Roberto Sandoval fue enfático, una y otra vez con su singular estilo argumentativo, reiteraba el porqué de la recomposición de su gabinete, al nombrar a cada uno de los funcionarios que lo integran; el gobernador –pese a los duros regaños que dicen les endilga- muestra que le duele quitar a sus amigos de la administración pública; fue cálido en el reconocimiento que le tributó a Gerardo Siller que pasa a retiro. Lo mismo a Edmundo González y a Catalina Ruiz, que se van a proyectos personales de capacitación profesional.
Y para los funcionarios que no tienen experiencia ante los reflectores de los medios y la sociedad, apunta que son capaces, que le han acompañado desde la presidencia municipal; y señaló que todos los que ahora están donde están, siempre estuvieron detrás de la responsabilidad que hoy asumieron.
Existen variopintas expresiones en la comentocracia y en las redes que ya empezaron a circular, señalan como “yerro mayúsculo” a David Aguilar, ex del Incufid en dónde fue duramente cuestionado por los medios y la gente de varios gremios deportivos en donde subyacía los recortes de dinero para las actividades propias de la institución; y el hecho de ser llevado a la Secretaría de Educación, pues pudiese ser cuestionable, sin embargo, estas instituciones funcionan con gente capaz y con otra no tanto.
Recuerdo que en el sexenio del caudillo Emilio “eme” González su mejor secretario de educación fue Carlos Bazán, un ingeniero civil ex delegado federal y exitoso constructor.
Omar Camarena y Fernanda Belloso, gente capaz de perfiles bajo que ahora tendrán los reflectores, el primero con un largo aprendizaje en este menesteres con el ex secretario polifuncional que fuera Raúl Rodrigo Pérez; y la segunda, una joven que tiene más de años de asistente personal de Roberto, tiempo suficiente para conocer los interiores del despacho y el talante de su jefe.
El genio de finanzas y el control del gasto público Luis Apaseo, va a la Contraloría con el mejor de los propósitos y el mayor de los encargos del gobernante, dejar la casa en orden y sin desmadre financiero para la entrega recepción; a 21 meses del final, Roberto con personas como Apase, Roy Gómez y Armando García, no solo reinventa su personal estilo de gobierno, sino que diseña un gabinete funcional y con capacidad de respuesta.
Quizás el más feliz con su nuevo encargo, Ariel Lugo, un hombre que tiene amigos en todas partes y sabe tender puentes y no se pelea con nadie; la seriedad de Antonio Ledesma tiene el reto de dejar terminado el proyecto de la Universidad Politécnica.
La responsabilidad primera y última seguirá siendo de Roberto, es de esperarse que estos hombres y la joven Fernanda, estén a la altura de las exigencias de su jefe y de la sociedad crítica, que dejen la opacidad y estén en los medios apoyando el proyecto y acciones gubernamentales; dejar atrás las medrosidades y ser eficientes al frente de las instituciones que hoy tienen.
Es todo lo que se les pide; ah..! y recuerdo aquella vieja frase “se vale meter la pata.., pero no las manos..!”
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