- Un año por lo demás difícil en lo económico
- Un proceso electoral inédito; alianza opositora y del oficialismo
Nuestros mejores deseos, que nacen de la bienaventuranza, los que deseamos a nuestros familiares y amigos son de prosperidad y que este año sea venturoso para todos; empero, la cruda realidad se impone, el contrato social que nos unía con los gobiernos se ha roto, la horfandad política es la constante, la sociedad se encuentra lacerada, dado que muchos de sus miembros, algo más del 10% de la población han sido víctimas de la pandemia.
Al disolverse las ideologías, no existe un asidero intelectual o un instrumento cognitivo que una al ciudadano con su gobierno, y ya entrando el año electoral, con los partidos políticos, la distancia de este abismo sociopolítico nos lleva a considerar lo atípico que serán los procesos político electorales, inmerso el país, en la peor crisis económica desde los años treinta del siglo pasado.
La contienda no será de ideas, sino de promesas, la vacuidad de lo inasible; ¿con qué plataforma saldrá el oficialismo a pedir el voto a esos treinta millones de electores que hace dos años los llevaron al poder..? en todos los órdenes de la vida nacional se aprecia la negligencia, la falta de oficio y la perseverancia en los peores vicios del peor gobierno que haya llegado, la centralización extrema de los hilos del poder, y la división de la sociedad, en el inaudito de utilizar dicotomías del siglo XIX, para definir el momento social que vivimos.
Se ha entronizado la mediocridad, con todos sus vicios que le son inherentes, sin vergüenza alguna y con una desfachatez extrema.
De ahí que, hemos de ver la impensable alianza de los tres partidos protagónicos de antaño, el PRI, el PAN y el PRD, que debieron de reducirse al pragmatismo de unirse para obtener la mayoría en el Congreso federal y constituirse en el contrapeso necesario para detener la destrucción de las instituciones del Estado mexicano.
Por ende su propuesta electoral no será complicada, sino lineal y sencilla para encauzar la latente inconformidad que se vive en todos los mexicanos, a una lucha político electoral que no tiene parangón en el país; unidos quienes eran ideológicamente contrarios, para detener el pobrismo corruptor del gobierno del presidente López.
A nivel local, los dos bloques ya se han anunciado, el oficialismo de Morena con sus ubicuos aliados, que llevarán a Miguel Ángel Navarro como candidato, que tendrá que hacer uso de todo su patrimonio político acumulado, su bonhomía y humanitarismo, dado el momento difícil por el que atraviesa el rechazo a las políticas públicas del presidente López; y en el caso Nayarit, veremos que el elector votará por el nombre del candidato propuesto, no por lo que representa el partido o alianza de partidos que lo proponen a la ciudadanía.
De la alianza opositora, llama la atención el cómo van a resolver el hibridismo de una propuesta electoral específica, puesto de lo que se trata es el de capitalizar o exacerbar la inconformidad social prevaleciente, y de una u otra forma han de elaborar sus productos de comunicación política, y su abanderada Gloria Núñez, mucho tendrá que hacer para despertar adhesiones y acreditar que su candidatura no fue producto de la distribución de género.
Nada fácil será el quehacer político de partidos y candidatos, esperamos los consabidos desfiguros y el atajo de imbéciles que van a surgir para sacrificarse por una candidatura de hasta suplente de regidor; surgirán candidatos a ediles y diputados como hongos en verano, se ha puerilizado la política, una profesión que antaño demandaba algo de decencia, oficio camaleónico, y un entendimiento a toda prueba de que el sistema de gobierno tendría que prevalecer por encima de aflicciones partidarias.
El Estado corporativo e incluyente, ése, ya no existe; el gobierno del presidente López y su recua de incompetentes, lo están destruyendo. Como en todos los países, cuando el sectarismo de derecha o de izquierda se hace gobierno, el ciudadano sale a votar mientras contemos con el mecanismo democrático de elecciones libres, será la prueba de fuego del Instituto Nacional Electoral, que ya dio muestras de sometimiento al presidente de la república.
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