Todo apunta a que el proyecto de decreto que presentó hace unas semanas el diputado presidente Polo Domínguez para reformar y adicionar la Ley orgánica del poder judicial del Estado de Nayarit, va a pasar sin ambages, será aprobada por la mayoría de los diputados que integran la actual XXXII legislatura del Congreso del Estado; remodela de arriba abajo, la estructura interna del órgano administrador y reduce sustancialmente el actual periodo de su presidente, de cuatro a solo un año.
El Concejo estatal de la judicatura de la entidad, es de los pocos que existen en los poderes judiciales de los Estados de nuestra república, que no tenían los representantes del poder ejecutivo y del legislativo, que pudiera decirse que es el canon, por la obviedad que los aspectos administrativos y sobre todo presupuestarios es de la incumbencia de los otros dos, de ahí la pertinencia de estar presentes en éste órgano.
Dado que es el poder ejecutivo quien remite el presupuesto de egresos y el legislativo quienes lo aprueban, estando presente en las discusiones del concejo de la judicatura, es obvio que debiera de darse un mejor entendimiento en los tres poderes estatales, en favor de los justiciables y de una mejor percepción para jueces y secretarios de los juzgados de primera instancia.
La otra parte del proyecto de reforma, es la reducción del periodo de ejercicio del presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Concejo de la Judicatura, vuelve al lapso original que durante los sexenios de los gobernadores del Pri se tenía instrumentado, un año; y eran nombrados por los nuevos integrantes del congreso a la llegada del gobernador, a propuesta de éste, y duraban en su ejercicio seis años y no diez como ahora, empero, su presidente era electo por solo un año.
Durante el gobierno de Celso Delgado, el presidente inicial fue Ramón Toris; y para ser reelecto hizo antesalas y curiosas respuestas cuando el tribuno le dijo “pues tú vas a ser todo el sexenio..” de ello da cuenta el que era su magistrado escudero, el ahora exitoso notario de Sanbolas Antonio Herrera; y con Rigoberto Ochoa, se tuvieron cinco, y solo García Basulto se pudo mover con eficacia y durar los dos años finales de su ejercicio.
Los actuales magistrados, andan dubitativos, porque saben que la suerte de su institución está a punto de ser modificada y ellos, que son lo que saben lo que pesa el muerto, no pueden decir nada; dado que, el estilo personal de la operación del actual gobernador y de su diputado presidente, por singulares circunstancias, no fueron consultados.
Es un poder judicial, en la búsqueda de sí mismo.
EL ELEGIDO
Pedro Antonio Enríquez termina en dos meses su segundo ejercicio de cuatro años; ningún magistrado presidente había durado tanto tiempo, llegó con la inopinada reforma del sátrapa gobernador González y entregará a un tercer titular del poder ejecutivo; supo actuar de manera sincronizada y encontrarle el modo a Roberto Sandoval, que con su sincretismo jurídico político, puso sus escenarios a los cuales se adaptó perfectamente Pedro Antonio.
Ahora, con un gobernador de cuatro años, el poder judicial modifica su estructura interna, el que será ungido en dos meses, me dijo ayer, “mira Palacios, este es el juego de la sillita…, y en realidad nadie la quiere, sobre todo en las actuales condiciones de astringencia presupuestal..”
Otro de los magistrados consultados, que es de la filia política del cuñado de Toño Echevarría me dijo: “para mí, sería un grande honor, pero no así, como ahora se encuentra su presupuesto de egresos; en el remoto caso de ser nombrado presidente, lo único que haría en ese año, es moverme para explicar en todos los tonos al gobernador y a los diputados de que es urgente el incremento de los salarios de los jueces y de los secretarios de acuerdos…, no es posible admitir que en diez años, no han tenido ni un solo aumento a sus percepciones…”
Sea cual fuere el elegido, en el poder ejecutivo, Toño Echevarría deberá tener la benevolencia de saber escuchar a los que saben de este tema, no solo dejar operar al mayor de la dinastía para sugerir al nuevo magistrado presidente; y el diputado Presidente, Polo Domínguez, sin duda tiene que hacer lo propio, ante la magnitud de los retos presupuestales que el poder judicial tiene enfrente para cumplir el mandato de la carta magna de las trascendentales reformas que enfrentan los poderes judiciales de los Estados.
Todos los involucrados, los que se van y los que llegarán, deberán colegir que mantener en la ignominia el funcionamiento del poder judicial, es un oprobio para las instituciones de Nayarit.
No hay de otra…
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