Nayarit, su gente, el gobierno, las instituciones, los partidos políticos, la sociedad en general viven un singular escenario; sacando un mucho de imaginación, los gobiernos, sobre todo el estatal a casi dos años de distancia de haber heredado un verdadero cochinero del sátrapa que le precedió, Roberto Sandoval lleva de manera perfectible la titularidad del poder ejecutivo, que, por su propia dinámica y naturaleza política de su ejercicio es, el referente hegemónico en la entidad, llámese como quiera llamársele.
A su hegemonía, se adhiere la acomodaticia clase empresarial local; a sus programas de desarrollo rural y financiamiento para todo tipo de cultivos se fijan como rémoras todo el campesinado náyaro, sus liderazgos son expertos en ello; y no se diga de Juan Pueblo, todo un enorme conglomerado social, los pauperizados del sistema, son parte de su base política, y en ellos, el gobierno encuentra el leit motiv de su existencia asistencialista, la justificación plena de las políticas subsidiarias, la ingeniería del desarrollo social y humanitario que está emprendiendo con los recursos que la federación tiene para este rubro asignados.
La conflictiva política, podemos decir que puede ser controlada en caso de existir emergencias rijosas de grupos contestatarios o de partidos de oposición; son las voces discordantes del dictum gubernamental que le dan sabor al caldo, y que de una u otra manera conminan al gobierno del estado a redefinir sus acciones y a medir de mejor manera, el contexto en que se generan actos legales, políticos que van a impactar a una sociedad que tiene un sustrato en contradicción permanente con el gobierno estatal.
El gobierno de Roberto Sandoval, está de plácemes, mañana viene el presidente de la república para darle inicio a nivel nacional el programa federal de proveer habitaciones a la gente que se encuentra bajo los niveles de pobreza; que son en el país, mas de 50 millones de mexicanos; es el Fondo nacional de habitaciones populares, que en la comunidad de Santa Teresa municipio de El Nayar, se ha realizado un modelo de aplicación de este programa asistenciario del gobierno federal.
Mañana se anuncia a toda la república, y conforme al rito y a la liturgia de la presidencia imperial, vienen dos, tres secretarios de Estado para darle cobijo político y representatividad a la importancia del programa presidencial; se espera la presencia de Rosario Robles, la titular de Sedesol, que tiene mucho que decir sobre estos menesteres, así como los titulares de las otras dos, cuya función es complementaria en esta vertiente del gobierno federal.
LOS AFANES DE ROBERTO
Aún sin compactar de manera coherente, se están generando varias trascendentales acciones al interior del gobierno del Estado; específicamente, la secretaría de desarrollo rural, a cargo de Orlando Jiménez, en estos últimos meses ha estado trabajando en un proyecto modificador de las políticas que aplican de manera estratificada los recursos federales para combatir y aminorar la pobreza extrema, la marginalidad social y la carencia alimentaria.
Son acciones novedosas que superan las líneas discursivas actuales de la Coneval y de la Sedesol federal; esta visita presidencial bien puede ser el motivo para que el gobernante de los nayaritas, le exprese al presidente de la república que en Nayarit, se trabaja en concordancia con los planes y proyectos del gobierno de la república, pero que a su vez, tiene aportaciones para ser tomadas en cuenta, una nueva visión de la medición de la pobreza patrimonial y una aportación a los convenios que aplican los recursos, que se ha identificado conforme a los métodos que recién recomienda la ONU, el índice de necesidades básicas insatisfechas NBI.
Una visita presidencial tiene varias connotaciones, la de políticas públicas que impone la servidumbre de ser una entidad que depende de los recursos que manda la federación para la aplicación del noventa y tantos por ciento del presupuesto de egresos de la entidad; y la simbólica, del cómo se expresa el presidente, del cómo lo mira y le aplaude el pueblo que es invitado a estas ceremonias, las que se dan en exclusiva con privilegiados asistentes.
Y también, dependiendo de la importancia del motivo de su presencia, sirve para que el presidente tenga una plataforma idónea para ejercer su dictum de manera grandilocuente; la visita a la entidad, se trata de la aplicación de un programa eminentemente humanitario y de enorme justicia social, lo cual, pudiera ser el pretexto para que Enrique Peña Nieto se suelte el verbo y defina cuál es el alcance de este programa y qué representa para su programa social de gobierno.
Roberto Sandoval, con lo ecléctico que es en sus expresiones públicas, puede acreditar solvencia al informar lo mucho que ha logrado en estos casi dos años de gobierno; pero además puede pedirle al presidente de la república su beneplácito para que se modifiquen los protocolos de los fondos para el desarrollo municipal y estatal; los de infra estructura, que, conforme los indicadores del OFS y de la CMHCDD, no han cumplido en la entidad los fines para los cuales se han establecido.
Y esperemos que Peña Nieto, nos prodigue su protección para los marginados, y también para el desarrollo de nuestras vocaciones productivas. Digo.., hay que ser optimistas…
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