En “off the record” uno de los distinguidos visitantes de los que participaron en el panel sobre anticorrupción y transparencia, preguntaba por la evidente intimación y calidez en el trato del auditor general del OFS, el secretario general de gobierno, magistrado y el mismo fiscal de hierro, que estuvieron este viernes anterior en el desarrollo de este singular evento.
La persona que me lo comentó, a su vez me interrogó sobre una posible respuesta –me dijo- “que no le diera pena” y sin desdoro alguno de la significación e impacto político que en el escenario local tuvo, le señalé que era propio de un gobierno consolidado, y que en este tiempo de “real politik” no está de más que Pepe Espinoza, se dirija a la persona del auditor general como “mi hermano”, de igual forma al magistrado Miguel Ahumada, así como al fiscal de hierro Edgar Veytia.
Tampoco, que en el acto se hubiera usado el estrado atril del congreso del Estado, dado que, el Órgano de fiscalización superior, es una entidad autónoma, con personalidad y patrimonio propios; y según el dictum de Roy Rubio, es una institución que en el cumplimiento de sus funciones sustantivas, actúa en sincronía con el poder legislativo y con “nuestro señor gobernador”.
Menos aún, habría de alzar la cejas para entender el motivo fundamental de la presencia en la clausura del evento, del propio gobernante de los nayaritas, Roberto Sandoval, quién en su intervención no solo mejoró los asertos de su secretario general de gobierno, sino que adelantó que seremos la entidad que cumpla primero con los extremos de la reforma constitucional y el sistema anti corrupción que se encuentra empantanado en el cambio de legislatura de la cámara de diputados federal.
La intervención que tuvo el gobernante, sobria, congruente, fue la cereza del pastel para el preocupado Roy Rubio que hizo una amplia convocatoria a funcionarios municipales, diputados, notarios, magistrados, abogados líderes de sus asociaciones, funcionarios de la contraloría estatal, de la dirección jurídica, etc., etc., y toda la fauna política local, así como a uno que otro periodista de opinión.
Roberto, en su muro de la red social del Facebook puso estas palabras que sintetizan su presencia y su intervención en el panel: “Gracias a los organizadores del Panel Nacional de Anticorrupción y Rendición de Cuentas por permitirme el honor de clausurar sus trabajos este día. En Nayarit le apostamos a la honestidad y estamos en contra de la corrupción”.
LA ESPECTATIVA ESTATAL
Es de todos sabido que esta administración no tiene vocación para profundizar en los pecados del pasado; del sátrapa ex gobernador González y sus principales operadores, del peor latrocinio que se haya hecho contra el patrimonio común de los nayaritas; quieren ver hacia adelante, a su propio futuro inmediato, cuando los carniceros del ayer se trocan en las reses del mañana; y este es, el reto de Roberto y de “su” auditor general; que sobreviva el tránsito de sexenio y pueda llegar a cumplir el periodo para el cual fue designado por los diputados del congreso del Estado.
Esa sería –de cumplirse- una de las derivaciones más ambicionadas, que el próximo gobernador confirme lo dicho en este panel, que esta administración le apostó a la honestidad y que estuvo en contra de la corrupción. Y pese a la mala prensa marginal y de la internet que tiene esta administración, en este espacio consideramos el hecho de que, no tenemos por qué no creerle al gobernante; dado que los tiempos de la política, los definen las circunstancias.
En este momento, es el gobernante quién sin Némesis alguno hace y lleva a cabo todos y cada uno de sus proyectos de política pública; lo que le resta a Roberto es mantener la unidad de su equipo y aliados, cumplir con sus delicadas responsabilidades al margen de los ditirambos y lances propios de la política pre y electoral que se avecina en un año y meses.
Los ejes de su administración tienen que fortalecerse, la grave responsabilidad que se ha estado cumpliendo merced a las hombradas que hizo el fiscal de hierro, la funcionalidad que le ha representado la ratificación como presidente del TSJ de Pedro Antonio Enríquez, en la implementación del nuevo sistema de justicia penal en la entidad; el control y saneamiento de las finanzas públicas estatales, merced a la eficacia que le impone Luis Apaseo; el combate a la pobreza que tiene que profundizar su Sedesol estatal y desde luego no marginar las acciones en pro del desarrollo integral.
¿Tiene Roberto Sandoval, los tamaños para hacer esta ruta crítica y llegar en óptimas condiciones políticas al fin de su sexenio..?
Desde este espacio consideramos que sí; solo tiene que dedicarse un poco más a la revisión de lo que hacen y dejan de hacer sus funcionarios, aplicar correctivos y escuchar a las voces de la sociedad, incluso, a aquellas delirantes, estridentes y contestatarias; como gobernador, ya tiene ganado a pulso su inserción en la historia reciente de la entidad, con sus peculiaridades, en donde cuentan más sus activos.
Nayarit, requiere mando, estabilidad y talento para cerrar este gobierno y festejar el centenario de la entidad.
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