Por Luis Ignacio Palacios
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Darle significado actual a la efeméride
- La independencia formal, política
Muy joven el escriba, a la sazón militaba en las logias juveniles pre-masónicas, -Asociación Esperanza de la Fraternidad AJEF- cayó a mis manos un librito sobre Francisco de Miranda, en el cual narraba el cómo desde la masonería francesa se ideó e impulsó el plan de liberación de las colonias en América, del yugo inglés y español principalmente.
Gracias a esa lectura fascinante, ingresé a los 18 años a las Logias masónicas de la Gran Logia Occidental de Guadalajara GLOM; con nuevas investigaciones en sus archivos, pude conocer las pasiones de los insurrectos pioneros de la guerra de independencia de lo que sería nuestro México.
La intriga del naciente imperio norteamericano, génesis de la doctrina Monroe “América para los americanos”.
La influencia de la cultura liberal y revolucionaria de los enciclopedistas franceses que alentaron a Hidalgo (a quien le apodaban “El zorro”) Allende, doña Josefa Ortiz, para iniciar la guerra de independencia enarbolando a la virgen de Guadalupe e incluyendo al defenestrado rey español Fernando VII; estos criollos ilustrados entendía de política, con tal imagen del rey en el exilio, adquirían legitimidad en el pópulo pro hispano.
Fue una accidentada revuelta de los criollos, las diferencias entre Hidalgo y Allende, el temor de apoderarse de la ciudad de México, cuando estaba inerme a su disposición después de la victoria en Monte de las Cruces que pudo imbuirle suficiente confianza a sus tropas para lograrlo; Hidalgo no quiso y se fueron los insurgentes a Guanajuato.
Los pillajes en Guanajuato, Guadalajara y Valladolid, el precio de la revuelta. Hidalgo cancelaba tributos, suprimía las castas, abolía la esclavitud, confiscaba propiedades de europeos que fueran enemigos y decretaba restituir a las comunidades indígenas sus anteriores señoríos; se ahondaron las diferencias y vino la derrota en Puente de Calderón cuando iban hacia Texas; terminan en Chihuahua; el drama humano del cura Hidalgo ante sus jueces .
Unos cuantos meses la insurrección hasta que desde el sur emerge el verdadero caudillo militar, otro cura de pueblo –no tan culturizado como Hidalgo- José María Morelos, quien al fragor de las batallas se revela como un genio militar. El propio Napoleón Bonaparte lo llegó a citar.
Con Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, el virrey Juan Ruiz de Apodaca, y el joven guerrillero español Francisco Javier Mina, se consuma la independencia gracias a los acontecimientos en España y la promulgación de la Constitución de Cadiz de 1812.
Emergiendo el criollo ambicioso Agustín de Iturbide, apoyado financieramente por el virrey O´Donojú, nace México con el “Acta de Independencia del Imperio Mexicano.., que va a constituirse con arreglo a las bases del Plan de Iguala y Tratados de Córdoba, que estableció sabiamente el primer jefe del ejército de las Tres Garantías…”
Años después nace la primera república y la constitución mexicana de 1824.
Frente a esta hazaña, de la primera transformación, el oficialismo proclama que es la culminación de los tres grandes movimientos sociales del país, pero es una pretensión con tintes demagógicos e insostenible histórica, política y jurídicamente.
Morelos propuso la supremacía de las leyes, nos legó “Los sentimientos de la Nación” que dictó y redactó Andrés Quintana Roo en el que compendió los problemas nacionales, se dio cuenta de la significación de la independencia y de la forma de organizar a la sociedad y el país.
El 14 de septiembre de 1813 publica el documento que reunió en 23 puntos la esencia de la lucha por la Independencia, estipuló la libertad de América Septentrional, la disolución de un gobierno central en una autoridad representativa y su distribución en tres poderes, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, en la que se reconoció a la Religión Católica como la oficial.
Morelos al igual que Juárez y Madero defendieron la supremacía de las leyes y las instituciones; murieron defendiéndolas; a contrario el mesías del oficialismo dice que “no me salgan con que la Ley es la Ley..” y no es transformación su movimiento, sino destrucción de instituciones, destruyendo el Estado constitucional de derecho y con palabras de Enrique Krauze de ayer:
“Ha entronizado el caudillismo y desprotegido al ciudadano. Ha alentado la polarización y la intolerancia. Ha atado la necesaria justicia distributiva a la obediencia política. Ha cerrado el paso a la libertad y al progreso económico…” (Reforma 15.09.2024)
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