PEDRO ANTONIO REELECTO

El día de ayer, en un abigarrado auditorio “Prisciliano Sánchez”, el pleno de magistrados que integran el tribunal superior de justicia, designó por unanimidad al doctor en derecho Pedro Antonio Enríquez Soto, como su presidente por un nuevo periodo de cuatro años, la propuesta de reelección fue presentada por Miguel Ahumada Valenzuela, uno de los hombres más cercanos al gobernante de los nayaritas, que nos demostró no solo una excelente capacidad de operación, imbricada con una buena dosis de maquiavelismo.

A las seis con cinco minutos, llegaron los 17 magistrados, todos trajeados y bien planchados, algunos con caras de circunspectos, empero todos con la impronta de celebrar la trascendente sesión delante de un considerable número de jueces, litigantes y personal administrativo del CEJ y del TSJ; el corto orden del día, fue llevado a cabo conforme al canon del poder judicial, registrando lo engolado de la voz de Ahumada que casi se queda sin aliento en su alocución al mencionar el nombre del magistrado que sería reelecto.

Los avatares del servicio público, en ocasiones les da ambrosía, como en la reelección de Pedro Antonio; y acíbar, en el angustiante discurso de Miguel; sin embargo para los influyentes dirigentes de las principales organizaciones de abogados litigantes, la reelección del magistrado presidente es un acuerdo que cuenta con el más amplio beneplácito de los integrantes del foro judicial.

Tenemos que visualizar dos factores en este escenario; primero, todo lo hecho por Pedro Antonio en estos cuatros años, difícilmente puede encontrar parangón en alguna otra magistratura en la entidad; con el cambio de sexenios, demostró para qué sirve la cultura y la inteligencia emocional, y supo entender el talante del gobernante de los nayaritas, para ser un facilitador en la solución de las enormes carencias que el anterior gobernante heredó a la procuración y administración de justicia.

Algunos del grupo compacto de Roberto, intentaron hacer labor de zapa con Enríquez Soto, pero se pegaron en tepetate, cuando se percataron que la calidez e intimación con que se conduce el gobernador con el togado, no son acciones para cubrir las formas, ni para simular urbanidad política; ha sido un hombre útil que le ha dado prez al gobierno del Estado de Nayarit, manteniendo en el difícil escenario de la centralidad política de la SCJN y organismos nacionales de juzgadores, el nombre del TSJ de la entidad, sin desdoro alguno de sus pares.

El esfuerzo y la constancia en sus acciones de renovación, capacitación y actualización de las funciones sustantivas del poder judicial, es la muestra de lo tesonero que es Pedro Antonio en el seguimiento de sus responsabilidades; con el añadido que es un hombre probo, fiel a su pareja y no dado a las frivolidades entre sus colaboradores, ni menos, en el criticable afán de hostigar sexualmente a las muchas (y guapas) féminas que laboran en sus oficinas del tribunal.

EL FACTOR VEYTIA

El fiscal de hierro, desde el año pasado estuvo haciendo una importante prospección política sobre la sucesión al término del primer mandato de Pedro Antonio; amplias pláticas sin duda llevaran a cabo junto a su compadre y sus íntimos; el proyecto Ahumada Valenzuela a los meses de su magistratura, al parecer no llenó las expectativas del círculo rojo del poder, de un modo tal, que la reforma constitucional fue una de las primeras –y necesarias- acciones para generar otro escenario en la judicatura.

Algunos amigos de buena fe, intentamos señalarle que el destinatario primero de las reformas era sin duda el hombre del gobernante, para ver si podía dar el estirón en un escenario bajo presión.

En el despacho del magistrado presidente, luego de la publicación de la reforma constitucional que posibilitaba su reelección, Pedro Antonio, seriamente preocupado me pregunta: “¿reelección…? ¿para qué..?” de las primeras cosas que le contesté fue, que le sirvió el hecho legislativo, para conocer la pasta de la cual están hechos algunos de sus colaboradores, que a la llegada de los nuevos magistrados, se fueron a buscar las simpatías de Ahumada, de Herrera y de Rocío Esther.

Y en segundo lugar, significa la espléndida oportunidad de concretar los ambiciosos programas de superación integral de los administradores de la justicia; en un tiempo vertiginoso de cambios constitucionales y con la impronta del implementar el nuevo sistema de justicia penal de corte acusatorio en un tiempo increíblemente corto ante la magnitud oceánica del reto que significa este cambio de 180° para justificar que la envergadura de las reformas es viable.

La visión del fiscal de hierro, es la expresión de la practicidad de las instituciones de procuración y administración de justicia; el güero, como abogado polifuncional que es en el círculo compacto del gobernante, con el manejo cotidiano de las riendas del poder, sabiendo a cabalidad lo que significa la hegemonía y el imperio de la violencia legítima del Estado, y entendiendo como pocos el proyecto político trascendente de Roberto Sandoval, fue un activo operador de los factores que confluyeron en la reelección de Pedro Antonio; mas de alguno de los magistrados que pretendieron robalear, estuvieron en su despacho para percatarse de que el ejercicio del poder político es pleno y hegemónico.

Bien por ese concordato de Edgar Veytia y Pedro Antonio Enríquez, las cabezas de la procuración y administración de justicia en el aparato de gobierno, como nunca antes deben de actuar en efectiva sinergia, para fortalecer el gobierno de Roberto Sandoval, que se empeña en concretar difíciles tareas en esta área tan sensible para la sociedad.

En lo mediato, quizás disponga el magistrado presidente, la recomposición de su equipo de trabajo, junto a los nuevos responsables de las salas que integran el TSJ; debe actuar como hombre de Estado, y no tentarse el corazón cuando gente cercana a sus afectos enloda al poder judicial; las reformas anunciadas en su mensaje de ayer, son la mar de importantes, esperemos su concreción. Enhorabuena magistrado…!

Contacto: cronicaslip@gmail.com

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Incursiona en géneros periodísticos, hace reportajes e investigación; es abogado, en “La Voz de Nayarit” como analista político. Los avatares del periodismo de opinión lo llevan al extinto “El Nayar”; posteriormente al revivir el diario como “Meridiano” es uno de sus columnistas principales. El gobierno de Celso Delgado y las organizaciones de periodistas le entregan el Premio Estatal de Periodismo 1993 en la modalidad de “Crónica”. Hace treinta y cinco años nace el periódico regional “Avance” y desde entonces es miembro de su página editorial como analista político. Pionero en Nayarit de periodismo en Internet, publica una página en la web “Crónicas del Sexenio”; se muda un par de años a Nuevo Vallarta y publica en los periódicos “Vallarta Opina” y “Nayarit Opina”. De regreso a Tepic incursiona en la Televisión pública como analista político. Establece una Consultoría Jurídica-Política y retoma el espacio en Internet, como periodista de opinión y reportero entrevistador.