Son tres magistraturas, conforme al modelo constitucional de nuestra carta local, es atribución del titular del poder ejecutivo, el remitir ternas de abogados para que los diputados de la legislatura en turno designen a uno de ellos para ser titular por diez años de un puesto en el órgano colegiado judicial, el tribunal superior de justicia.
Y curiosamente, este ejercicio unilateral del gobernante, establece el método en el cual, el TSJ no tiene prácticamente vela en el entierro, son los otros dos poderes quienes deciden su integración; ¿es tiempo de pensar en reformar este modelo..? ¿buscar que se privilegie la carrera judicial, o el mérito del abogado litigante, experto en el derecho judicial..?
Ahora que el ejecutivo que decide y propone; es el legislativo que designa, en base al mensaje que remite el gobernador; un método que ha funcionado sin que haya gritos y sombrerazos de los aspirantes de siempre, abogados litigantes, dirigentes de organizaciones de letrados y, con justa aspiración jueces que han dedicado muchos años de su vida profesional a labrar un prestigio que es la mejor carta de recomendación para un puesto de esta naturaleza.
Sin embargo, ni Roberto Sandoval, ni Jorge Humberto Segura fueron los artífices de la conformación actual del poder judicial, cuya obesidad es manifiesta; ahora, en el tiempo de suplir tres magistraturas, una de ellas de la suplencia de la magistrada Irma Leticia Bermúdez, que entró hace dos meses precisamente por este lapso.
Tres nuevos magistrados, el jueves de la semana anterior en la sesión ordinaria de la legislatura, se dio cuenta –sin nombrar a sus integrantes- de la comunicación que el gobernador Sandoval remitió a los diputados, ahí van tres ternas, que, no sabemos que artilugio irán a hacer en la mesa directiva y en la comisión de justicia y puntos constitucionales, que, al mando del diputado Héctor Santana le corresponderá operar las designaciones.
En la integración de las ternas, la obviedad es manifiesta, puesto que Roberto con su personal estilo de ejercer sus atribuciones que no son discutibles, envió el mensaje de manera lineal y clara; en la primera terna, el mensaje es que el ungido debe ser el primero de sus integrantes; en la segunda, el segundo letrado; y en la tercera, integrada por puras mujeres abogadas, ¡pues la tercera..! ahora les corresponde a sus diputados de la bancada tricolor ser obsecuentes con la voluntad de su jefe político.
Al conocer los nombres de los futuros magistrados, dirigentes de organizaciones de abogados y otros, catedráticos universitarios con aspiraciones para tal nombramiento, me dijeron que, quienes serán designados, son actuales empleados de este gobierno consolidado, si bien nadie osa escatimar elogios a la capacidad profesional de los dos varones, de la abogada señalan su notoria inexperiencia en las lides del derecho judicial.
PARTIDOS DE OPOSICIÓN MUDOS O MEDIATIZADOS
En otras legislaturas, ser oposición significaba la intervención permanente en todas y cada una de las acciones trascendentes del proceso de nombramientos o designaciones de los titulares del poder judicial y de las entidades paraestatales, presentaban opciones alternas para hacer que el trabajo en comisiones obligara a la mayoría priísta a ejercer el oficio de pensar, negociar y convencer a las fracciones opositoras para que compartieran la obsecuencia del legislador para el ejecutivo.
Y también, de una u otra manera se dejaba constancia de que, pese al ejercicio hegemónico del poder del gobernador, los diputados de oposición dejaban constancia de su presencia e intentos de darle pluralidad a las funciones que le son inherentes al poder legislativo.
En las actuales circunstancias, la actitud comodina y complaciente de Ramón Cambero, coordinador de los diputados del Pan, y la anodina presencia de la fracción del Prd, ni unos ni otros cuentan en este proceso de designar a los tres nuevos magistrados; la condición del Pri de contar con su mayoría simple genera la gazmoña acritud de las mini oposiciones.
Con las reformas constitucionales del 2008, se inició una corriente de derecho positivo en las áreas de la administración y procuración de justicia; estas características son la transparencia, la inmediatez, la legalidad del debido proceso, que tiene tintes de democratizar los procesos judiciales; algunas voces señalan que ya es tiempo que se democratice la forma de nombrar la integración del poder judicial y que, incluso en sus procesos internos cuando son acusados de ejercicio indebido sus jueces o magistrados, debería ser el procedimiento absolutamente oral, con las mismas características del nuevo sistema acusatorio.
El buen juez por su casa empieza, reza el viejo adagio; y nada sería tan bien recibido por el foro, -o como dice Pedro Antonio por la familia judicial- de que se abrieran nuevas formas, participativas y democráticas para designar jueces y magistrados y que los asuntos internos de responsabilidad de los juzgadores, fuesen tratados como auténticos juicios orales; digo, para dejar de proteger a los imputados y actuar con verdadera transparencia ante el justiciable encabronado por la venalidad del funcionario judicial a quien acusa.
Empero, mientras llega un gobierno que se atreva a hacer estos enormes cambios constitucionales, salvo que ocurra una catástrofe, los nuevos magistrados del TSJ serán, José Alfredo Becerra Anzaldo; Francisco Javier Rivera Casillas y Zaira Rivera Véliz, de esta última, sus maestros en la facultad de derecho afirman que es una mujer estudiosa y aplicada en sus responsabilidades públicas.
Queda pues, la frase del aquel imperator romano “Alea jacta est..!”
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