Desde que el hombre como especie existe en este planeta, tenemos una característica fundamental, la movilidad de los grupos humanos; y en este tiempo de siglos nuevos, con una sociedad global de consumo, el conocimiento de la gente, de otros pueblos, de otras latitudes, que implica un aprendizaje de sus formas de vida y cultura, el turismo receptivo de ha trocado en una de las más redituables actividades económicas de las economías de todo país.
Desde hace unos quince, veinte años, el turismo a nivel mundial es considerado una de las principales fuentes de ingresos de todas las economías; si antiguamente se hizo turismo con fines políticos, expansionistas o religiosos; hoy las motivaciones son, curiosidad, solaz y la búsqueda de experiencias novedosas de todo tipo.
El turismo cultural, comparado con el turismo de sol y playa, es poco; empero, el turismo de folklore y de paraísos sexuales, es masivo; antiguamente viajaban peregrinos y mercaderes; hoy viajan hombres de negocios en conquista de nuevos mercados y por curiosidad, para conocer pueblos, cultura, gastronomía, y, sobre todo para vacacionar, para descansar y encontrar alternativas de diversión de todos tipo.
En el año dos mil, se movieron de sus lugares de residencia, de su región y de su país, mil millones de turistas; trescientos cincuenta millones de personas del primer mundo vacacionan de tres a cuatro veces al año! Entonces, este desplazamiento de personas que no está motivada por interés de lucro, sino lo contrario, contribuye con el desarrollo de otras economías, estimula las inversiones y crea puestos de trabajo.
También amplía el intercambio de culturas entre países, propicia que se rescaten culturas originales y ocupaciones tradicionales en zonas de atracción turística; empero al darse enfrentamientos entre el sistema de valores del turista anglosajón con los residentes latinos, se aparecen manifestaciones sociales negativas.
Esta condición genera distorsiones en comunidades rurales como ha sucedido en los sitios de Compostela y Bahía de Banderas; hoy, que tenemos un excelente polo de desarrollo, aún se debate nuestra región por encontrar los rasgos distintivos como destino turístico de sol y playa; y a últimos años, el Golf ha crecido en importancia, porque con los diez, doce campos de la región –incluyendo Puerto Vallarta- el turismo de jugadores se incrementa, y está comprobado que el golfista gasta un promedio de doscientos dólares diarios más, y extiende su estadía en uno o dos días más como promedio en relación a otra clase de turistas.
Pero recibimos turistas que representan toda la gama de valores de otros pueblos; no todos son curiosos, o benevolentes; se reciben vivales y uno que otro pederasta.
LA INDUSTRIA SIN CHIMENEAS
Para el gobierno de la república, desde mediados de la segunda mitad del siglo pasado, el turismo, el gran turismo ha sido una de sus fuentes principales de ingresos; de hecho el mote de que el turismo es la “industria sin chimeneas”, se acuñó creo en el gobierno de Miguel Alemán; y ha existido toda una política de Estado para fortalecer la infraestructura de los centros atractores del mejor turismo, el anglosajón de Canadá y USA y, en menor medida de la comunidad europea.
Según datos de la Organización Mundial del Turismo, en el dos mil once, Francia recibió casi ochenta millones de turistas en ese año; USA un poco más de sesenta y dos millones; España casi veintisiete millones; y México un poco mas de veintitrés millones de turistas, los ingresos que se obtienen son de miles de millones de dólares.
Empero no hay nada tan frágil como la estructura social del turismo; un ambiente de ilegalidad e impunidades, le da al traste a la mejor política de promoción turística; una epidemia de alguna enfermedad mal tratada, le genera al país receptor pérdidas multimillonarias; un ambiente de densidad criminal, muertes por enfrentamiento de bandas rivales, narcotráfico fuera de sus güettos, balaceras y secuestros, es, sin duda el peor ambiente para la recepción de turistas, de ahí el porqué es necesario tener paz social, cero tolerancia contra la delincuencia y un ambiente de profesionalismo de los prestadores de servicios turísticos.
Nayarit, tiene una vocación para el turismo natural, con sus variables de turismo rural, ecoturismo, agroturismo, ornitológico, ictioturístico y hasta cinegético; hoy con el apaciguamiento de las bandas criminales que se disputaban las ciudades, las regiones y las carreteras de nuestra entidad, gracias a la exitosa política del gobierno estatal, nuestros sitios atractores de turismo receptivo, están de una u otra forma, medianamente preparados para hacer de esta actividad una verdadera industria.
Hoy, el presidente de la república Enrique Peña Nieto, vino a Bahía de Banderas para la presentación de su plan de desarrollo turístico de su sexenio; una distinción el hecho de haber escogido la Marina de la Cruz de Huanacaxtle para llevar a cabo el evento; y tanto las dos oficinas de prensa de Los Pinos y del gobierno de Roberto Sandoval, aún andan aprendiendo sus roles, del modo que se tienen interferencias y discriminaciones para las asignaciones de reporteros especializados a las giras de este tipo.
Vale, lo trascendente es que los reflectores de México y de algunas agencias extranjeras que cubren la fuente presidencial, estarán puestos en este rincón paradisiáco de Nayarit; obliga a que el gobierno estatal sea un excelente anfitrión; no mas “artistas” borrachos dando espectáculos lamentables; se trata de la presidencia de México.
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