• El fetiche de todos los gobiernos
• Ideología del nacionalismo que se extingue
De todos es conocido, que la revolución mexicana trajo como consecuencia la Carta de Querétaro de 1917; constitución que se supone, contiene los ideales y los principios esenciales por los que lucharon las facciones revolucionarias y que medianamente se pusieron de acuerdo en su redacción; y que en su concepción original eran la distribución de la tierra a los campesinos, la justicia social en materia laboral, las funciones sociales protectoras del Estado, la nacionalización de recursos estratégicos, la independencia económica; la soberanía nacional, los derechos electorales y las garantías individuales de los mexicanos.
En el devenir del siglo pasado y ya en éste, se introdujeron cientos de leyes ordinarias, reformas a la Carta magna y disposiciones administrativas claramente contrarias a los principios originales de la constitución. Luego entonces, qué queda de ese fetiche multi usado de revolución “permanente” “inacabada” “nacioanalista”.?? Muy poco, hoy México es otro país que se encuentra mutando su régimen político.
Desdibujada nuestra Constitución, hoy el único argumento jurídicamente válido que permite admitir la supremacía de las normas constitucionales sobre todas las demás normas que integran la pirámide normativa, es precisamente que se suponen que expresan la voluntad general y mayoritaria del pueblo.
Y este argumento entraña el ejercicio de la soberanía –ya acotada por los tratados internacionales- cuyo único e insustituible titular es el pueblo.
Pero hoy con el avasallamiento de Morena, el festejo de la revolución mexicana en su 114 aniversario, tiene singularidades tanto cívicas como políticas; las primeras con el agotamiento del sentimiento de nacionalidad de grandes segmentos de la población y políticas por que el grupo gobernante interpreta los fetiches históricos de manera aislada y se asumen como la encarnación de la siguiente etapa del devenir histórico de México.
Y hoy, como nunca la práctica del dominio absoluto del poder ejecutivo sobre los otros dos poderes es una apabullante realidad, que sin duda está desdibujando la ortodoxia del sistema federal mexicano, que Morena lo está ajustando a sus muy particulares intereses y visiones.
El sistema jurídico político mexicano, debe de reconstruirse en base a los principios constitucionales, introducir las reformas que garanticen el funcionamiento legal e independiente de todo el sistema de administración de justicia y de autonomía del legislativo; pero contrario a esta aspiración hoy México y su gobierno persiste en el fetiche; empero, con el irrespeto al principio de la división de poderes y a la independencia de cada uno de ellos; desdeñando las bases de la organización federal y asfixiando con limitaciones presupuestales a Estados y municipios.
Y a propósito de sus relaciones con las oposiciones, ayer, Enrique Alfaro gobernador de Jalisco informa que remite a su congreso local, el proyecto para salir del sistema nacional de coordinación fiscal, que de lograrse tendrá importantes efectos con las otras entidades que al igual que Jalisco, son fuente importante de ingresos que capta la federación.
Vivamos pues esta remodelada Revolución mexicana..!
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