En nuestro país ningún candidato puede pretender que sus simpatizantes voten en automático por otro aspirante, ni siquiera cuando el primero renuncia.

Surya Palacios / Alto Nivel

La figura de la declinación, muy utilizada en los sistemas electorales en los que hay balotaje o segunda vuelta, no existe en la legislación mexicana, por lo que -en nuestro país- es erróneo pensar que la renuncia de una persona candidata implicará la transferencia en favor de otro u otra aspirante de los posibles votos que obtendría.

En esta semana, diversos actores políticos de la oposición a Morena han planteado que el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano (MC), Jorge Álvarez Máynez, debería declinar en favor de la abanderada de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, a pesar de que formalmente esto no es posible.

La declinación, en las naciones en las que sí existe esta figura, significa que los votos del candidato declinante se le contabilicen a otro, quien resultará beneficiado con los sufragios de la persona que decide ya no seguir en la contienda.

Otra variante de la declinación, que suele ser la que más se practica en Latinoamérica, es aquella en la que -legalmente- no es posible la transferencia de los votos entre uno y otro candidato, aunque el político que declina sí puede pedir y/o exhortar a sus simpatizantes que voten por la persona candidata a la que se quiere favorecer.

En México la única forma de abandonar una campaña electoral es renunciando, la consecuencia de esto es que el candidato ya no podrá ocupar el puesto de elección popular por el que competía, aun si obtiene la mayoría de los sufragios en los comicios, siempre que la renuncia se dé dentro de los treinta días anteriores a la elección.

Cuando se formaliza una renuncia, los votos que llegara a obtener el renunciante se cuentan para él mismo, aunque ya no se encuentre en la contienda. En este caso esos sufragios no pueden ser votos nulos, ni inválidos, simplemente quedan para el registro sin ningún efecto para el político que renunció.

En ese tenor, en México sí se han registrado renuncias en las que el candidato que deja de serlo se une a la campaña de otro aspirante con la esperanza de que sus simpatizantes voten por este último.

Sin embargo, este tipo de movimientos electorales no necesariamente tienen el efecto que desea el renunciante, pues -aunque este diga que “declina” en favor de otro candidato- eso no quiere decir que en automático los electores decidirán en ese sentido.

Por eso, como en nuestro país no existe la figura de la declinación, sino solo la de la renuncia, aunque los políticos digan que están “declinando”, en realidad solo están concluyendo su participación en el proceso electoral, al tiempo que manifiestan su apoyo político a otra persona que compite en los comicios.

Lo que dice nuestra ley

Debido a que estamos a 18 días de que se celebre la elección presidencial, suponiendo sin conceder que Jorge Álvarez Máynez renunciara, la posibilidad de que MC nombre a un candidato sustituto ya está cancelada.

El artículo 241 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LEGIPE) contempla que, dentro del plazo establecido para el registro de candidatos, los puestos vacantes por alguna renuncia pueden ocuparse por aspirantes sustitutos designados por los partidos.

Sin embargo, el inciso b) del mismo numeral establece que, si la renuncia se presenta dentro de los treinta días anteriores al de la elección, los partidos políticos ya no pueden registrar a ningún candidato que sustituya al renunciante.

Toda esta discusión sobre la figura de la declinación se inició esta semana cuando el líder del PRI, Alejandro Moreno, le pidió en una declaración pública a Máynez que declinara en favor de Xóchitl Gálvez. A cambio, el dirigente prometió dejar la presidencia de su partido y renunciar a la candidatura plurinominal al Senado.

La respuesta que Moreno obtuvo de parte del candidato presidencial de MC fue negativa. “Vete tú primero y después platicamos cómo se suman los buenos perfiles que sí existen, en todas las fuerzas políticas hay buenos perfiles, los incorporamos para el proyecto del futuro”, enfatizó Álvarez Máynez.