Ante la Corte de Distrito de Nueva York, el exsecretario de Seguridad pide al juez descartar testigos y no admitir nuevas pruebas de la Fiscalía de EEUU.
“La nueva administración mexicana se alejó de la guerra contra las drogas en la que estaban luchando el Sr. García Luna y el gobierno de los Estados Unidos, y en cambio, adoptó un enfoque más conciliador para lidiar con los cárteles, aparentemente poniendo fin al enfoque de arrestar a sus líderes”, apunta el memorándum del exfuncionario mexicano, promovido este jueves en la Corte del Distrito Este de Nueva York.
En el documento de 20 páginas, cuya copia posee ALTO NIVEL, García Luna agrega que el “actual presidente mexicano ha continuado esta política conciliatoria (con el narco). Por ejemplo, el presidente Andrés Manuel López Obrador apoyó la liberación del hijo del Chapo cuando fue arrestado en 2019, y se reunió personalmente con la madre del Chapo en 2020”.
Con estas acusaciones, el exfuncionario pretende contrastar su gestión como secretario de Seguridad Pública (2006-2012) con la política actual en contra del narcotráfico, la que -desde su perspectiva- se ubica en el extremo contrario a lo desarrollado en la administración del presidente Felipe Calderón.
“No es sorprendente que, dado que la administración de Calderón luchó agresivamente en la guerra contra los cárteles, se hicieran denuncias públicas de corrupción contra el Sr. García Luna, quien mantuvo el rumbo y, en estrecha colaboración con los Estados Unidos, siguió llevando la lucha” contra esas organizaciones delictivas, considera el memorándum.
Defensa de García Luna pide anulación de testigos
El documento añade que, “con ayuda financiera y la experiencia del personal del gobierno de los Estados Unidos”, García Luna pudo desarrollar una plataforma de inteligencia de clase mundial para luchar contra los cárteles de la droga, todo esto con el fin de “capturar al enemigo público número uno de México, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera”, mejor conocido como el Chapo Guzmán.
Asimismo, con esa plataforma, en 2010 “las autoridades mexicanas pudieron arrestar y extraditar al principal testigo del gobierno (de Estados Unidos) contra el señor García Luna, Jesús Zambada”.
Por lo anterior, el exsecretario de Seguridad Pública considera que el juez del caso, Brian Cogan, no debe admitir el testimonio acusatorio de Zambada, apodado el Rey Zambada, quien era miembro del cartel de Sinaloa y también testificó en el proceso penal en contra de Joaquín Guzmán Loera, sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos.
Así, Genaro García Luna pide al juez que desestime las mociones del gobierno estadounidense, hechas a través del fiscal de Distrito del este de Nueva York, Breon Peace, en las que se notificó la inclusión de nuevas pruebas y testigos en contra del mexicano.
“El gobierno (de Estados Unidos) está tratando de admitir evidencia sin cargos, irrelevante, increíble e indebidamente perjudicial. (…) Las acusaciones no están relacionadas con la conducta imputada y la evidencia de apoyo para corroborar estas acusaciones es tan débil que destruye cualquiera de su cuestionable valor probatorio”, se defiende el exsecretario de Seguridad durante el mandato de Felipe Calderón.
En realidad, enfatiza el memorándum, los nuevos documentos de la Fiscalía “no ayudan al gobierno a demostrar que el Sr. García Luna era miembro de cualquier conspiración de narcóticos. Además, esta supuesta prueba es irrelevante, indebidamente perjudicial, y su único objeto es tratar de demostrar el mal carácter del señor García Luna”.
Entre los testimonios y documentos que la Fiscalía estadounidense quiere incluir en contra del también exdirector de la Agencia Federal de Investigación (AFI), está el de un preso que colaboró con las autoridades del país vecino grabando diversas conservaciones sostenidas con García Luna, en el Centro Metropolitano de Detención en Brooklyn, New York, donde permanece el exfuncionario mexicano.
Ese recluso, identificado en el documento como Ruslan Mirvis, fungió como informante de la Fiscalía haciéndose pasar ante García Luna como miembro de la mafia rusa. En realidad, se trata de un hombre acusado de pornografía infantil, que “estaba alojado en una celda contigua” a la del mexicano.
“Se hizo amigo del Sr. García Luna e hizo todo lo posible para ganarse su confianza”, sosteniendo conversaciones en las que pretendía que el exfuncionario se incriminara.
“Mientras estuvo alojado con el Sr. García Luna, el Sr. Mirvis tuvo acceso a todos los artículos personales” del mexicano, además Mirvis “pudo copiar las notas personales del señor García Luna”.
Al mismo tiempo, el gobierno estadounidense le proporcionó a ese reo un dispositivo de grabación con el que se registraron más de 500 horas de conversación con el exsecretario de Seguridad Pública.
La defensa de García Luna considera que esas grabaciones tampoco deben presentarse como pruebas del juicio en contra del exservidor público mexicano. De igual forma, solicita al juez desestimar la evidencia que presuntamente probaría que el exfuncionario intentaba amenazar a testigos, y a cualquiera que pretendiera revelar su involucramiento con el narco, incluyendo periodistas.
Sobre esto último, el memorándum promovido ante el juez menciona con nombre y apellido a una periodista mexicana, quien presuntamente habría sido amenazada por García Luna, según la Fiscalía estadounidense.
“Son viejas acusaciones (contra Genaro García Luna) que fueron investigadas y encontradas increíbles”, ya que la periodista en cuestión tiene “una vendetta personal” en su contra, concluye el documento.
