Quizás, los viejos ex gobernadores de Nayarit, me reclamen el título de la columneja, y me digan que debió ser “LA DINASTÍA MONTENEGRO…” el factor de equilibrio político que prevalece en el discurrir de una administración gubernamental que nos muestra que las alianzas electorales, una vez en el poder, tienen un frágil sustento político de los partidos que los llevaron al triunfo.
Y sí, Liberato Montenegro Villa “el jefe pluma blanca” como se refieren a él sus huestes y sus hijos, con el poder político que representa un siempre organizado sindicato, contribuyen para que el ejercicio gubernamental tenga su mediana gobernabilidad y pueda llevar a cabo la concreción de sus proyectos, ejerciendo sustantivamente su responsabilidad.
¿Cuál es el rasgo distintivo de esta hegemonía política..?
No descuidar nunca la articulación de sus organizaciones de base, darle rotación a la secretaría general de la sección XX a donde llevan los cuadros que medianamente están probados en responsabilidades políticas, saberse mover con astucia e inteligencia de cara a los cambios sexenales; apoyarlos, pero nunca ser incondicionales del gobernador en turno y mantener una sana distancia a la hora de las campañas electorales, sin perder su gen priísta.
En ocasiones les ha salido un sapo en la dirigencia sindical, personajes de caricatura que aprovecharon el puesto para hacerse de dineros y comprar ranchos en los municipios del norte; en cambio –la mayoría- han sido eficientes y hasta han descollado en las diputaciones locales y federales a dónde el sindicato les ha llevado.
Cuando el escriba estuvo en varias posiciones en el CDE del tricolor, siempre escogíamos para la operación política a gente de la sección XX del SNTE, ¿porqué.? Por que quien se forma en el sindicato, aprende, conoce y practica las reglas básicas del quehacer político; saben lo que significa la militancia, tienen el sentido de pertenencia a su partido y difícilmente traicionan a sus mentores.
LA HEREDAD
Siempre se tienen dificultades para heredar un poder político, Liberato como buen pater familia, ejerció férreamente el proceso formativo de sus hijos en las lides sindicales y se forjaron en el frio yunque del pragmatismo de actuar en la real politik; sin duda hoy, Gerardo en un reconocido cuadro político de las cúpulas del PRI y del SNTE, hace añales, fue uno de mis alumnos en los cursos de oratoria y de capacitación política que impartimos en el CDE del tricolor.
A Jorge Aníbal, lo conocí ya formado y con las prisas de ser su propio modelo, destacando en la demoscopia y el marketing político, hoy en la grande aventura en que se embarcó desde la campaña de Toño Echevarría García, asume en consecuencia los avatares de una administración gubernamental que asumió enormes riesgos al imponer con rigidez un modelo concentrado de control administrativo y financiero.
De Arturo Liberato, el popular “Turras” se pueden decir muchas cosas, pero nadie quien lo conozca puede decir que es un flojo y que no tiene siempre disposición para estudiar; descarriado y protegido –dicen sus hermanos que en demasía- por su madre, tiene la sonrisa a flor de piel, a contrario de aquellos que tienen un rostro de piedra y no son afectos a la sonrisa fácil; antes de irse a culminar su carrera universitaria, Smery me pidió que fuera él mi interlocutor con su dirigencia.
Pocos meses estuve contribuyendo a su proceso formativo, libros y métodos interpretativos para escudriñar el quehacer político local.
Cuando Antonio senior, iniciaba su gobierno, les dijo a sus hijos –e incluyo a Martín y a Daniel– “háganse amigos de los hijos de Liberato”, quizás por la identificación de la edad -e intereses futuros compartidos- el “Turras” y Toño hijo, son excelentes amigos, que hasta se hicieron compadres, y hoy en los reacomodos de un gobierno que llegó con prisas, sigue siendo uno de los mejores operadores del gobernante.
Pero tienen otro Liberato; el hijo de Gerardo, a quién lo conocí en sus tiempos de estudiante con la irreverencia mayúscula de traer un greñero y barba hippiesca, en la explicable época de rebelarse en contra del modelo familiar; era el tiempo en que ya habíamos logrado que su padre dejara los pantalones vaqueros, las botas y el cinto pitiado por los mocasines, pantalones de vestir y camisas de manga larga.
Este Liberato Montenegro de tercera generación, es un joven talentoso con una empatía extraordinaria, serio, bien preparado en la ciencia política y se mueve sin pudores ni tibiezas en los escenarios de la dinastía, algún día deberá salir del coto familiar para ir a la contienda partidaria y aspirar a ser parte de los futuros mandos en la natural y obvia carrera de ser un hombre al servicio de la sociedad.
La dinastía Montenegro no tiene ambages para cumplir este rol de equilibrios en la difícil condición de un gobierno como el de Toño Echevarría; y en estos tiempos de enorme turbulencia gubernamental con lo que representa lo inédito de la praxis política de AMLO, con un PRI desvalido y en desventajas a nivel nacional, en lo local, se dimensionan las condiciones a futuro mediato, no existe una organización política dotada de organicidad y articulada a sus dirigentes como no sea la sección XX del SNTE, de un modo tal, que si los astros de la política se alinean, el próximo gobernador sin duda puede ser Gerardo Montenegro Villa.
Veremos que hace el PAN con su nueva dirigencia que encabeza Juan Guerrero y dudo mucho que se puedan recomponer las tribus irredentas perredianas con su desmadre que les es consustancial; y hemos de ver a Miguel Ángel Navarro cómo resuelve las oceánicas dificultades de MORENA con sus aldeanas y rupestres dirigencias.
La dinastía, tiene mejor hándicap en esta carrera…
Contacto.- cronicaslip@gmail.com