- El Tsunami rosa en la nación
- Apoteosis ciudadana
Pese a todas las marrullerías, propias de una torcida perversión del ejercicio del poder, el día de ayer en más de cien ciudades de este sufrido país, se llevó a cabo la marcha por la democracia, la llamada “marea rosa” que ahora tuvo tintes partidarios, al hacerse presente los partidos que integran la coalición opositora PAN, PRI y PRD.
En el zócalo, Acosta Naranjo hizo gala de su experiencia como excelente agitador que es, y con su incendiario discurso dejó el ambiente calientito para escuchar a Xóchitl, los gritos “presidenta..!” se repitieron en varias ocasiones.
La candidata presidencial expresó uno de los mejores discursos que le hemos escuchado, sencillo, claro, conciso y corto; su introducción inicia con un emotivo “gracias por defender la democracia, el voto..” deslía argumentos contra el autoritarismo y la mentira, que la manifestación de la marea rosa ha renovado la esperanza, defendiendo principios.
He hizo una emotiva paráfrasis histórica, al recordar la expresión del general conservador Negrete, que se une a las filas republicanas ante la invasión francesa en el siglo XIX “antes que partido tengo patria!” y hace propia esta frase, señalando que “tenemos república, tenemos democracia, México es primero..!”
Un discurso que apela a los valores primarios de toda sociedad, con los cuales todo mundo lo entiende y se adhiere, la defensa de la república ante la destrucción de las instituciones, la lucha por el alma de México. Explica que los partidos –PAN, PRI y PRD- abrieron la puerta para la candidatura ciudadana que ella representa.
Reitera su frase de que se lucha por “Vida, Verdad y Libertad” porque hay que cambiar los tiempos de enfermedad; llamando a la lucha política “sin miedo, hombres y mujeres libres…,” finalizando con un “Viva la democracia..! Viva México..!” que repiten tres veces con el unísono eco de los cientos de miles ahí presentes en la capital del país.
MEJOR EL FORMATO
El debate de los tres candidatos, sin duda mejoró las expectativas que había despertado, un formato más ágil, y apreciamos mejor el talante de los participantes; un Maynes simplón, con la mueca de su sonrisa permanente y su lenguaje corporal que no transmite emociones.
La candidata del bloque opositor se apreció más suelta, con cambios no solo en su tono de voz, sino en sus expresiones corporales; Xóchitl Gálvez supo transmitir seriedad y experiencia cuando señala las propuestas de su gobierno, y a su vez transmitió misericordia y emoción para con las madres buscadoras; enérgica y con sarcasmo cuando calificó de mentirosos y corruptos a sus adversarios.
Claudia Sheinbaum cumplió con creces su cometido, quizás en su fuero interno se quedó con las ganas de contestar los dardos envenenados que certeramente le lanzó Xóchitl; por su expresión facial y corporal aparece demasiado seria e imperturbable, y su voz es la misma..! su tono monocorde le impide transmitir emociones –si es que tiene- sobre los álgidos temas que fueron tratados en sus exposiciones.
Ahora que, en este tipo de eventos, dada la radicalización política que se aprecia en el país, los juicios sobre el resultado final serán subjetivos, imbricados por las filias o las fobias que las personas tienen de las candidatas.
Seguimos en la incertidumbre democrática que se va a resolver a la hora buena de los votos; sin duda, con el ambiente que se ha suscitado luego de los millones de mexicanos que ayer marcharon a lo largo y ancho del territorio nacional y con los efectos mediáticos del debate, tendremos una votación extraordinaria, que debe resultar viable y sin incidentes que enturbien su resultado.
Y esto, es responsabilidad no solo de la autoridad electoral, sino del Estado mexicano que debe garantizar que los mexicanos votemos en paz…
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