La efeverscencia política que se genera en estos tiempos pre y electorales, les alborota la hormona a todos los hombres y mujeres que se encuentran en la administración pública, los legisladores locales no debieran ser la excepción; ya que conforme a los usos y costumbres, de ellos surgen los candidatos “naturales” para irse a competir por la nominación a las presidencias municipales; y, desde luego, al revés, algunos ediles dejan su administración para ir en pos de las diputaciones.
Esta condición que abomina la ciudadanía, que se interpreta de manera lineal como una actitud desbocada de la búsqueda del poder por el poder mismo, ya ha tomado carta de residencia en la política mexicana; ante los desfiguros de personajes saltimbanquis de partidos bonsai, que salen de las diputaciones que de regalo obtuvieron por sus franquicias, el líder del congreso, de manera pudorosa, salió en la defensa del oficio, de sus cofrades.
“Los derechos políticos de los ciudadanos se tutelan de manera amplia y siempre favoreciendo las aspiraciones legítimas que les corresponden”, expresó el diputado Armando García Jiménez, presidente de la comisión de gobierno, ante el pleno de los legisladores locales.
Dijo incluso que los aludidos, se comportaron con humildad y respeto, cuando cada uno de ellos sometieron a la consideración de la asamblea su petición de retirarse de su cargo, y en congruencia con el marco legal que rige la vida interna de sus partidos; “aspiran a seguir construyendo una nueva opción política, que les permitirá seguir contribuyendo a favor de Nayarit y por el desarrollo de cada una de sus regiones”.
Pero ya encarrerado en la generosidad discursiva, abundó “Son mujeres y hombres de trabajo, responsables a la hora de asumir compromisos, que saben honrar su palabra y hacer equipo cuando se trata de Nayarit y de su futuro; de ello nos dieron muestra en esta legislatura, durante el tiempo que compartimos tareas legislativas, parlamentarias y de gestión”.
Y si a pesar de este tipo de argumentos convincentes, todavía existe alguna persona que no vea de buen modo el accionar de los saltimbanquis, el líder del congreso se refirió a que cada uno de los diputados que solicitaron licencia, lo hacen, en estricto apego a lo que establece la constitución del Estado; para estar en condiciones de cubrir los requisitos que se exigen para concurrir en igualdad de circunstancias al proceso interno de sus respectivos institutos políticos, en el marco del actual proceso electoral que se vive en la entidad nayarita.
LOAS PARA TODOS
Al hacer énfasis de que están en ejercicio de sus derechos ciudadanos, en tiempo y forma, presentaron ante el poder legislativo la solicitud para separase del cargo, por tiempo indefinido; y reiteró que: “son mujeres y hombres de trabajo, responsables a la hora de asumir compromisos, que saben honrar su palabra y hacer equipo cuando se trata de Nayarit y de su futuro”.
Y conforme a la frase aquella de que a los adversarios que huyen puente de plata, el diputado presidente reconoció que cada uno de los representantes populares, siempre respondieron a los intereses del pueblo, fueron consecuentes a la hora de hacer valer su representación y al ejercer el poder que les confirió la ciudadanía.
Sin duda, es evidente el rango de urbanidad política que Armando García llevó a estos niveles, puesto que el colofón de su disertación es, de antología:
“Van en busca de una oportunidad para continuar sirviendo a su gente; particularmente a la ciudadanía de los municipios y distritos en los que se asienta la población de la que recibieron el mandato, que hasta estos momentos aún conservan; hago votos para que les vaya bien en sus proyectos, y que de hacerse realidad, repercutan en beneficio de sus municipios y de sus distritos”.
Con tales recomendaciones uno pensaría que ya tienen aseguradas sus candidaturas; habremos de ver, si pueden llegar, al menos los del Pri, a las nominaciones que buscan, dada la plena incertidumbre que se ha desatado desde el domingo anterior, ante los divertimientos políticos del gobernador Roberto Sandoval.
Empero, el testimonio de generosidad política de Armando García ahí queda para la historia del poder legislativo.
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