• Rígida ética pública del gobernante

  • Un código de conducta difícil de concretar

“El que se mete a redentor, sale crucificado..” reza el viejo adagio; y en estos días Miguel Ángel Navarro el gobernante de los nayaritas, ha cruzado su Rubicón, puesto que ha llevado a sus resoluciones de política pública, parte del rígido código de ética con que ahora se conduce, específicamente sobre los estragos que causa el alcoholismo en la población; y que en su familia lo vivió en carne propia.

Al haber señalado que no habrá otra edición de la “Feria de Tepic..” para evitar la venta indiscriminada de bebidas alcohólicas, fuera y dentro de los recintos instalados para ello, prácticamente se le vino el mundo encima; en este espacio hicimos el lunes por la tarde y ayer por la mañana un seguimiento a las redes sociales del impacto de tal determinación, más del 80% del espectro de los internautas condenó la decisión de gobernador.

Ayer mismo, ante la avalancha de los mensajes en contra, algunos con explicable encono, hizo una prudente corrección sobre la naturaleza de los eventos que tendrá esta nueva modalidad de la “Feria de Tepic..” y aunque no tuvo toda la claridad posible, se entendió en el imaginario colectivo, de que sí habrá espectáculos musicales y sí lugares que serán estrictamente vigilados en dónde se consuman bebidas alcohólicas.

Quiere Miguel Ángel darle curso al reclamo de los culturosos de Tepic que reclaman espacios y apoyos de este gobierno para desplegar su particular concepto, visión y práctica de lo que consideran debe ser la política cultural del gobierno del Estado que preside el galeno; que sí, ha estado condescendiente con esta comunidad que reclama sus escenarios y apoyos.

Este es un tema que tiene peligrosas aristas; es un problema de la cultura prevaleciente en nuestra sociedad, que es ignorante y en lo general no dada a la especulación y disfrute de la cultura “culta” valga la expresión; en efecto, para el pueblo todo lo que disfruta e identifica como diversión es una cultura popular, eminentemente comercial diseminada por los medios masivos de comunicación; y a toda música y espectáculos populares, va aparejada la ingesta festiva de bebidas alcohólicas de todo tipo.

Con la penetración del crimen organizado en nuestra sociedad, el consumo de diversos enervantes, aparecen en este tipo de eventos.

En estricto sentido, toda obra humana en una sociedad como la nuestra es cultura, como conjunto de rasgos distintivos espirituales, materiales y afectivos; lo que prevalece y escapa al tiempo y a la geografía es la calidad de su elaboración, la permanencia de lo que se llaman “clásicos” en toda expresión artística, se debe a la singularidad y exquisitez de la obra, de ahí el hecho de su trascendencia.

¿Porqué a la gente común le gusta la música que hoy son abominables letras y estridentes sonidos..? por un asunto de educación y preparación; y porque los medios masivos de comunicación poco o nada se preocupan para darle una mejor oferta músical a sus escuchas; y este vacío educativo ahora lo quiere cubrir el gobierno de Miguel Ángel, en un lance muy peligroso para su gobernabilidad.

La obligación de todo gobernante es promover el bien común de la sociedad; desarrollar nuestras vocaciones productivas y generar crecimiento económico en armonía con nuestra planta productiva; el acto de gobierno es de aplicación general; y no es recomendable meterse en el ámbito privado para la toma de decisiones particulares.

El sátrapa de la colonia Mololoa –ahora prófugo de la justicia- en su gobierno decía que quería “hacer felices a los nayaritas…” un espacio eminentemente subjetivo en el cual, todo gobierno nada tiene que hacer.

El tribuno Celso Delgado, se vió acremente criticado con su decisión de establecer la Ley seca los fines de semana, lo que propició un bien organizado mercado negro que por sus incrementos de precios enriqueció a las distribuidoras y concesionarios de los expendios de cervezas y licores.

Hasta ahora, todo le ha salido bién el gobernador Navarro, está construyendo una nueva cultura cívica en la población, orientada a la prevalencia de los derechos sociales colectivos; su limpieza de las finanzas públicas, sus apoyos a los municipios y a la UAN para pagar adeudos, los ejercicios penales en contra de ex funcionarios ladrones; el draconiano diseño de los sueldos de los funcionarios de su administración, etcétera.

El consumo de bebidas alcohólicas es un asunto de oferta y de control gubernamental, pretender impedir que cualquier persona decida tomar cuando se le antoje, es un tema vedado políticamente; ni el Festival Cervantino de Guanajuato o la Guelaguetza de Oaxaca tienen prohibida la venta de sus bebidas tradicionales, porque son festividades muy importantes dentro de la cultura de estos estados.

La política pública de Miguel Ángel puede transcurrir entre acierto y error, y el pugüeño tiene la suficiente capacidad política y experiencia para enmendar resolutivos; la gente quiere Feria, diversión y espacios gratuitos; y en cuanto a la ingesta de bebidas embriagantes, el control de sus espacios, debe comenzar con correr a todos los funcionarios estatales y municipales que con su consustancial corrupción, contribuyen al desorden que hoy se abomina.

Y sí, un buen principio es ofertar espectáculos de mejor calidad, para que el pópulo experimente algo más que bandas y narcocorridos…


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