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Inermes los ciudadanos
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Antaño, ajusticiamientos en caliente
Desde mediados del siglo pasado, cada fin de sexenio en Nayarit se incrementaba la delincuencia, sobre todo en zonas ganaderas, en caminos rurales; los soldados, la otrora temible policía judicial, no se andaban entre las ramas con eso de las garantías individuales, si los agarran en flagrancia los mataban a balazos, sus cuerpos aparecían en las orillas de la carretera federal, para ejemplo de sus compinches.
“ya están matando en Nayarit…” -se decían y esas bandas delincuencias se regresaban a Sinaloa, Durango o Zacatecas; así, se mantuvo la paz y la seguridad en estas zonas rurales y ganaderas.
Cuando llega el coronel Rogelio Flores Curiel a la gubernatura, los primeros meses de su gobierno se trajo un batallón de la policía del entonces DF, que patrullaban en Tepic y otros municipios con sus impresionantes uniformes y armas de cargo.
Su procurador de Justicia de triste memoria, Antonio Sam López se convierte en el azote de infractores y del poder judicial, se dio el lujo de abofetear a jueces penales que en un caso, cumplieron los extremos constitucionales y no acataron la orden de mantener presos a los responsables.
Con estos ejemplos que recordamos, llegamos a una conclusión, se mantuvo la paz social de manera intimidatoria a la delincuencia y a fuerza del irrespeto de las garantías individuales y el autoritarismo del Estado, sin pudor alguno y con excesos se hizo uso de la violencia legítima que le compete al Estado.
Hoy, que en Tepic se vive un clima de robos a casa habitación y a los automotores que dejan las personas afuera de sus domicilios, se conoce la connivencia de la policía municipal del Ayuntamiento de Tepic con los grupos delincuenciales que a estos delitos se dedican, esta corporación, que es la única que no tiene el mando único con la SSPC, ante la ineficaz de estas corporaciones, el enojo, la impotencia y la rabia de los particulares afectados busca salidas que de una u otra manera sirvan para disuadir a los delincuentes.
Los vecinos de un barrio, de una cuadra, se organizan, ponen cámaras y letreros de que serán filmados los delincuentes; hace una semanas en la parte alta de la colonia San Juan, se filmó un robo, con la intrusión del delincuente que se llevó domésticos y una bicicleta; fue detenido…, y a los dos días ya estaba libre y volvió a la misma casa por otra bicicleta que se le había quedado en el robo anterior, en pleno sábado a media día…!
Se han hecho encuestas en diferentes países, y muchas personas están de acuerdo en que se limiten derechos ciudadanos con tal de mantener un clima de paz social y de seguridad comunitaria, lo que indica que la prevalencia de las garantías de seguridad jurídica y derechos humanos se pudiesen limitar pero a cambio que se detenga la delincuencia.
Un tema que afecta a miles de personas, que genera incertidumbre ciudadana ya intimidados por la ominosa presencia en la entidad del grupo delincuencial que domina el trasiego y la distribución de enervantes; a menos de que estos señores se dediquen con sus eficaces métodos a erradicar a estas ratas que hoy pululan por las noches en Tepic asaltando casas y robando automotores, como lo han hecho en otras latitudes, exhibiéndolos desnudos, golpeados y con pancartas para un eficaz escarmiento.
O queda la justicia por propia mano, la olvidada legítima defensa…