En la presentación del caro texto del jurista Manuel Vidaurri Aréchiga el día de hoy en el auditorio Rey Nayar del edificio sede del TSJ, se programó la presentación de su libro “Bases generales de criminología y política criminal” y dadas las condiciones en que se desarrolló el evento, podemos afirmar que mal empieza la semana cultural del Abogado que ha implementado el poder judicial para celebrar esta efeméride.
Primero, con un inexplicable e injustificable retardo de más de media hora, iniciaron los ponentes, ante un magro auditorio que no alcanzó a llenar las butacas de este pequeño recinto; magistrados que no saben hablar coherentemente, que se atropellan en sus locuciones; doctores en derecho que carecen de los mínimos atributos para la oratoria forense, incapaces de memorizar unas cuantas líneas para hacer apología del texto del ilustre visitante, que tienen que leer, atropellando las frases y sin transmitir absolutamente nada.
Al parecer no habían leído previamente el libro.
Luego de los escasos quince minutos de la exposición del autor de la obra, algunos abogados teníamos un par de preguntas para el doctor Manuel Vidaurri, que también tiene notorias deficiencias en sus locuciones, merced a ese vicio de la oralidad, que las personas no gesticulan, no mueven sus músculos del rostro, y le imponen expósita precariedad auditiva a sus unidades léxicas; sin duda es mejor escritor que orador.
Según los ponentes, este libro es el summun del estudio de las diversas vertientes criminológicas, desde que la sociedad registra y estudia la capacidad delincuencial del individuo; no tuvimos la oportunidad para que nos resolviera la obviedad que plantea el título de su obra.
Si algo entendemos de esto, la locución política criminal plantea, el problema genérico de determinar la coordinación con el ámbito del derecho o con el de la política. Y resalto claramente la palabra “política”, mientras que la voz “criminal” designa el marco objetivo a que se refiere la política.
Ergo, política criminal, es un sector objetivamente delimitado de la política jurídica del Estado; hubiésemos deseamos que nos diseccionara qué es la política jurídica en el ámbito de la justicia criminal. Pero no se pudo, lo que vimos fue un conmovedor siloloquio del poder judicial; y si esas son las intenciones de los eventos de la semana del Abogado, pues para que invitan al foro, el público –con lo que vimos ahora- se hace innecesario. De pena ajena, señores…
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