distrito que conceden la protección de la justicia federal «para efectos», es decir en lugar de proteger al quejoso de la violación a sus derechos fundamentales, le dan la carga a los jueces de control o al magistrado para que dicte una nueva resolución apegada a derecho y subsane las deficiencias del acto reclamado.

Con su práctica hemos visto que el nuevo sistema busca ser eficaz, nada tortuoso, empero sus resultados no siempre generan justicia para las víctimas ni para el imputado, en muchos casos si hay eficacia, pero no se puede decir que el resultado de un caso haya sido necesariamente justo; el sistema premia a la confesión para disminuir la pena, empero ahí en el procedimiento abreviado el imputado permanece indemne ante la acusación de la fiscalía que sabiendo que sus medios de prueba no serán refutados y le ponen una serie inaudita de pruebas inverosímiles, sobre abundantes e impertinentes.

Como defensor, me han tocado casos, que ante las dilaciones de las audiencias de control judicial y el incumplimiento de las obligaciones de los fiscales del caso, los imputados prefieren el procedimiento abreviado aunque confiesen un hecho que no cometieron con tal de salir libres.

Estas son las piedras en el zapato; el sistema descansa en una policía diligente y eficaz, en un fiscal responsable cuyo trabajo es la construcción de los casos con medios de prueba sólidos y convincentes, que se obtienen en el marco de la legalidad para ser presentado al juez de control, hemos de ver el accionar  tortuoso muy al estilo del viejo sistema inquisitivo de los policías investigadores que con armas y agresivos van a la individualización de los presuntos imputados y a hostigar los testigos que le propone la defensa al MP en la fase de investigación complementaria.

Nuestros jueces difícilmente liberan a un imputado pese a que los insumos que le presentaron al MP no son los pertinentes para constituir medio de prueba idóneo para presumir la responsabilidad en el hecho que se les imputa.

Seguiremos con el tema, que existen cuestiones que tienen que ser resueltas para la mejoría del nuevo sistema de justicia penal de corte acusatorio y oral.

Contacto.- cronicaslip@gmail.com 

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Incursiona en géneros periodísticos, hace reportajes e investigación; es abogado, en “La Voz de Nayarit” como analista político. Los avatares del periodismo de opinión lo llevan al extinto “El Nayar”; posteriormente al revivir el diario como “Meridiano” es uno de sus columnistas principales. El gobierno de Celso Delgado y las organizaciones de periodistas le entregan el Premio Estatal de Periodismo 1993 en la modalidad de “Crónica”. Hace treinta y cinco años nace el periódico regional “Avance” y desde entonces es miembro de su página editorial como analista político. Pionero en Nayarit de periodismo en Internet, publica una página en la web “Crónicas del Sexenio”; se muda un par de años a Nuevo Vallarta y publica en los periódicos “Vallarta Opina” y “Nayarit Opina”. De regreso a Tepic incursiona en la Televisión pública como analista político. Establece una Consultoría Jurídica-Política y retoma el espacio en Internet, como periodista de opinión y reportero entrevistador.