La Evidencia

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Por Francisco Javier Rivera Casillas

En alguna ocasión escribí una reflexión que titulé La Otra Mirada. Me refería a la necesidad de visibilizar aquellos servidores públicos judiciales que con su honestidad, empeño y alto compromiso impulsan a diario el trabajo manual, administrativo y jurisdiccional del Poder Judicial de Nayarit.

Lo decía en aquella ocasión, con la finalidad de opacar o contrarrestar las negativas referencias de algunos servidores públicos que trasgredieron la ley y eran nota en los medios de comunicación por haber ejercido indebidamente su función propiciando con ello desconfianza social en la institución.

Hoy debo hacer evidente aquella afirmación. En el Poder Judicial de Nayarit hay honestidad, talento y compromiso social. Muestra de ello son los servidores públicos que me acompañan laboralmente en la Segunda Sala Unitaria del Tribunal Superior de Justicia.

Destaca en el quehacer cotidiano de quienes conforman la segunda sala unitaria, las acciones y estrategias que tienen su fundamento en la mejora continua que aspira decididamente a la consolidación de un sistema de gestión de calidad en la tramitación de los recursos de apelación.

Gestión de calidad que debe traducirse en la satisfacción del usuario ( personas y autorizados legales) que acuden a solicitar un servicio público al que estamos obligados a proporcionar con amabilidad, eficiencia y calidad.

La lógica de la conducta con la que se conducen mis compañeras y compañeros, se pone de manifiesto en una serie de pronunciamientos que se han hecho del conocimiento público y que forman parte de un decálogo que rige sus actividades cotidianas y que son las siguientes.

Decálogo

1. Atención al usuario con amabilidad.
2. Un servicio público de calidad.
3. Nuestras actividades están sujetas a la mejora continua.
4. Registro efectivo y control puntual de todos los trámites.
5. Organización y orden.
6. Optimización del tiempo en el trámite y resolución de las apelaciones.
7. Responsabilidad, puntualidad y eficiencia.
8. Eficacia en la atención al público.
9. Respeto a nuestro trabajo.
10. Compromiso con la sociedad.

La observancia del decálogo está sometido al escrutinio de la sociedad; es decir, cada uno de los pronunciamientos deben ser hechos y no un simple discurso, por lo que su puntual cumplimiento lo puede medir y corroborar el usuario del servicio.

Difundir ante la ciudadanía los pronunciamientos contenidos en un decálogo, significa expresar abiertamente el compromiso de asumir frente a la sociedad cuál es la conducta que debe regir en las personas que labora para la administración de justicia.

Las instituciones nacen por disposición de la ley, pero su óptimo y eficaz funcionamiento lo hacen posible las personas que en ellas laboran.

Es tiempo de reivindicar la noble labor de servir a la población, y hacerlo desde la función pública debe tener un mayor compromiso y un auténtico significado.

Si bien es cierto que el compromiso de servir a la sociedad es una obligación que nos impone la ley, hacerlo con amabilidad, eficiencia y calidad nace auténticamente del significado de la palabra vocación.

La fórmula para lograr este binomio es simple, hagamos que a la obligación la motive a diario la verdadera vocación de servir.

Hacerlo realidad es posible!

• Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Poder Judicial del Estado de Nayarit.