Pareciera que es, una antinomia, el ejercicio de la política…, sin los partidos políticos..! una de las cuestiones que son imprescindibles en todo régimen que se precie de ser democrático es, la existencia de los partidos políticos como instrumentos para alcanzar el poder; esta es, una verdad de Perogrullo; sin embargo, dado el deterioro inusitado de los políticos y sus partidos, hoy, apreciamos en la ciudadanía este aserto, participar en política electoral, fuera de los partidos.
Hoy, a lo largo y ancho de la república mexicana, existen montonal de ciudadanos que aprovechan las draconianas reglas de la ley electoral y se lanzan como candidatos independientes a diputados federales; y esto es un aviso para los partidos políticos y sus jefes, que deben comprender que han perdido el privilegio exclusivo de la acción política. Habrán visto que es posible organizarse políticamente sin ellos; comunicar eficazmente sin intermediación mediática o contra algunas miopías, crear contenidos de valor sin liderazgos claros ni fuentes oficiales.
Para aquellos que no se han percatado, vivimos en la sociedad-red que nos cambia las ecuaciones principales. La resignación ciudadana ha muerto. La delegación pasiva y la sumisión inevitable han dado paso a la reacción. Ya es posible canalizar el hartazgo en indignación, y en ocasiones en franca rebelión. Está en juego la autoritas: es decir, el poder para quien se lo merezca –y lo ejerza-, no para quien lo ostente, así de simple, así de sencillo.
La ciudadanía encabritada ya no respeta a quien no respeta los principios de la democracia. Los datos negativos acumulados sobre la valoración de la política formal y de la actuación de los políticos no podían quedar sin consecuencias; la crisis de credibilidad, y sus consecuencias, lo agudiza todo; de ahí surgen los candidatos independientes, que trabajando como hormigas, están requisitando las exigencias legales para presentarse como candidatos con todas las de la ley.
El cansancio democrático no ha dormido las conciencias de la gente. Hay mucho, demasiado encabronamiento que se está expresando fuera del marco formal de los partidos y sus canales de comunicación política. Hoy apreciamos que no siempre las multitudes inconformes –que en la red son inteligentes- son capaces de crear las condiciones para promover o garantizar los cambios sociales y políticos. Aunque los gobiernos y los partidos deben visualizar que sí son decisivas para evitar los abusos o el desprecio del poder formal.
Y en Nayarit, existe al menos un ejemplo de ser considerado como tal. Digo…
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