- Discurso contestatario de la lideresa Alba Cristal Espinoza Peña
- Se definen como representantes íntegros, honestos y transparentes
- Son ajenos a la corrupción y a los negocios oscuros
¿Era necesario el cuasi dicterio contra la “clase política voraz e indolente..” del pasado reciente..? la diputada Alba Cristal se puso beligerante contra los adversarios vencidos en las urnas.
El segundo párrafo de su discurso de apertura del primer periodo ordinario de sesiones de esta XXXIII legislatura, es una franca y clara distorsión política de la diputada presidente del Congreso, que se contrapone sustancialmente al dictum del gobernador electo en funciones Miguel Ángel Navarro, quien como político conciliador e incluyente, no califica así a sus opositores ni a los emisarios del pasado reciente.
El yerro político consiste en la innecesaria calificación despectiva de los anteriores gobiernos; en sus palabras:
“Por años, nuestro estado y nuestro país fueron presas de una clase política voraz e indolente, lejano a la realidad social y favorecedora de unos cuantos solamente. Por eso, el pueblo puso un: ¡ya basta! en 2018 y lo refrendó en 2021. La gente exigió un cambio, exigió un gobierno del pueblo y para el pueblo. Exigió autoridades y representantes íntegros, honestos y transparentes, ajenos a la corrupción y a los negocios oscuros a costa de la gente”.
Grave la calificación y más grave aún la proyectiva de que serán ellos, como diputados impolutos, quienes sin hacer negocios a costa de la gente, dignificarán el ejercicio público.
En el tercer párrafo, se destaca la alabanza en boca propia, que en el caso, no es vituperio: “Porque como nunca antes, los jóvenes seremos parte de la toma de decisiones. Representamos a una importante mayoría de la población, y aportamos dinamismo, innovación y vanguardia a este congreso. Los jóvenes y las mujeres de esta soberanía, seremos impulsores decisivos de una nueva historia para Nayarit.”
De esta manera, los diputados que integran la XXXIII Legislatura celebraron sesión pública solemne de apertura del primer periodo ordinario de sesiones, correspondiente al primer año de ejercicio constitucional.
Anunció la función fiscalizadora que le corresponde al legislativo y el tono con el cual en este rubro de van a comportar, ya que “tenemos la encomienda de someter a escrutinio las administraciones presentes y pasadas, mandar un mensaje a la población de que no seremos comparsas de los malos manejos en las finanzas públicas; privilegiar la austeridad, hacer más con menos, es el principio que guía nuestro movimiento; impulsar las reformas legislativas pendientes, que permitan transitar al Estado de bienestar que desde la cuarta transformación impulsamos.”
Y si es veraz su dicho en su primera entrevista la diputada Espinoza Peña que va a revisar la estructura administrativa de la Cámara de diputados, quizás involucre a la importante institución fiscalizadora que de ellos depende; y esta, que es una de sus obligaciones, la redefine con este aserto:
“No podemos ignorar que la tarea legislativa está íntimamente ligada a la capacidad de hacer política. Política de la que concilia, la que logra consensos y que pone al centro los verdaderos intereses del estado y su gente. Haciendo verdadera política, podremos legislar con iniciativas de alto impacto.”
Quizás, se cuestiona y se contesta el cronista, los excesos verbales de la dilecta señora diputada Alba Cristal, se debieron a que en esta primera sesión, se contó con la inesperada presencia de Mario Delgado, líder Nacional de Morena. A lo mejor quiso quedar bien con su líder nacional, pero en lo doméstico se consideró como políticamente incorrecto.
Prudente sería recordarle, que en Nayarit su jefe político se llama el conciliador Miguel Ángel Navarro Quintero, no el beligerante Andrés Manuel López Obrador, quién con su conducta diaria en la «mañanera» sigue echando por la borda el prestigio y la hegemonía política de la presidencia de la república.
Digo…
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