A un día de la pelea más relevante en la historia de la categoría del peso supermediano, Saúl Canelo Álvarez y Caleb Plant se presentaron a la ceremonia para verificar el peso requerido y montarse al cuadrilátero.
Ante la mirada de cuatro mil aficionados en el MGM Grand de las Vegas, Nevada, los boxeadores cumplieron con el peso reglamentario, por lo que podrán disputar el título indiscutido de las 168 libras conforme a lo acordado, aunque el estadounidense presentó una cifra inferior a la del mexicano.
Más presente que nunca, el ambiente de emoción, nervios y tensión por ver a los dos protagonistas frente a frente dictó el ánimo de los asistentes a la ceremonia. Cuando Jimmy Lennon Junior anunció el arribo Álvarez y Plant, la afición estalló en júbilo.
El primero en arribar al escenario fue el propietario de cinturón avalado por la Federación Internacional de Boxeo (FIB), aunque el abucheo de la gente lo acompañó. Con el semblante serio, se montó a la báscula y marcó 167 libras, es decir, 75.74 kilogramos.
Vestido en un elegante atuendo dorado, Canelo Álvarez provocó las porras y gritos de los asistentes. En su turno de subir a la balanza demostró la concentración y reafirmó la gran disciplina que ha empleado a lo largo de su carrera. El anunciador confirmó que el peso del púgil mexicano fue de 168 libras, es decir 76.20 kilogramos que significan el límite antes de invadir la categoría de semipesado.
Una vez concretado el trámite, llegó el momento más esperado de la tarde. Luego de que cada uno de los boxeadores volvieran a vestirse y se colgaran los títulos que defenderán la noche del sábado 6 de noviembre, se dirigieron al centro del escenario para mirarse cara a cara por última vez antes de la pelea.
En instantes previos, el bullicio coreó el apodo de Canelo y, por su parte, luciendo su único título, el estadounidense trató sobreponerse negando los gritos con su mano.
Apenas se plantaron a unos metros de distancia y comenzaron a enunciar todo tipo de frases. Caleb Plant fue el primero en gesticular e intentó acercarse un poco más, aunque las decenas de personas que se encontraban en el careo lo impidieron. En tanto, respaldado por gran parte de los asistentes y del legendario peso completo, Mike Tyson, Canelo Álvarez respondió a los insultos de su oponente.
La habitual serenidad que Canelo había mostrado a lo largo de sus 59 ceremonias de pesaje previas no estuvo presente. No es una nueva noticia, pues desde septiembre, cuando los rivales se trenzaron en empujones y cachetadas, el originario de Guadalajara, Jalisco, aseguró que más allá del ámbito deportivo, la pelea se volvió personal. Incluso, aseguró a los medios de comunicación que “me mentó la madre como diez veces”.
El careo duró apenas unos segundos, pero fueron suficientes para que Canelo Álvarez mostrara su furia. Algunos instantes después, una de las presencias más relevantes tomó protagonismo en el escenario.
Mike Tyson aseguró en el micrófono que Saúl es el mejor boxeador de su generación, mientras que el mexicano se dijo agradecido por haber recibido su respaldo en los últimos meses y durante el acto.
Entre los gritos de la afición, los pugilistas pusieron fin al evento y se retiraron con cada una de sus esquinas. Este sábado, Canelo buscará añadir el título en posesión de Caleb Plant a su historial conformado por el del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Organización Mundial de Boxeo (OMB) y la revista The Ring. En caso de hacerlo, se convertirá en el primer mexicano campeón indiscutido de la historia.