Se traslapa la emisión de su convocatoria con el periodo previo a la sesión del consejo general universitario para la elección del rector; el sindicato de personal académico de la UAN conminado por sus estatutos debe de hacerlo, en el singular contexto que hoy prevalece en el campus, al haberse presentado formas inéditas en los prolegómenos para la elección del titular de la rectoría.
Carlos Muñoz, el actual –disminuido- secretario general de este sindicato, parece renuente a cumplir con los tiempos que su normatividad interna le establece; su rostro heriático, sus ojeras y mueca permanente de preocupación, no muestra lo que se ha encargado de transmitir a su base desde hace semanas, al unirse con Angel Aldrete para sustentar la candidatura para rector de Jorge Ignacio Peña, su recompensa será el apoyo total de los feuanos para que obtenga su reelección.
Sin embargo, no todo es tan fácil y lineal en la política interna de las organizaciones universitarias; las condiciones en la correlación de fuerzas pueden variar de un momento para otro; surge algún hecho detonante que le da al traste a los acuerdos, o de plano, conforme lo establece su estatuto, a la hora de las elecciones generales que son secretas, la base docente le da un mentís al supuestamente favorito.
Carlos Muñoz, (se empeñan en llamarle “carlitos”) tiene escasas luces intelectuales, su actual bagaje no le proporciona los elementos cognitivos suficientes para colegir que su persona y ambición de reelegirse, merced a su desastrosa gestión; es un intento impresentable, inaceptable por la mayoría de los docentes de la UAN, quienes desde hace semanas han empezado a conocer tres expresiones de docentes que integran o integraban el comité que preside “Carlitos..”
Dos de ellos, constituyen un desesperado solipsismo, irreales y sin congruencia alguna; lo novedoso de las actuales circunstancias es la emergencia del Abogado José María Curiel, catedrático desde hace veintitrés años, y eficaz sindicalista que como Abogado le ha prestado enormes servicios a la universidad, en delicados asuntos de regularización de los títulos de propiedad de varios inmuebles patrimonio de la institución.
Con una clara visión del tiempo de cambios y transformaciones que vive la sociedad, Chema Curiel, encabeza un movimiento colectivo de cientos de docentes universitarios, que emergen como la conciencia crítica de la UAN.
LA PROPUESTA
Con un buen bagaje intelectual, maneja las ciencias políticas, economía política de nuestro país; ética y valores; historia de México y Derecho, que son las áreas de sus cátedras, lo cual le proporciona una claridad cognitiva y de argumentos para elaborar la más elaborada de las propuestas para buscar la adhesión de sus pares, los docentes; tan interesante y procedente han sido sus asertos, que el plan de trabajo que ahora enarbola como propuesta, Humberto Lomelí, es una calca exacta de los argumentos que expuso previamente Chema Curiel.
El asunto en el campus es, que no se trata de que tan inteligente y culturizado seas, sino que sepas mover la modorra de miles de docentes, muchos de ellos convenencieros que se van por la vía fácil de ser incondicionales sin juicio de alguno de los liderazgos estratificados, que les puedan garantizar sus salarios e incrementos a niveles superiores.
José María Curiel, está en sus cincuentas, un abogado maduro, con buena carga intelectual, pero sobre todo con una visión sindicalista de enorme congruencia, ya no se trata de un tema de justicia social, sino de darle racionalidad a las relaciones que los docentes tienen con el poder rectoral; no puede concebirse un Spauan que esté en discordancia con las acciones de reforma, fortalecimiento y reordenación de la vida y normas de la UAN.
De facto, el abogado Curiel sabe y tiene una clara visión de ello, que el nuevo rector, que saldrá de la próxima sesión del CGU, necesita del más importante de sus aliados para llevar a buen puerto, el enorme y extraordinario esfuerzo de reformas que reclama la comunidad universitaria y la sociedad entera; de ahí el por qué su cautela de no comprometerse en demasía con ninguno de los dos contendientes, de los cuales uno de ellos será el próximo rector.
Es plausible que el sector de los docentes, tan rezagado y pleno de convencionalismos, flojera, corrupción y reptantes ante los otros dos sectores, inicie un enorme proceso de renovación y actualización en cuanto a su integración y objetivos mediatos; José María Curiel aparece como el docente providencial para limpiar el cochinero que han dejado los últimos tres, cuatro dirigentes de este sindicato.
Si como se espera, que “Carlitos” y sus achichincles actúen de manera decente y en base a sus estatutos, el proceso electoral para el próximo secretario general del Spauan, ya tiene nombre, se llama José María Curiel, esperemos pues, los acontecimientos.
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