SIN JUECES LA PRUEBA DEL ALCOHOLÍMETRO

La aplicación de la prueba del alcoholímetro en la ciudad de Tepic, por parte de las autoridades municipales y estatales, constituye una afrenta a los derechos humanos de los afectados; no hemos tenido el conocimiento veraz de su legal aplicación; el escriba ignora cuál es la base jurídica o administrativa que sustente su legal aplicación.

La cual, constituye un auténtico atraco al bolsillo del pobre aquél que haya caído en sus garras, perderle el amor de menos a siete u ocho mil pesos.

La prueba del alcoholímetro asume que la persona se encuentra en el promedio en diversos sentidos. Por ejemplo, en promedio hay 2100 partes de alcohol en la sangre por cada parte en el aliento. De tal manera los alcoholímetros se encuentran calibrados para un rango de 2100:1.

La sociedad ignora, si la aplicación de estos alcoholímetros ha sido la adecuada y si se encuentra con un respaldo legal, puesto que la calibración es la comprobación y el ajuste de la precisión de una unidad mediante la comparación de sus resultados con un valor conocido.

Por ejemplo, una concentración conocida de gas de 0,080 % se sopla en un alcoholímetro, y la unidad se ajusta para asegurarse de que se lee correctamente 0.080%. Es importante calibrar los alcoholímetros periódicamente para mantener la precisión.

Las autoridades municipales y estatales, están obligadas a informar previamente si el uso del aparatito ése, se encuentra dentro de la Norma Oficial Mexicana, se conoce que la mayoría ya viene calibrado y listo para usar y esto se refiere a veces como “pre-calibrado, ahora que ¿cómo sabemos si los que se usan están calibrados adecuadamente..?

Ignoro, si los agentes que lo aplican están capacitados para ello, dado que, dependiendo del uso, las unidades pueden exigir un servicio de calibración más frecuente.

Por ejemplo, las personas siempre deben esperar por lo menos 15 a 20 minutos después de comer o beber antes de soplar en él. Si la persona sopla demasiado pronto después de comer o beber, esto puede dañar el sensor y/o requerir la recalibración inmediata.

El examen del alcoholímetro es post-absorción. Esto significa que la absorción del alcohol en el cuerpo de la persona se ha completado. Si la persona sigue absorbiendo alcohol, su cuerpo no ha alcanzado el nivel de equilibrio en donde la concentración de alcohol es uniforme.

LOS LÍMITES DE LA INGESTA

No se necesita ser un genio para entender que cada individuo es diferente en cuanto a la ingesta y la absorción del alcohol en su organismo; en la CdMx se toma en cuenta al aplicarlo, las características somáticas del implicado, edad, peso, sobre todo y recordemos que la mayoría de los expertos rechazan resultados durante este periodo (después de comer y beber) ya que la cantidad de alcohol en el aliento no refleja la verdadera concentración en la sangre.

En la ciudad de México el límite para poder conducir es de 0.40 grados de alcohol lo que equivale a sólo una copa de vino o sólo una cerveza. Si se sobrepasa este límite se le sanciona, allá, tienen la Ley de Movilidad que prevé las siguientes sanciones en su artículo 186. En Tepic, ¿qué ley u ordenamiento sustenta su aplicación..?

En la CdMx a quien conduzca un vehículo automotor y se le detecten de 50 a 80 miligramos de alcohol por 100 mililitros de sangre o 0.25 a 0.40 miligramos de alcohol de aire espirado, o si consumió drogas de procedencia ilícita, se le multa con una cantidad que va de 150 a 200 salarios mínimos (hasta 12,952 pesos)

Y existe un primer arresto administrativo inconmutable de 12 a 24 horas, a quien conduzca un vehículo y se le detecten entre 81 a 130 miligramos de alcohol por 100 mililitros de sangre, o de 0.41 a 0.65 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.

Esto se obtiene con dos o tres cervezas o unas tres copas de vino tinto.

Y un segundo arresto administrativo inconmutable de 24 a 36 horas a quien conduzca un vehículo y se le detecte una cantidad mayor a 130 miligramos de alcohol por 100 mililitros de sangre o más de 0.65 miligramos de alcohol por litro de aire espirado; esto significa que te agarran ya con un nivel de borrachera muy notorio.

Ésos que arrastran la lengua al hablar, traen los ojos vidriosos, tienen problemas ambulatorios (no pueden hacer el cuatro!!) no pueden mantener el equilibrio, entre otros síntomas.

Ignoro la metodología de su aplicación en esta ciudad capital; empero, por los casos conocidos, se han estado cometiendo verdaderos atracos a las personas que han caído en sus garras, y resulta por demás alevoso que se ubiquen con sus unidades cerca de los antros o de los expendios de licores en altas horas de la noche.

Esta sin duda, es una tarea para la proyectiva justicialista del magistrado presidente Ismael González Parra, cuya voz autorizada debe reorientar a nuestras autoridades policiácas para que respeten los derechos humanos y sus acciones se rijan por el estado de derecho; sin duda hace falta socializar el programa para que la ciudadanía conozca a cabalidad la aplicación y que garanticen que el méndigo aparatito, está adecuadamente calibrado.

Porque, ya, desde ahora será la mar de peligroso echarse un par de tintos y un carajillo, con el alcoholímetro que se usa, se aplica de manera indiscriminada la prisión ¿inconmutable..? y las altas multas, por la inexistencia de la necesaria gradualidad para conocer cabalmente que nivel de alcohol trae el desafortunado conductor víctima de las policías.

Contacto.- cronicaslip@gmail.com

 

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Incursiona en géneros periodísticos, hace reportajes e investigación; es abogado, en “La Voz de Nayarit” como analista político. Los avatares del periodismo de opinión lo llevan al extinto “El Nayar”; posteriormente al revivir el diario como “Meridiano” es uno de sus columnistas principales. El gobierno de Celso Delgado y las organizaciones de periodistas le entregan el Premio Estatal de Periodismo 1993 en la modalidad de “Crónica”. Hace treinta y cinco años nace el periódico regional “Avance” y desde entonces es miembro de su página editorial como analista político. Pionero en Nayarit de periodismo en Internet, publica una página en la web “Crónicas del Sexenio”; se muda un par de años a Nuevo Vallarta y publica en los periódicos “Vallarta Opina” y “Nayarit Opina”. De regreso a Tepic incursiona en la Televisión pública como analista político. Establece una Consultoría Jurídica-Política y retoma el espacio en Internet, como periodista de opinión y reportero entrevistador.