PODER JUDICIAL MACILENTO

· Trabajan sin emoción, sin mística

· Jueces convenencieros, sin sentido de pertenencia

 

Fueron lustros, decenas de años, en el que los poderes judiciales de los Estados fueron mal tratados por los gobernadores en turno; eran el pato feo del presupuesto de egresos de las entidades; Nayarit, no fue la excepción, de manera paulatina, con la ampliación de sus atribuciones,  mejoraron sus recursos, pero sucedió lo inevitable, al llegar al Tribunal superior de justicia Abogados con título pero sin la necesaria experiencia de haber ejercicio la profesión como litigante, llegaron y aumentaron desproporcionalmente sus sueldos, sin hacer sinergia con los jueces y secretarios de acuerdo y proyectistas.

Para no hacer demasiado recuento, partamos de la modernización que el gobierno de Rigoberto Ochoa realizó en su sexenio; se dignificaron los edificios de los juzgados, se construyó la sede del TSJ, se mejoraron los ingresos de  magistrados; y lo trascendente, se logró la creación del circuito vigésimo cuarto del poder judicial de la federación. El fondo auxiliar –que se compone de las multas y las fianzas que enteran los justiciables- generaba en ese entonces unos tres millones de pesos mensuales de rendimientos financieros, y con dichos recursos se pagaban compensaciones transitorias, rentas de edificios y papelería e insumos para las oficinas de los juzgados.

En la administración de Antonio Echevarría, se siguió con la inercia de la modernización, se siguieron construyendo los edificios de los juzgados foráneos, y con Adán Meza como presidente del TSJ, se les duplicó el bajo ingreso que percibían jueces y secretarios de los juzgados de primera instancia.

Establecieron la Escuela Judicial y las jornadas de capacitación, se les respetó el manejo del fondo auxiliar, y se implementó un novedoso procedimiento de liberación de los primo delincuentes, que salían a trabajar de lunes a viernes y retornaban a la penal para pasar ahí sábados y domingo; y ninguno de esos beneficiados, se les escapó.

El gobierno del sátrapa de la mololoa, llegó con sus acciones rocambolescas, haciendo inusitadas reformas al poder judicial, aumentó en demasía los magistrados, sin invertir en infraestructura y codicioso como es, les quitó el fondo auxiliar para ser administrado directamente por el ejecutivo, sin dar informe alguno sobre el uso de esos rendimientos, que para entonces serían cerca de treinta millones de pesos anuales. Con Pedro Antonio Enríquez, se prosigue la capacitación con las responsabilidades de iniciar los prolegómenos del Nuevo sistema de justicia penal de corte acusatorio, que de manera irresponsable eludió al no invertir ni un solo peso en esa responsabilidad.

A la llegada de Roberto Sandoval, a marchas forzadas se tuvo que implementar con exigüos recursos la capacitación para el NSJP, incluso se desviaron millonarios recursos para los programas de socialización, y con recursos de la federación y de la USID –del gobierno norteamericano- se construyeron los edificios y se adquirió la infraestructura para el funcionamiento del nuevo sistema penal; el que se asumió con entusiasmo por los nuevos jueces, por ahí se colaron unos chapulines sin experiencia ni capacitación profesional.

Pero este entusiasmo devino en franca apatía con el gobierno de Toño Echevarría, pues le tocó abrir la caja de pandora del caso Infonavit, que evidenció la corrupción sistematizada de jueces y magistrados, tal pareciera que fue una maldición que impuso un clima de desgano e irresponsabilidad en los operadores judiciales; la llegada de Ismael González en su primer periodo como presidente fue bastante digna su función, implementando una contrarreforma constitucional para disminuir el número de magistrados.

Con su segundo periodo como presidente, llega el gobierno de Miguel Ángel Navarro, quien en campaña y ya electo recibió con pasmo, el grado de precariedad en que ha caído el poder judicial, con su presidencia abúlica, quien metió a siete u ocho incondicionales en puestos de dirección del Consejo de la judicatura y de jueces de primera instancia cuya incapacidad profesional y falta de experiencia como juzgadores, es alarmante.

Hoy la marcha del poder judicial está en franco descrédito ante los justiciables, la inercia del estado de excepción que nos impuso la pandemia, se tradujo en abulia, desgano en el cumplimiento de sus funciones judiciales; los jueces foráneos, asisten dos o tres días a sus lugares asignados, en los centros regionales de justicia penal, no programan audiencias después de las tres de la tarde y los fines de semana son de excepción las audiencias.

Tan solo de la Fiscalía General del Estado, sin considerar las del Instituto de la Mujer y de la Procuradora de la Defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes sus peticiones para audiencias iniciales de imputación en materia de violencia familiar, son más de 200..!! las que se encuentran sin fechas, el rezago en los juzgados de oralidad es pasmoso..! y no programan audiencias después de las tres de la tarde ni los fines de semana, cuando en materia penal, debe el poder judicial funcionar las 24 horas todos los días del año.

Y lo indecible, funcionarios como el secretario del Consejo de la judicatura y otros del mismo órgano administrativo del Poder judicial, hacen las veces de jueces..!! van a atender audiencias, que sin duda les convienen a sus intereses particulares o del grupo de control del TSJ.

Y sin embargo, jueces y juezas capaces y con acrisolada experiencia son desdeñados y los mantienen en juzgados foráneos como un inexplicable castigo; hoy en los secretarios de acuerdos, en los ejecutores, en jueces se advierte su actitud burocrática, trabajan sin emoción, no se les aprecia el sentido de pertenencia, no estudian sus casos, existe una enorme dilación en los acuerdos y en las notificaciones; existe un notorio ausentismo laboral y no hay una cara amable en el TSJ o en el CEJ, que se preocupe por este capitis diminutio de las vitales funciones que se le debe prodigar a la sociedad.

No se aplican correctivos ante la inocultable corrupción, cada quién hace  -y mal- su trabajo y como le da la gana; pobrísimo papel, el encabronamiento de justiciables y Abogados litigantes está más que justificado.

Contacto.- mirtha.palacios@hotmail.com

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