SE “REINVENTA” ACCIÓN NACIONAL

Singular relanzamiento político
En la búsqueda de base electoral

El Partido Acción Nacional, nace y se desarrolla con el fin de enfrentar al hegemónico partido de Estado que era el Revolucionario Institucional; durante muchos años estuvo como “digna oposición” que de una u otra forma, al ser un auténtico partido político contribuyó al avance de reformas que contribuyeron al avance democratizador de las instituciones políticas del Estado.

Supo aprovechar todas las concesiones que el gobierno de la república estableció para legitimar una pluralidad política que legalmente emergía con el PAN y otras organizaciones marginales. Desde los diputados de partido hasta los legisladores de representación proporcional.

El PRI no era un partido, sino un entero; nació y creció con la condición de partido gobernante, hasta que llegó Ernesto Zedillo y con la pérdida de la presidencia de la república empezaron a aprender a ser un verdadero partido político.

Hoy sus legítimos descendientes que son quienes integran y mandan en Morena, han perfeccionado la figura del partido de Estado, hasta llegar a la ignominia de abolir los pesos y contrapesos del Estado constitucional de derecho, creando un Estado populista autoritario que condensa en una triada a los tres poderes y van por los órganos electorales, aunque ya de facto los tienen.

En estos escenarios, el fin de semana anterior, luego de un sigiloso trabajo de autocrítica y reflexiones trascendentes, la dirigencia nacional del PAN, nos anuncia su nuevo parto de los montes: nuevo logo, nuevo lema y la promesa de renovación de cuadros, presentó su “relanzamiento”. Este intento de renovación nos revela algo más profundo: el reto de reinventarse en una era donde los partidos, en todo el mundo democrático, están en franco peligro de ser engullidos o destruidos por los populismos.

El impacto que tuvo en medios de la CdMx en diarios y revistas es variopinto; rescatamos algunos argumentos:

“Es una buena noticia que el PAN vuelva a relatarse a sí mismo. Que trate de superar la esquizofrenia discursiva que ha padecido por años. Desde el año 2000, cada generación de políticos panistas parecía tratar de desligarse por completo de las anteriores. Las pugnas intestinas borraron la línea de continuidad y coherencia discursiva que necesita cualquier organización política para triunfar. ¿Qué futuro tiene un partido que no es capaz de contar una buena historia sobre sus dos expresidentes y sus decenas de exgobernadores y exalcaldes?

Hoy, el PAN vuelve a hablar de libertad, honestidad y Estado de derecho; intenta rescatar su identidad de clase media, la que cree en el esfuerzo, el mérito y la decencia. En el plano simbólico, hay señales de vitalidad: una estética renovada, mensajes más breves, un esfuerzo por comunicar con menos solemnidad. En política, quien no tiene relato, no tiene destino. El PAN parece haberlo entendido: si no cuenta su propia historia, sus malquerientes la seguirán contando por él”

Ahora en este espacio nos preguntamos, ¿dónde están los nuevos portavoces que encarnen la ejecución de este discurso con convicción y consistencia…?si son los mismos que han dominado las dirigencias nacional y estatales..!

La triada discursiva “patria, familia, libertad” tiene potencial. Patria convoca. Familia une. Libertad inspira. Son valores integradores que al menos intentan reimaginar el relato del país, dominado hoy por la demagogia del “pueblo pobre y bueno contra las élites ricas y malvadas”.

Para tener posibilidades de éxito, el relato requiere de contenido más profundo y de voceros absolutamente convencidos, dispuestos a dar la batalla cultural con todo en contra: las élites periodísticas, las intelectuales y, desde luego, al oficialismo.

El PAN tiene que definir a quién le quiere hablar: al mexicano de a pie, que tal vez puede creer en un relato de ”patria, familia y libertad” si se lo cuentan bien, o a las élites formadoras de opinión.

Si no se define, el resultado será un mensaje ambiguo: demasiado tradicional para los inconformes, demasiado tibio para los creyentes. Cabe preguntarse, ¿dónde está la Georgia Meloni del PAN? ¿Dónde la Cayetana Álvarez de Toledo?

Es importante que el PAN cuente con voceros altamente elocuentes, competentes y bien preparados para difundir este nuevo discurso; y no se ven quienes lo pueden hacer; como los mansos diputados que tienen en el Congreso del Estado, que han desperdiciado este escenario que puede constituirse en una enorme caja de resonancia, pero no saben, no pueden o no quieren salirse de su comodina función de opositores silentes y cómplices del voraz oficialismo. Lo veremos…