El escenario es de Kafka, el poder mediático y los dineros de la matriarca del Sutsem, Agueda Galicia Jiménez, ha logrado mixtificar una realidad ingente, el presidente municipal de Tepic, el ingeniero Héctor González Curiel, al final de su mandato actúa en congruencia con todo lo que ha venido protagonizando desde hace un par de años, le dice “nó” a la impudicia del sindicato, con todo lo hecho en contra de su administración, tuvo la desvergüenza de solicitar cientos de basificados, en el claro afán de imponer una condición sindical que es jurídica, política y financieramente inviable.
No tan solo ha persistido en su perverso afán de prolongar un estado de excepción en las relaciones laborales con los municipios y el Estado; el hecho de tener un estatuto jurídico singular, no hace al sindicato de burócratas y a los gobiernos municipales y estatal, que tengan que persistir en una extra territorialidad de la aplicación de las leyes que nos rigen.
Gobernadores consentidores, afectos al aplauso fácil e improductivo, junto al sátrapa anterior, y presidentes municipales timoratos tienen la responsabilidad de origen con su actitud permisiva de haber creado el frankestein actual, cuya impiedad mayúscula pretendió poner de rodillas a los ediles y al gobierno estatal.
Se impone un reordenamiento legal de las cuestiones financieras, los apetitos sindicales son improcedentes, no tan solo desde el punto de vista laboral, sino por el imperativo financiero que conmina a los gobiernos a replantear el fin de este esquema corporativo que solo representa el mayor lastre en la vida pública de la entidad, se requiere un poco de inteligencia política y un mucho de argucias legales, que, desafortunadamente no se atrevieron a seguir, cuando hace dos años, todos los ediles hicieron una declaración concertada de modificar las instancias de prebendas y beneficios financieros que reciben los trabajadores sindicalizados.
En las relaciones de trabajo entre empresas y patrones, es inadmisible este estado de inequidades, se plantea un conflicto económico y las autoridades del trabajo actúan en consecuencia; nada impide que se haga lo mismo en las relaciones del Estado y municipios con el insatisfecho sindicato; es, un problema de voluntad política que no terminaron de expresar los ediles.
Sin embargo, ante este nuevo lance de Agueda y sus huestes, el presidente municipal de Tepic, con el apoyo del cabildo, dijo “nó”; y en su exquisita perversidad la dirigencia falaz, pretende hacerle creer a la sociedad lo increíble e inverosímil, que fue el propio “Toro” quien propuso la basificación de cientos de inútiles e innecesarios trabajadores del Ayuntamiento de Tepic; entre más grotesca es la mentira, con sus medios y escribidores a sueldo, pretenden hacerla veraz.
Son innumerables y por la gente común no creíbles los excesos en que han incurrido con sus canongías y “conquistas sindicales” valga un solo ejemplo, apoyados por el sindicato, y las autoridades en su tiempo, apoyaron a 27 trabajadores del ayuntamiento para que tuvieran estudios universitarios; ya con su profesión terminada, les dieron el nivel siete, (mas prerrogativas) el máximo de los sueldos –como 30 mil o más al mes-, y ahí están sin hacer absolutamente nada, inútiles, improductivos y zánganos como el que más, 27 abogados en el departamento jurídico del Ayuntamiento de Tepic, que, a la hora de los amparos y recursos fiscales, no funcionan ni justifican el nombramiento y el salario que perciben.
LOS NÚMEROS DE LA ESTULTICIA
Con el lenguaje sibilino del cual es su característica, el sindicato el 5 de mayo del año en curso, le remite al presidente municipal de Tepic, la solicitud de los 600 trabajadores que “desean obtener una base” y la petición la sustentan en el improcedente convenio colectivo laboral del estatuto jurídico de los trabajadores del Estado y municipios; son salarios base de $ 5,634.00 pesos, sin embargo con el cúmulo incrementos, “ayudas, bonos, vales, arcones navideños y prestaciones extraordinarias” el salario al final es de $ 147, 225.94 pesos de pago anualizado..!
Tal imposición que pretende el sindicato le flagela a las finanzas municipales, por el número de trabajadores que pretenden basificar, de manera absurda y unilateral la nada despreciable cantidad de $ 88, 335,564.00; más de 88 millones de pesos, sin contar la carga fiscal y las previsiones sociales a la que están obligados, del modo tal que supera los cien millones de pesos el nuevo gravamen que Agueda Galicia y sus afiliados pretenden imponerle al Ayuntamiento de Tepic.
La oradalía que pretende perpretar en contra de la ciudad de Tepic, el sindicato de burócratas, es una muestra palmaria de lo arcaico que significa la existencia de esta organización sindical; no pasará nada, socialmente considerado, si el gobierno del Estado y de los Ayuntamientos le pongan un hasta aquí; lo mismo pasó en el vecino Jalisco, el primer gobernador panista puso al sindicato en su lugar y ni la sociedad ni su federación sindical pudieron modificar que la recomposición de las relaciones laborales se diera con criterios de racionalidad política y financiera.
Ella, Agueda Galicia, y el gurú de cabecera que tiene, ése que le ganó las internas del Pri, solo tienen una condición, es su perfil necrófilo en contra de las instituciones; poco o nada les importa la estabilidad de los gobiernos para responderle a la sociedad; se transformaron en el más pesado lastre que gobierno alguno puede soportar; nada sería mas aplaudido por la sociedad que un gobierno le reordenada el estatuto jurídico y las prestaciones que reciben por su presencia en las labores públicas.
Es de todos conocido el talante y el pésimo servicio que prestan los trabajadores sindicalizados, les vale un absoluto comino la marcha armónica de las instituciones para con la sociedad; ellos solos en su ceguera, antinomia y sinvergüenza se han ubicado en el mayor de los descréditos ante la sociedad; son (y nunca imaginé escribirlo) los enemigos públicos número uno de las instituciones de gobierno en la entidad.
Bien por el Toro y su cabildo que le dejan a Polo un escenario no tan conflictado, pese a que sus voceros siguen chingándolo, ya tendrá en sus manos la responsabilidad de negociar con la ignominia, veremos de qué pasta está hecho el panista; mientras tanto, no debemos escatimarle el puntual reconocimiento al edil, por la resolución de actuar de manera racional, política y financieramente en contra de la ignominia e impudicia sindical.
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