El tiempo, es una abstracción esencialmente humana, durante milenios el desarrollo de la humanidad estuvo regido por la inmovilidad; luego, nacieron diversas formas de contabilizar la existencia de los humanos, de animales, de las condiciones atmosféricas, se inventaron los nombres de las estaciones y el tiempo nace como el instrumento pare regir la vida humana en la tierra; hasta que llegó Einstein y nos dijo con su fórmula complicada, que el tiempo es una dimensión.
Empero, antes Aristóteles señalaba que el tiempo, en su acepción propia, solo se realiza en el alma o el espíritu que mide. Por ello, Aristóteles, afirma que si no hubiera ningún ser humano no habría tiempo.
Tiempo, espacio y materia serán los tres grandes conceptos de la física moderna clásica, es decir, del mecanismo del todo existencial; hemos desvinculado de su relación con el alma, por eso el análisis del tiempo se enfocó desde la perspectiva física.
Sin duda el tiempo es una de la realidades inventadas por el hombre que no admite discusión; y henos aquí en el final y en el inicio de este tiempo que vivimos, termina un año que le dio a México sacudimientos de todo tipo, desde la rebelión delincuencial han transcurrido tres gobiernos y persiste, es camaleónica y como lo indujo el actual presidente de la república, la delincuencia organizada está ya mimetizada con las más altas esferas gubernamentales.
Este es el flagelo que subyace en el imaginario colectivo nacional e impacta la vida social y productiva de los mexicanos.
Cada entidad federativa tiene sus connotaciones en el discurrir sus tiempos, un Estado como Nayarit, con la oceánica dependencia del gobierno de la república, poco aporta al desarrollo nacional, con trabajos -y muchos- los bienes y servicios propios satisfacen a nuestra población; el cuento es, que una economía tan precaria como la nuestra, depende en mucho del reciclaje del capital que se genera con el ejercicio del gasto público, de los dineros que la federación envía por tres conceptos: participaciones, aportaciones y convenios.
Con la alternancia en el poder presidencial, ganaron autonomía los gobernadores y eso, ha sido nuestra desgracia, desde el sátrapa de la Mololoa, hasta el joven empresario actual, hemos sido gobernados por imperitos e ineficaces, cuyo resultado final de cada sexenio ha sido la insultante exhibición de riqueza obtenida en el ejercicio público.
Ahora con Toño Echevarría García, han pretendido vendernos el cuento de que tienen una administración “quebrada”, que el gobierno de Peña Nieto, les escamoteó los dineros que el congreso federal les asignó en las leyes del PEF para los años 2017 y 2018; quienes conocemos las tripas del sistema nacional de tributación y de participaciones federales, sabemos que tal cosa es un cuento chino que ofende la inteligencia de los ciudadanos.
Existen leyes y mecanismos legales para evitar tal cosa; la ignorancia que de esta materia tienen los titulares de esta administración, en el universo pequeño de sus mezquindades, piensan que es común en empresarios y periodistas de opinión.
LA CONTIENDA
Toño Echevarría tiene una visión de corto plazo, los amigos que llevó al ejercicio del poder solo se han caracterizado por su voracidad en el usufructo patrimonialista –personal- del ejercicio del poder; nunca una administración estatal tuvo tal precariedad en el ejercicio del gasto público, falaces expresiones, opacidad y cero política de comunicación veraz.
Nunca antes, desde que el escriba tiene memoria, un gobernante se había alejado tanto del pueblo, su presencia política es inexistente, no es factor de unidad, su desapego por el cumplimiento de la liturgia que todo gobierno está obligado a cumplir, ha sido sin duda espeluznante; el primitivismo del cómo se conducen con los medios raya en lo demencial; se irritan en grado extremo ante sus críticos, los cofrades con razón los han calificado que son “de piquete corto”.
Tales perfiles conductales, son propios de espíritus primarios, cicateros en extremo, los revelan ante la sociedad a la cual deben servir, como lo que son, ambiciosos vulgares cuyo interés ha sido el de servirse del poder para sus intereses particulares, personales y del grupo empresarial que representan.
En política, como en el universo, no pueden existir vacíos; el institucional que deja el ejecutivo, ha sido eficazmente cubierto por la atingente política del diputado presidente Polo Domínguez que ha desactivado veinte mil conflictos sociales y políticos; junto a la permanente eficacia del poder judicial, quien ahora con la presidencia del magistrado Ismael González Parra, enfrenta con institucionalidad la peor crisis de su historia.
2019 es un año con pronósticos de escenarios que complicarán la vida pública de los nayaritas; con la aldeana función del coordinador de delegados federales que impuso AMLO el inefable señor Manuel Peraza, se avisoran tiempos de conflictos y empantanamiento de las funciones sustantivas de los tres órdenes de gobierno; el pleito como se ve, es por la talega.
Se requiere una enorme carga moral para ser optimista; requerimos de más sociedad, más pueblo y menos gobierno…
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